Y la próxima vez pónganle más diseño a su abuela.


En mis años de experiencia laboral sumados a los de estudio en el ramo del diseño nos encontramos con anécdotas, pero sin duda una de las más amargas y desgraciadamente una de las más recurrentes por los clientes o personas que tienen que estar relacionadas con los diseñadores es sin duda la frase "Ponle más diseño"; si bien hay muchas otras expresiones que hartan en nuestra profesión, esta sin duda es una serie contendiente a una de las más molestas, además de ser también una de las que menos sentido tiene.

No se puede medir.
El diseño, a comparación de otras carreras, esta no tiene medición en cuanto a su estructura interna, es decir lo que constituye lo simbólico, semiótico y visual, puede tener medidas, expectativa de ventas, pixeles, número de impresiones, visitas, etc.; pero todos estos son resultados que se miden a futuro, las horas invertidas en cada diseño varían, además de que la creatividad es intangible, y solo se ve plasmada al momento de la entrega de resultados y aún así no se puede medir el porcentaje de creatividad invertido en cada trabajo.

¿Por qué no se puede medir?
Retomo el concepto de Charles Eames sobre lo que es el diseño el cual dice: un plan para organizar elementos de modo que puedan lograr un propósito; si bien los planos necesitan mediciones y acomodo de tamaños y proporciones, su estructura creativa-histórica sigue sin tener una unidades, la percepción de cada persona cuando tiene ante sus ojos el diseño depende de su reacción sentimental y no porque haya visto algo con suma exactitud, como cuando uno ve resultados de contabilidad, los materiales de un ingeniero civil, la maqueta de un arquitecto, el código de programación de un ingeniero en software, entre muchas otras profesiones que dependen de la exactitud de sus trabajos; pero el diseño como puede ser exacto como no serlo, la percepción del espectador o el consumidor es diferente al igual que la del cliente o del mismo creador; la imaginación y el poder sugestivo de la mente no se puede medir, ni agregar, ni quitar.

El límite no existe.
Muchas de las escuelas o centros educativos enfocados al diseño piden que para que sea funcional no tenga muchos elementos y que sea sobrio o sencillo; pero esta no es una regla que se deba de seguir al pie de la letra como si se tratase de una ley de la física; y muchas veces no se sigue la línea de lo minimalista por los mercados, o simplemente porque cuando se agregan más elementos así funcionan. Un ejemplo claro, los carteles actuales de la Lucha Libre Mexicana, todos hemos visto que están retacados de colores, tipografías, fotografías y fondos de colores muchas veces fosforecentes, esto a los ojos de los cartelistas más reconocidos en otras partes del mundo les generaría horror, pero no para el público, al contrario, resultan hasta ser objetos coleccionables, y es que cumplen con todos los requerimientos para que la gente acuda al espéctaculo, llaman la atención, mencionan todas las luchas, los precios, el lugar e información de venta de boletos; es sin duda la publicidad ideal para el tipo de mercado que abarca, y no se trata de una situación de "poner/quitar diseño" sino cumplir las expactativas de funcionalidad del público y el organizador, es decir, el cliente

La justificación.
Algo que se ha olvidado mucho en tiempos recientes es la explicación justificada del por qué y el para qué del diseño, en una época en la que los resultados deben ser inmediatos y donde la mayoría de los clientes se vuelven más exigentes (O más ignorantes) es muy difícil explicar la razón del diseño en cuestión; si bien es cierto no todos tienen conocimientos en la materia tampoco es impedimento para saber del por qué la realización del trabajo, que se puso, que no se puso, por qué está ahí, qué contiene, qué aporta, qué historia contará, cuál es la base de la idea; hay clientes que no están interesados en eso, y quizás tengan sus razones, pero lo que realmente les importa es "cuanto diseño tiene" y "si está bonito".

Solución de problemas.
El diseño abarca además de la funcionalidad del mensaje consumista una solución para facilitar la percepción de una idea, fantasía, producto o servicio; todo esto es algo que tampoco se puede medir o cuantificar de manera tangible, la psicología del consumidor es imposible de saber en que porcentaje se encuentra o su percepción ante el diseño de todo lo que le rodea, pensar en "agregar o poner más diseño" es el equivalente a jugar a manipular la mente sin tener las habilidades o poderes especiales para hacerlo.

Los elementos.
Si bien "ponerle más diseño" implica poner más cosas como tipografías, vectores, fotografías, etiquetas, banners, etc.; no es agregar diseño, es agregar elementos que ayuden a entender mejor el trabajo en cuestión; justificando un poco la frase tan molesta, podríamos decir que hasta cierto punto es malinterpretada; no es que los clientes o las personas relacionadas al trabajo estén mal del todo, es que no saben darse a entender (por algo recurren a los diseñadores, comunicologos y expertos en marketing), y se van por las frase supuestamente más sencilla, cuando resulta ser lo contrario.

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