Nadie es Haití y nadie reza por Siria.


En alguna ocasión la página Cinismo Ilustrado de Eduardo Salles nos mostró una infografía llamada El Mapamundi Trágico, en el mostraba los niveles de que tanta preocupación hay en ciertos países, por supuesto los más avanzados se llevaban los niveles altos de sentimiento de tragedia, después pasamos a los más conocidos y ya los tres últimos niveles ya mostrando cierta indiferencia; dicho mapa no solo mostró una crítica de la percepción de las tragedias sino una realidad aunque agregaríamos un punto que ha sido la constante del 2016 y es la supuesta denuncia (sobretodo de las redes sociales) de que no se toma en cuenta a los países más pobres en muchas de las tragedias que los acompañan, dos grandes protagonistas de este año son Siria y Haití.

Francia y los filtros de Facebook.
Podríamos empezar con el ataque terrorista en París el 13 de noviembre del 2015 el cuál generó un total de 137 muertes más casi 400 heridos, el mundo se consternó ante el acto perpetuado por el Estado Islámico, varias personas dentro y fuera de Francia mostraron mensajes solidarios, Facebook no se quedó atrás y sacó el filtro con la bandera francesa para que sus usuarios comunicaran directa o indirectamente el mensaje contra el terrorismo; la intención podría verse como buena pero hay una verdad oculta, diversos estudios señalaron que quienes utilizaron la famosa foto con transparencia son más vulnerables a ser manipulados por los medios además de que dichas publicaciones no representan una ayuda humanitaria a la tragedia; al mismo tiempo que surge la polémica de que todos los días suceden tragedias iguales o mayores a las ocurridas en Europa pero que no tienen los mismos reflectores, lo cual es injusto para ellos.

Más filtros Facebook.
A París se le uniría Orlando, Florida y la masacre de la discoteca Pulse en la cuestión de la percepción de las tragedias en redes sociales, nuevamente aparecieron los mensajes de apoyo y el famoso filtro de Facebook, esta vez enfocados a la comunidad homosexual, la polémica volvió a surgir entre usuarios molestos quienes vieron al mundo enfocarse en una sola matanza cuando todos los días miles de personas de la comunidad LGBT mueren cada día a manos de los famosos crímenes de odio; uno pensaría que en futuras tragedias la gente tomaría conciencia sobre darle seguimiento a quienes de verdad importan y no basarse en el sensacionalismo del primer mundo.

Damasco y Puerto Príncipe, dos tierras incomprendidas.
Como sino fuera suficiente el terrorismo al mundo se le sumarían dos tragedias más, una con tintes políticos y de alguna manera relacionados a los terroristas, me refiero al conflicto armado en Siria el cual involucra una Guerra Civil sumada a la lucha contra el Estado Islámico; pero en este mundo lleno de tragedias no solo están involucradas las propiciadas por el hombre, y recientemente se le agregaron las climáticas, esta vez con un huracán de categoría 5 (la más destructiva en la categoría Saffir-Simpson) en Haití, aunque el ciclón también afectó países como Colombia, Jamaica, República Dominicana (país vecino), Venezuela, Estados Unidos y Cuba, el que salió perdiendo fue la parte occidental la isla denominada La Española, con daños en prácticamente todo su territorio y con el 80% de la población damnificada ¿Y la gente en redes sociales que dice? Prácticamente nada, vamos, ni Facebook o alguna otra aplicación puso los famosos filtros para las fotos de perfil.

Siria y la incompatibilidad cultural.
¿Por qué se nos dificulta mucho ponernos al tanto y de alguna manera solidarizarnos con estos países? Tomemos el caso de Siria, ubicado en el Medio Oriente, de religión netamente musulmana y con una historia y cultura muy diferente a la considerada Occidental, además de la poca (o nula) cobertura latinoamericana en dicha nación, sumados a que el turismo sirio no ha sido del todo atractivo o llegador para el mercado en América, por logística, escasas relaciones internacionales diplomáticas, negocios o viajes de placer, es decir, no encontramos motivos para preocuparnos por el conflicto armado por la escasa relación que tenemos con la nación musulmana, sin embargo eso no quiere decir que no nos informemos sobre lo acontecido y que se proporcione la ayuda necesaria.

Haití, el siempre ignorado.

El caso del país caribeño es un poco más cruel por el simple hecho de pertenecer a la cultura occidental americana, Haití es considerado por muchos rankings socioeconómicos como la nación más pobre del continente, sus altos niveles de corrupción, una deuda externa en enorme aumento, su gobierno inestable, la marginación de su población, niveles de sanidad riesgosos y los desastres naturales constantes  han retrasado y entorpecido su progreso comparado a su vecino la República Dominicana que ha sabido salir de la adversidad, Haití no solo es ignorado por su situación interna sino externa, la emigración, sus exportaciones, aporte cultural, turismo y relaciones exteriores están en niveles no deseados, lo cual evita que nuestra atención no caiga en un sitio como este, al igual que Siria.

Las repercusiones migratorias.
Ante las dificultades que atraviesan estas dos naciones han surgido ya algunas polémicas, muchas de ellas relacionadas a la indiferencia mundial, pero no solo en las redes sociales sino en la vida real, la falta de información correcta y la poca ayuda a estas comunidades en peligro los han puesto en un punto discriminatorio, muchos de ellos han optado por emigrar y buscar refugio en otros países, la mayoría de los sirios en Europa y por parte de los haitianos en América y Europa; uno podría pensar que se les dará el asilo necesario y quizás las oportunidades para encontrar un nuevo hogar, trabajo y sustento para sus familias, la cosa no ha sido así, incomprendidos, desaprovechados, malentendidos y desconocimiento de su entorno y ellos del nuestro o de otros países han hecho que las labores humanitarias no lleguen a su objetivo, además de que muchos de ellos se quedan varados, se vuelven vagabundos y no obtienen respuesta de su futuro, ni en su país y mucho menos al que van.

Sin duda las redes sociales se han vuelto un medio lleno de información, pero en los momentos de las tragedias hay que hacerlo de manera correcta y da mucho gusto que la gente se preocupe por Haití y Siria, pero indignarse solo porque Facebook o sus usuarios no pongan nada o expresen su preocupación ya es es hablar de más; si de verdad nos preocupa hay que conocer cuales son los centros de acopio, si se pueden hacer donativos monetarios o de alimentos o dar información correcta sobre los acontecimientos y sus repercusiones, pero en fin, que voy a saber yo, no puse la bandera de Haití/Siria en mi foto de perfil.

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