La blandengue afición mexicana


¿Han escuchado alguna vez a los técnicos, jugadores o directivos "Le debemos todo a la afición", "Estamos a muerte con la afición" o frases similares en las que tengan que ver los mortales fuera de las canchas? Esta frase por lo regular recomforta a la afición y la ilusiona haciéndoles pensar que la construcción y continuación de los proyectos de su equipo siguen en pie gracias a su asistencia, abonos y compra de jerseys; la realidad (al menos en México) es que el público en general pasa a un segundo e incluso tercer plano, por supuesto esto para los románticos y conservadores del fútbol esto les sonará a una aberración pues la gente es parte fundamental de cualquier equipo, y tienen razón, pero en México la afición no pesa, ni de manera económica ni para mostrar localía.

Pero los directivos, entrenadores y jugadores acaban de decir que se rinden ante la afición y que todo se lo deben a ellos, claro, es un discurso continuo que se repite año con año, lo cierto es que los ingresos mayoritarios de los clubes en México no dependen de la taquilla sino de los derechos de transmisión (que cada vez son más ambiciosos) y de los patrocinios en playeras que se anuncian en el estadio o que están asociados a los dueños; la afición puede ser considerado por los puristas como el corazón del equipo pero en México mientras los directivos estén más interesados en las ganancias que generan las televisoras y las marcas estos no podrán ser tomados en cuenta para su opinión o incluso para que pese la localía.

Y aquí es una de las razones por las cuales la afición no pesa en el equipo (al menos en México), las asistencias a los estadios en los últimos torneos han sido bastante bajas, para muestra lo que sucede este torneo, hasta la fecha 9 la que ha generado más asistencia ha sido la 2 con 65%, de ahí en fuera el promedio oscila por el 50% y llenar un estadio a medias no influye en el peso local, por ejemplo, en la Bundesliga el promedio es de 88.4% general, en La Liga es de 75.3%, la Premier League 94.8%, la Serie A 65.6% y la MLS 88.6%; ahora de estas ligas ya mencionada ¿Qué tienen en común? En todas el peso de las entradas al estadio sí recaen en decisiones futuras de los directivos, para muestra el Borussia Dortmund, está claro que la identidad de los ultras la famosa 'Pared Amarilla' sí forma parte del club, si las entradas empiezan a bajar por ejemplo de su normal 99.2% a incluso un 90% constante es ya índice de preocupación, ya sea por los malos resultados, el aumento excesivo de precios en los boletos y abonos, algún rumor que no haya gustado e incluso que el uniforme no fuera de su agrado, esta directiva sí se debe a los aficionados y eso no pasa en ningún estadio mexicano.

Muchos alegarán que sí hay equipos que llenan los estadios o que superan la media, por supuesto, pero por en ejemplo el Apertura 2018 se reduce a solo 5 equipos (Tigres 97.9%, Tijuana 96.9%, Santos 81.4%, Pachuca 72.3% y Monterrey 66.1%), ninguno de ellos es de los denominados "4 grandes", ahí figura Guadalajara hasta la 9° posición con un 51.2%, le siguió Cruz Azul en la posición 12 con 44.4%, Pumas en la 15 con 39.1% y el América en la 16 con 37.8%; pero ese no es el único número alarmante, pues la Liga MX en dicho torneo solo registró 2 agotados y fueron por parte de Xolos, es decir que los Clásicos tampoco están pesando; pero también varios dirán que es muy difícil llenar estadios, no así para las otras ligas mencionada, volvemos con la Bundesliga registra 66 juegos agotados en toda la temporada donde todos los equipos han tenido al menos un juego lleno siendo el Bayern Munich el que más registra con 11 mientra que el RB Leipzig y el Hertha Belin solo tienen 1; pero claro es una liga de elite, pues aquí el dato que más le duele a la afición mexicana, la MLS registró 89 estadios llenos e incluso a más del 100% de su capacidad y solo 4 equipos no lo lograron (Philadelphia Union, Colorado Rapids, FC Dallas, New York City FC y Columbus Crew) y aún así el peor equipo con asistencia de Estados Unidos (Columbus Crew) supera la media del Apertura 2018 con 61.8%.

Pero ¿Por qué la afición en México no va a los estadios? ¿Es acaso que los boletos son caros? Hay algunos estadios que ciertamente aumentan los precios por el rival o el tipo de competencia pero no es pretexto sobretodo si tomamos en cuenta el promedio salarial de la afición de cada franquicia ¿Tiene que ver entonces con la seguridad y los traslados? Es una buena causa y es muy probable, sobretodo en ciudades grandes donde las distancias son bastante significativas y los costos aumentan no solo por el consumo dentro y fuera del partido, así que la gente opta por verlo mejor en casa siendo la opción más económica, aunque aquí también tienen que ver los horarios, si bien para la televisión son mejores los horarios nocturnos para la afición no, o los ya acostumbrados juegos de domingo a mediodía tampoco resultan muy atractivos para los mortales, pero como importan más los derechos de transmisión y el rating que la hora que favorezca más las entradas por supuesto que seguiremos con lo mismo porque repetimos, lo que importa a los clubes son sus tratos con las televisoras y no cuantos van al estadio.

Y ¿Qué hay de las barras o las porras? ¿Acaso no pesan? ¿Es que eso no motiva a los jugadores o a la directiva a inspirarse por el equipo? En México cualquier grupo de apoyo en sí tampoco pesa, si bien hay gritos, cánticos o sonidos que representan la identidad del club como el caso de Pumas, Atlas o Cruz Azul, estos ya no imponen pues el fútbol tan comercial que genera dentro de la cancha (es decir, el sueldo y patrocinio de los jugadores) y en las oficinas de los clubes; aquí algunos ya estarán pensando que están clubes como Tigres, Pachuca y América tienen a sus barras que imponen a los rivales y que eso siempre sí pesa a los visitantes e inspira a los locales; lo cierto es que estos grupos carecen de originalidad pues la mayor parte de sus cánticos o ritmos son de origen sudamericano, recordar que este concepto de barras lo importó Pachuca en los años 90 (aunque ya existían algunas agrupaciones que ya tenían su forma de apoyar a sus respectivos equipos) y que varios equipos adoptaron el formato incluyendo sus conductas violentas y el acarreo de los directivos con el fin de que estos manipulen a los "socios" de este bando de aficionados.

Los dueños de quienes manejan los hilos del fútbol mexicano saben que la afición no son más que fieles consumidores que aceptarán cualquier producto sin importar los formatos que se inventen en la liga, además de que el manejo y abuso de las franquicias también es un beneficio para ellos, creando y deshaciendo ilusiones entre los aficionados e incluso entre prospectos a jugadores nacionales pues como lo dijo Andrés Guardado "Los directivos no ven por el futuro del jugador o del fútbol mexicano. Ven más por el negocio inmediato".

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