Hugo Blogea

Había mencionado que el Mundial Femenil de Francia 2019 iba a significar un antes y un después en esta rama del fútbol, es bien sabido que las oportunidades de las mujeres son bastante limitadas en este ámbito y que la lucha por su visibilidad y derechos igualitarios tanto dentro como fuera de la cancha ha sido una constante, además del combate constante de los estigmas del machismo y un sistema físico e incluso táctico diferente al que vemos en los torneos varoniles, Estados Unidos obtuvo su cuarta Copa del Mundo pero el campeonato sinceramente no basta, pues hay un trasfondo detrás de lo obtenido no solo por la selección norteamericana sino por las demás participantes. Una de las cuestiones que más escuchamos a lo largo del torneo es el aspecto salarial, por más reconocidas que sean las jugadoras ninguna llega a tener los sueldos estratosféricos ¿Desigualdad de derechos? ¿Machismo? ¿Intereses de los directivos? Pueden ser todos estos motivos si nos estamos yendo por el lado d

Franquicias compradas, multas para no descender, cambios de sede, pactos de caballeros, dueños desconocidos, proselitismo político, prioridades económicas sobre las deportivas, aficionados con un folclor particular, multipropiedad, televisoras controlando las decisiones de la federación y hasta el humor involuntario de todos lo sectores, todo esto y muchas más anécdotas son recurrentes en el fútbol mexicano, y no son ninguna novedad, desde la llegada de este deporte a nuestro país el surrealismo y la desorganización han sido una constante, lo que ha impedido su progreso pero al mismo tiempo ha salido librado para figurar aunque sea en escasos destellos. La reciente mudanza de Lobos BUAP a Ciudad Juárez para jugar como los Bravos se une a la lista de acontecimientos que solo ocurren en el fútbol mexicano, no existe otra liga en el mundo (al menos entre las más importantes) donde un equipo de Segunda compre a uno de Primera para obtener una especie de "ascenso"; los ext