La frágil economía del fútbol mexicano


Alguna vez se han preguntado ¿Por qué la Copa MX tiene una fase de grupos? ¿Cuál es el trasfondo de tener torneos cortos con liguilla? ¿Por qué solo un descendido al año y si bien nos va? ¿A qué debemos el sistema de franquicias? ¿Por qué esa intención de siempre hacer torneos con la MLS? ¿Por qué no entra en planes no solo regresar a la Libertadores sino ser parte de la CONMEBOL? Todas estas preguntas pueden ser respondidas con que el fútbol mexicano prioriza el negocio sobre el progreso deportivo, eso sería lo más superficial, lo más básico, la punta del iceberg vamos, en las profundidades encontramos que hay algo más que dueños ambiciosos y un títere como presidente como lo es Enrique Bonilla.

Nos queda claro que el fútbol mexicano ha copiado lo peor de Estados Unidos lo cual lo ha hecho carecer y a la vez tener una identidad propia, como si más surrealismo nos faltara en este país; empezamos por el sistema de dueños y franquicias, esa modalidad que atraería supuestamente inversión, ayudaría económicamente a la liga y el deporte se beneficiaría; pero hay que recordar que no nos encontramos en la Unión Americana y que todo en México tiene que salir chueco, a lo largo de más de medio siglo hemos visto diversa cantidad de dueños, a algunos les salió rentable tener un club y convertirlo en una máquina deportiva y mercadológica, otros para beneficio de sus empresas y favores políticos con el fin de limpiar su imagen ante la sociedad, escasos casos de éxito donde pueden complementar inversiones sanas y crecimiento deportivo y por supuesto no pueden faltar los casos donde la ilegalidad, el crimen organizado, el lavado de dinero, la corrupción y el fraude han sido parte del día a día.

Hay que reconocer que muchos dueños (independientemente de donde venga su inversión) han hecho inversiones fuertes para que la liga tenga ese poder poder económico, no por nada es una de las ligas en el continente americano que mejores sueldos tiene, muchos extranjeros saben que aquí tendrán una enorme calidad de vida (incluso algunos que han venido de Europa) y las instalaciones de muchos de los clubes son de primer mundo comparadas a Centro y Sudamérica pero ¿Cuál es el costo de todo esto? Es claro que los costos elevados de las transferencias, salarios, estadios nuevos y sitios de entrenamiento de todas las categorías tienen consecuencias en el departamento de contabilidad, el equipo tiene que ser atractivo, se tiene que garantizar el éxito deportivo de la institución y que así más inversores se sientan atraídos de traer su dinero al fútbol, y hablando de esto último ¿Cómo hacer que gran parte de los equipos ganen algo? Para eso la liga se trajo otro invento de Estados Unidos, los playoffs, o como los llamamos aquí, liguilla.

Esa famosa fase del torneo que ha cambiado varias veces de formato se ha convertido en el alivio de muchos clubes torneo a torneo donde prácticamente media liga puede acceder; si bien, la liguilla nos ha regalado grandes momentos deportivos así como partidos memorables hay que analizar las cosas de manera fría, este formato solo incrementa la mediocridad en el fútbol mexicano, los lugares 7 y 8 (9 y 10 incluso) llegan a pasar incluso por debajo del 50% de efectividad y lo peor del caso es que llegan a ser campeones; pero ¿Qué importa la mediocridad de los equipos? Lo importante es cobrar; y sí, tener una fase de liguilla le asegura a todos estos dueños tener un ingreso extra por los derechos de transmisión, la taquilla y cualquier otro aspecto mercadológico; un sistema de campeón por puntos es poco atractivo para el público mexicano seamos honestos, cuando sus equipos de media tabla ya no se jueguen ni el boletito a Concachampions no hay rating, no hay boletos y menos consumo; es claro que los dueños tienen que cuidar sus inversiones, aliarse con las televisoras y los patrocinadores para que el torneo se prolongue aún más y se juegue lo más rápido posible o de lo contrario las perdidas aparecerán rápidamente, fue entonces que a mediados de los años 90 se preguntaron ¿Por qué conformarnos con una liguilla al año cuando podemos tener dos? Y es entonces que llegaron los torneos cortos.

Otra cosa que siempre hace mal la Liga MX sin duda es copiarse algunas cosas de Argentina, y una de ellas son los torneos cortos, dos campeones y dos liguillas al año, ganancias dobles, más entradas y expectativa continua, nada podría interrumpir el ciclo y solamente habría que hacer unos cuantos cambios para seguirla haciendo atractiva, la posición en la tabla, los grupos, el repechaje, el gol de visitante y lo que se les ocurra en la semana; el público mexicano tendría más partidos, consumiría más y no habría generación de perdidas, la pandemia del COVID19 nuevamente arruina todos estos ingresos al grado de que algunos sectores de los aficionados no llegan ni a extrañar el torneo por considerarlo saturado, irregular, poco constante y recientemente porque las franquicias difícilmente llegan a sobrevivir; ante todo hay que proteger los intereses con cualquier artimaña, de manera deportiva encontramos el porcentaje.

Nos llega otro mal invento de Argentina para castigar "al peor", la tabla porcentual ¿Bajo con qué pretexto? Supuestamente con la intención de que el peor de los últimos tres años pagara el precio por tanta mediocridad y que los recién ascendidos tuvieran una opción de menor presión para mantenerse en Primera; la realidad apunta a otra cosa, como muchos sabemos hay tiempos de bonanza y otras no tanto en el fútbol, una mala decisión puede desencadenar el desastre y mandarte a Segunda en una sola temporada pero ¿Y si hubiera una segunda e incluso una tercera oportunidad? El club que quedó último tiene el respaldo de sus anteriores torneos, una opción de reforzarse y tomar mejores decisiones para mejorar sus números y entre más millonario sea tu club más rápido la salvación llegará de manera gradual, y aquí es donde se esconde la clave, que los clubes económicamente fuertes no pierdan interés en la liga y mantengan su inversión porque la se les darán las herramientas para evitar pérdidas para todos ¿Ha funcionado? En Argentina no, pues el sistema no pudo salvar a River Plate ni a Independiente, pero hay que considerar que allá descienden más de un solo equipo; en México no ¿Descender a tres por año? Impensable, se pierde mucho dinero con eso y los inversores se desinteresan.

Es entonces cuando los que manejan el fútbol mexicano se preguntan ¿Para qué queremos descenso si este solo genera pérdidas? Mejor hay que eliminarlo y así evitar esa innecesaria Liga de Ascenso que solo trae problemas y estadios vacíos, porque claro, como los clubes no tienen arraigo, ni historia, ni tradición mejor dejarlos así a su suerte y negarles beneficios como bonos, patrocinios o derechos de transmisión; cuando claramente se está perdiendo más mercado por querer parecer una Liga Premier cuando están a años luz y sobretodo con certificaciones que de nada sirven más que para saber "quién la tiene más grande" abandonado a plazas prometedoras de la Segunda División y crear una competencia más limpia y por qué no decirlo que levante el interés de la gente, quizás no al nivel del Championship de Inglaterra pero mínimo seguir teniendo esa motivación del Ascenso y una participación en Copa MX (que también goza de una saturación innecesaria); pero no, eso no nos importa ahora, porque los resultados económicos se tienen que dar a la de ya o de lo contrario no hay dinero que fluya, y una subcategoría solo hace que se pierda más y más, pero ¿Y si alguien quiere apostarlo todo por estar en Primera? ¿Bajo que vías podrá hacerlo? Claro, las franquicias. 

Y por supuesto una de las especialidades de la casa, la compra y venta de franquicias, ese invento surgido en Estados Unidos con el fin de que los dueños tuvieran la posibilidad de mover a sus equipos de ciudad, moldearlos y evitar perdidas tanto para el deporte como para ellos; además de que algunos han tenido que ser necesarios por el escaso mercado en la ciudad de origen y el potencial en otro lugar; pero sabemos que en México todo funciona mal, hemos visto deambular varias franquicias con distintos colores y nombres tanto en Primera como en las diversas categorías inferiores ¿Por qué? Hay diversos motivos además de los ya mencionados favores políticos o económicos, los dueños necesitan resultados rápidos o de lo contrario la inversión se cae, porque ya de por sí es difícil hacerse cargo de un equipo de fútbol ahora hay que darle arraigo, hacer que la gente se conecte con el club, invitarlos a que vayan al estadio, hacerlos ver como la novedad de la ciudad, muchas cosas que tienen que resultar en tan poco tiempo, pero benditos torneos cortos, liguillas, copas y porcentajes que mantienen el barco a flote y cuando este empiece a tambalearse la solución es simple, mudarse a otro lugar o pasarlo a otras manos (o ambas); mientras el dinero fluya todo es posible y más aún cuando se aproximan los dólares.

Estas maravillosas alianzas con la MLS que tienen su interés en el Mundial de 2026 por supuesto que es el impedimento de afiliar a México a CONMEBOL y tenga un verdadero crecimiento deportivo, porque los dólares valen más que cualquier negocio con los sudamericanos y hay que asegurar las reservas de dinero pero ¿Cómo crear expectativa? Siempre existe la vieja confiable de la rivalidad entre ambos países y que los mexicanos son infinitamente superiores en fútbol que los estadounidenses y porque la Concachampions no basta y no genera los ingresos necesarios para subsistir ambos tienen que enfrentarse más seguido, tampoco basta una Campeones Cup que es solo un partido al año entre el ganador de la MLS Cup y el Campeón de Campeones; se necesitan más partidos para explotar a los patrocinadores y los derechos de transmisión, nace entonces la Leagues Cup, una opción para seguir viendo más fútbol, consumirlo vía televisiva y que el dinero siga fluyendo, claro hasta que un virus llegó para impedirlo.

Sin transmisiones, sin patrocinios vistos, sin economía que fluya y sin personas en los estadios ¿Cómo le harán los clubes para subsistir? Son pocos los que pueden solventar su situación financiera o bien hacer ajustes que no lleguen a alcanzar la quiebra, pero los demás piensan en diversas soluciones extravagantes para recuperar su dinero invertido, irse a otro lugar, traer de nuevo el repechaje, eliminar la Liga MX Femenil, pedir más favores al gobierno, en fin, todo es válido en el fútbol mexicano, cualquier suceso surrealista es posible, el aficionado aquí es el que menos importa, los medios (incluyendo este blog) solo se dedicarán a quejarse y los dueños bien agusto haciendo lo que se les de la gana.

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