Después de Ayotzinapa.
Los eventos recientes en Guerrero han causado mucho revuelo en México y en el Mundo, tanto prensa como sociedad, como gobierno todos difieren en varios sentidos en un laberinto que no va a ningún lado al parecer, intenté mantenerme al margen de lo que sucedía y preferí omitir mi opinión al respecto, creí que sería otro d esos sucesos pasajeros como muchos que ocurren en el país y en un estado tan conflictivo en lo últimos años, pero al parecer nadie está tranquilo al respecto, todos quieren dar su opinión, todos te piden saber si estás con ellos o te tachan de ser parte de esta especie de conspiración no solo en contra de los normalistas sino de todos los mexicanos, la frase "Me dueles México" se escucha y lee en todas partes, la situación con respecto a la inseguridad y el abuso de poder ha llegado a un borde descontrolado y donde la sociedad mexicana al parecer "ha despertado" y está "dispuesta" a acabar con esto, las marchas son constantes, los paros son cada vez más grandes, las manifestaciones están llenas de gritos que claman justicia y que se diga la verdad al respecto; recuerdan Tlatelolco, la Guerra Sucia, Chiapas, Atenco y Oaxaca ¿Es posible que Ayotzinapa por fin haya despertado al pueblo mexicano y que todo será mejor de ahora en adelante con todas esas marchas, paros, hashtags y solidaridad? En mi opinión lamento decirles qué no, desgraciadamente es una vez más de lo mismo, en un sitio diferente,en circunstancias diferentes y sobretodo en una época diferente a los demás sitios que mencioné.
Separando la tragedia de Ayotzinapa con lo que sucederá después con la sociedad mexicana en algo sí estaré de acuerdo, es un suceso que no debe quedar impune, estas personas querían estudiar e independientemente de sus intenciones aquella trágica noche en que supuestamente fueron despojados de su libertad y probablemente de sus vidas es algo que vivimos día a día en nuestro país y donde la gente inocente no merece esto, mucho menos unos estudiantes que estaban prontos a recibirse como maestros que son el (poco) futuro que tendrán algunos de los niños (en su gran mayoría indígenas y campesinos) en el norte de Guerrero que cabe resaltar es una de las zonas más pobres de México, parte de la lucha de la Revolución Mexicana y del Maestro José Vasconcelos de darle educación gratuita, laica y obligatoria a las zonas más marginadas del país se ha tirado por la borda; estos estudiantes quienes solo querían recursos que el gobierno y la misma sociedad les ha negado, una oportunidad de trabajo digno, honrado y humilde, una chance de cambiar el futuro de unos pocos niños y adolescentes e incluso convertirse en agente social de sus propias comunidades hoy se han convertido no solo en mártires sino en un supuesto temor de maestros, alumnos y familias de que regresen a las aulas por el simple temor a "saber de más".
Pero si el pueblo mexicano es ciego y solo cubre el bache con tierra o peor aún, deja que este se haga más grande; la tragedia de Guerrero ya se veía venir desde hace varios años, no solo en Ayotzinapa, municipios como Iguala, Chilpancingo y hasta Acapulco han visto como la delincuencia organizada en todos lo sectores ha destruido el encanto que alguna vez tuvo o de lo poco que le sobra, y lo peor es que esto es una epidemia, varios estados padecen de este mal y es posible que esto se repita en un caso menor, igual o peor ¿Los culpables? Aquí no voy a poner en tela de juicio a nadie, ya que es una responsabilidad conjunta, desde el más alto mando del gobierno en cuestión hasta el más humilde pepenador tiene que ver en esto; no es culpabilidad, sino más bien negligencia por parte de todos, dejarnos atemorizar por unos pocos que con rifles, pistolas, navajas, machetes, bombas y demás artefactos de destrucción y en lugar de reclamar a nuestras autoridades, conocer las leyes al pie de la letra y unirnos de verdad para combatir la delincuencia con educación, principios, valores y campañas para eradicarla, culpamos de los demás, mentamos madres en redes sociales, hacemos marchas, faltamos a nuestros trabajos y escuelas para ir a la calle a que los gobernadores y autoridades se burlen en nuestras caras.
Somos tan solidarios y a la vez tan distantes, ayudamos al prójimo cuando vemos su vulnerabilidad e inocencia, el mexicano se puede autodestruir fácilmente y aún así permanece de pie por la ayuda misma, invadido por la doble moral, la hipocresía, el sentimiento de culpa y la protección de la autoridad religiosa, lo vemos en todas partes, el gobernador que roba el dinero del pueblo para gastarlo en sus empresas y propiedades para darle un mísero empleo a sus propios habitantes en lugar de ir a la iniciativa privada y darle una mejor satisfacción a la sociedad que le redituará en mejores ganancias materiales, monetarias y morales a dicho gobernador; es el individuo común que roba la luz de la casa de su vecino para pagar menos y que este pague las consecuencias de este sin darse cuenta; es el policía que colabora en la corrupción junto con el ciudadano que da un billete, todos se hacen daños a sí mismos, y los ejemplos van y vienen una y otra vez y finalmente paramos en Ayotzinapa, estudiantes asesinados y/o secuestrados por el estado que les otorga pocos recursos, por los delincuentes que se apoderan de su comunidad, de la sociedad negligente que se ve absorbida por la ignorancia, el poco deseo de aprender y la poca ambición de conocimiento.
Decimos "Me dueles México" sin sentido, y digo esto porque al parecer no nos damos cuenta de que nuestro país ha estado herido incluso desde la Conquista Española, desde entonces le hemos dado mal la medicina que necesita, pocas veces se recupera, pero sigue latiendo, con los logros que ha tenido este país que aunque no lo crean han sido muchos y no pocos, nuestra historia es rica en varios sentidos como buenos como malos, y ha habido logros culturales, deportivos, económicos y hasta democráticos; pero eso sí, son pocos los mexicanos que se han atrevido a ir con los especialistas a tan grave enfermedad que aqueja nuestro país, mientras que los demás en su etapa de negligencia y desinterés deciden que todo pase y que los demás lo resuelvan, decir que les duele México es una manera de generar lástima, apatía, rencor, desamor y odio hacia todos, la autodestrucción vuelve a entrar en acción en este sentido, son pocos los que se atreverán a decir que no les duele México, sino más bien, "Me mueves México".
Justo cuando pareciera que hay una luz en todo este mar de sombras vemos una generación de jóvenes dispuesto a que todo esto terminé, la sangre joven siempre le hará bien a un país tan devastado, agarran el camino equivocado, el de la paranoia, la desesperación, la histeria, la depresión, la opresión, la anarquía, el odio, la ignorancia, la rebeldía, el pseudo patriotismo cegado por el rencor y ese afán de destruir lo que el prójimo ha generado con tanto esfuerzo, lo contrario a lo que quiere hacer ese grupo de personas que dicen que están luchando por los derechos de los mexicanos; son aquellos que grafitean paredes, golpean policías, deshonran la memoria de los caídos, se convierten en la escoria de la sociedad mexicana y quienes colaboran con la delincuencia; pero hay otro grupo juvenil y donde también hay participación adulta y son los famosos chairos, aquellos que cuestionan todo, que viven sumergidos en la paranoia, aquellos que sienten una conspiración por parte del gobierno, la prensa, la sociedad, los grandes empresarios y hasta del sistema monetario, los ultra izquierdistas que terminan en la doble moral, aquellos necios que ante todo quieren ser la voz de una generación cuando se vuelven en el ridículo de la misma, son aquellos que sienten que Peña Nieto está llorando por las burlas que hacen en memes y hashtags, son aquellos que solucionan los problemas del país sumergidos en una computadora, smarthphone o tablet, aquellos que culpan de todo a las grandes empresas como Televisa y Telcel de todos los males abundantes en México, los que contaminan los foros de noticias con comentarios paranoicos, los que abundan de doble moral, aquelos que no investigan, los que en redes sociales se vuelven molestos al hacerte un simple "reply"; aquellos disque agentes de cambio que lo único que logran es desprestigiarse a ellos mismos, ser la burla de los demás y resultar ser más ignorante que una persona con estudios truncos; Ayotzinapa para ellos se ha vuelto material para poder hacer de las suyas y seguir dudando de la capacidad juvenil que tiene este país a futuro, aunque existe la esperanza de que no todos son así, por lo menos en su mayoría.
Hablando de esperanzas viene ahora la pregunta ¿Es este el país que merecemos todos? Lamentablemente para mi la respuesta es sí, consumimos lo que queremos y no lo que nos dan habiendo otras opciones y va desde lo tangible hasta lo intangible, lo que nos hace bien y lo que nos hace mal, sin embargo al mismo tiempo se vuelve un reto para todos como sociedad ¿Cómo compensar prácticamente 500 años de daño a nuestro vasto país? La solución no está en marchas, ni hashtags, ni en mentarle la madre a Peña Nieto, ni quitando de su puesto a las autoridades, está en uno mismo, a veces la respuesta está saliendo a la calle, yo invitaría a todos aquellos que alcancen a leer esto que salgan a la calle y vean el país que los rodea, que de vez en cuando vayan a los barrios o pueblos pobres y vean la verdadera realidad que vive esta gente, ver de vez en cuando los gustos de la gente popular, que vayan a las escuelas y vean como están siendo educados los niños que podrían ser suyos, por primera vez dejen de ver las noticias en la tele o peor aún en internet, formen su propio criterio en base a investigación, respeto y abierto a las ideas, viajen a donde puedan ya sea dentro de México o a otras partes del mundo y comparen no importa a donde vayan, que exploren, no pierdan la esencia mexicana que tanto nos caracteriza, cosas buenas hay muchas, cultura hay demasiada, humor lo tenemos de sobra, la comida ni se diga, conozcan la gran historia que tiene México no se basen solamente en un libro de texto, infórmense correctamente de las leyes, las reformas, el sistema aunque no lo crean funciona cuando lo usas con conocimiento exigencia debida, la corrupción, la desesperación, el ser irrespetuoso es lo que ha acabado a las instituciones, a nuestro gobierno, a nuestros mandatarios y digo esto porque Ayotzinapa vivió las consecuencias de todo lo que no hemos hecho como sociedad, de aquella negligencia, de aquella paranoia, de aquella contaminación y de todos los males que acabo de mencionar, hoy fueron 43, pero la cifra puede subir, y seguirá subiendo mientras nos seguimos culpando los unos a los otros, destruyéndonos como enemigos cuando podría ser lo contrario, siendo la burla de nuestros mandatarios y de la sociedad internacional incluso.
Cambiar a un país es imposible, y más aún a México, son pocos los que de verdad habremos aprendido algo de Ayotzinapa y su tragedia, como en su tiempo lo fue Tlatelolco en 1968 o Acteal en 1997; que verán una forma de no repetir una tragedia similar o peor; no sé como lo harán, no quiero saber, prefiero sorprenderme ante las circunstancias que algunos héroes anónimos le darán a un país necesitado de ellos, no se trata de ser presidente, ni de salir en la tele dando un discurso, quemando edificios o reclamando la impunidad en una computadora.
¿Qué sigue después de Ayotzinapa? Aprender, conocer, viajar, vivir, explorar y por supuesto ayudar a México.
Hablando de esperanzas viene ahora la pregunta ¿Es este el país que merecemos todos? Lamentablemente para mi la respuesta es sí, consumimos lo que queremos y no lo que nos dan habiendo otras opciones y va desde lo tangible hasta lo intangible, lo que nos hace bien y lo que nos hace mal, sin embargo al mismo tiempo se vuelve un reto para todos como sociedad ¿Cómo compensar prácticamente 500 años de daño a nuestro vasto país? La solución no está en marchas, ni hashtags, ni en mentarle la madre a Peña Nieto, ni quitando de su puesto a las autoridades, está en uno mismo, a veces la respuesta está saliendo a la calle, yo invitaría a todos aquellos que alcancen a leer esto que salgan a la calle y vean el país que los rodea, que de vez en cuando vayan a los barrios o pueblos pobres y vean la verdadera realidad que vive esta gente, ver de vez en cuando los gustos de la gente popular, que vayan a las escuelas y vean como están siendo educados los niños que podrían ser suyos, por primera vez dejen de ver las noticias en la tele o peor aún en internet, formen su propio criterio en base a investigación, respeto y abierto a las ideas, viajen a donde puedan ya sea dentro de México o a otras partes del mundo y comparen no importa a donde vayan, que exploren, no pierdan la esencia mexicana que tanto nos caracteriza, cosas buenas hay muchas, cultura hay demasiada, humor lo tenemos de sobra, la comida ni se diga, conozcan la gran historia que tiene México no se basen solamente en un libro de texto, infórmense correctamente de las leyes, las reformas, el sistema aunque no lo crean funciona cuando lo usas con conocimiento exigencia debida, la corrupción, la desesperación, el ser irrespetuoso es lo que ha acabado a las instituciones, a nuestro gobierno, a nuestros mandatarios y digo esto porque Ayotzinapa vivió las consecuencias de todo lo que no hemos hecho como sociedad, de aquella negligencia, de aquella paranoia, de aquella contaminación y de todos los males que acabo de mencionar, hoy fueron 43, pero la cifra puede subir, y seguirá subiendo mientras nos seguimos culpando los unos a los otros, destruyéndonos como enemigos cuando podría ser lo contrario, siendo la burla de nuestros mandatarios y de la sociedad internacional incluso.
Cambiar a un país es imposible, y más aún a México, son pocos los que de verdad habremos aprendido algo de Ayotzinapa y su tragedia, como en su tiempo lo fue Tlatelolco en 1968 o Acteal en 1997; que verán una forma de no repetir una tragedia similar o peor; no sé como lo harán, no quiero saber, prefiero sorprenderme ante las circunstancias que algunos héroes anónimos le darán a un país necesitado de ellos, no se trata de ser presidente, ni de salir en la tele dando un discurso, quemando edificios o reclamando la impunidad en una computadora.
¿Qué sigue después de Ayotzinapa? Aprender, conocer, viajar, vivir, explorar y por supuesto ayudar a México.
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