Dejé mis sueños para ser Godínez.



El término Godínez, Gutierritos, Oficinista o en su similar en inglés Workaholic ha sido un constante fenómeno del mundo laboral actual surgido a partir del siglo XX cuando surgen las primeras oficinas en las también nuevas corporaciones, el sistema financiero cambió radicalmente adoptando un nuevo modelo capitalista (al menos en América y en el Occidente de Europa y sus todavía Colonias); los grandes empresarios empezaron a requerir más personal no solo de clase obrera/manual sino encargados del famoso 'papeleo', las cuentas de la empresa, la contratación de más personal y nuevos departamentos que se fueron adaptando con el paso del tiempo y conforme al giro de cada una; el capitalismo como muchos sabemos subió como la espuma y hasta eliminó al comunismo, por consiguiente el mercado se volvió más exigente, el consumo más competitivo y desmedido y el dinero moviéndose de un lado para otro; esto requiere de más personal, más horas de trabajo, instalaciones para que el trabajador cumpla dichas exigencias y por supuesto una mayor producción basada prácticamente en el perfeccionismo aunado a que en algunos sectores profesionales y técnicos la demanda laboral es tan apretada que deciden emplearse en algo que no solamente les exija en su labor, sino también en renunciar al mundo exterior y a sus placeres.

Las ilusiones destruidas.
Durante la infancia, adolescencia y para algunos afortunados vida universitaria se añora con el trabajo ideal, estudian una carrera, una especialidad o un diplomado con la oportunidad de estar entre los magnates, ganando sueldos que cumplan sus caprichos, independizarse de sus familias y crear un futuro sin problemas, pero a la hora de la entrega de papeles la situación es bastante diferente; las escuelas (independientemente del nivel educativo) solo se enfocan mayormente en la teoría de la carrera, pero rara vez en la práctica, lo que conocemos como Prácticas Profesionales o Servicio Becario es muy poco aprovechado por algunos de los estudiantes quienes menosprecian trabajar gratis o por un sueldo raquítico, se evitan la experiencia laboral que esta puede traer y de última hora se encuentran en el frustrado intento de buscar ese trabajo ideal; pero también nos encontramos exigencias en las empresas que no cuadran con el perfil del empleado, ahí tenemos la experiencia, los programas que maneja, la edad, el trabajo a realizar y hasta el sueldo; las escuelas, las empresas y hasta los medios incluso tienen cierta responsabilidad de vender 'espejitos' a los estudiantes alegando que son las que más colocan en el mundo laboral, y hay que recordar que no es lo mismo cantidad que calidad; aunque los alumnos también pueden hasta pecar de ambiciosos y se les es más difícil encontrar la calidad ante la cantidad, sobretodo los que no son de clase alta; la frustración ante la bienvenida al mundo adulto también es un factor psicoloógico a considerar y que las escuelas (y hasta las familias) no lo tocan; y cuando lo hacen los jóvenes por diversas cuestiones (ideales o ilusiones) no los toman en cuenta pues el sueño (que hasta puede ser considerado ciego) continua.


Decepción y frustración.
Es común en muchas empresas encontrar personas con estos dos factores; y es común que estos lo desquiten hacia otros externos, desde compañeros de trabajo hasta familiares; pero también esto deriva en una especie de conformismo, es decir, odian su puesto, profesión, empresa, pero no hacen nada por remediarlo, y es que puede más el dinero que la búsqueda de una mejor situación, y esto lo han aprovechado los superiores, retener al empleado con estándares para medir su competitividad, actitud, responsabilidad, cumplimiento de ordenes, puntualidad y horas extra de trabajo; lo que retiene aún más a los empleados que no solo están hundido en el consumismo sino que existen responsabilidades morales (Familia y/o pareja) que lo atan a un contrato; el famoso "no hay de otra".


Computadora ¿Aliada o enemiga?
Algo distintivo del trabajo de oficina es sin duda la computadora, aquel aparato del cual suponíamos que iba a quitarle el trabajo a los humanos, más bien lo ha ampliado; el pasar todo de lo manual a lo digital ha resultado una bendición para empresas y por supuesto oficinas, lo cual ha ampliado la exigencia de trabajo para muchos, una computadora resulta básico para cualquier Gódinez, es más que su herramienta de trabajo, su confidente, su secretaria y a la vez su jefe, de aquí surgen también algunos chistes como las caídas del internet, las páginas restringidas, las impresiones o copias y el más conocido, el cómo les quita la vida poco a poco, para los fanáticos de la música grunge recordarán aquel famoso video de Pearl Jam "Do The Evolution" en una de las partes encontramos un empleado tecleando en una computadora, es tanto su trabajo a tal grado que los cables de ella toman su cuerpo y mente para hacerlo trabajar de manera permanente junto con miles de personas más encerradas en cubículos, la realidad quizás esté distante de algo tan literal, pero en un sentido símbolico no está tan alejado, con la ampliación del internet con las famosas redes sociales, el correo electrónico y los servicios multimedia de streaming el ser Gódinez se ha vuelto una comodidad, si bien hay empresas o negocios que personalizan sus aperturas y restricciones la computadora sigue siendo el objeto vital del Gódinez, pero como en todo, en especial en esta era digital todo en exceso es malo, y por supuesto tanto la computadora como ahora el smartphone son parte de ellos, y esto va junto con pegado con la famosa adicción al trabajo.


Workaholic.
Hoy en día para todo hay adicciones, ya no es solamente exclusivo del alcohol, las drogas o el tabaco, también estas han llegado incluso al campo laboral, aquellos que pasan día y noche trabajando ya sea en la oficina o en su hogar, los que son capaces de mandar correos a las 4 de la mañana cuando el resto solamente está durmiendo, los que no permiten que se les distraiga ni con el chisme más candente, que eluden su vida social en horas libres por preferir trabajar, etc.; existen varias formas de reconocerlos, pero sin duda la más conocida y en la que encontramos a cualquier adicto es el vacío fomentado por alguna actitud pasada, los Workaholics en su afán del reconocimiento por su labor se encuentran bajo este régimen de trabajo basándose en la opinión de los demás (sobretodo de sus superiores o clientes); también una destrucción del autoestima al no dedicarse tiempo para sí mismos, más bien dedicando el tiempo a otros, incluso personas a las que jamás conocerá o que ni siquiera la conocen; uno puede pensar fuera de su círculo laboral o social (del poco que queda) que es una persona ordenada y trabajadora, por lo general no, recuerden que las adicciones son un desorden mental para evadir la realidad y adentrarse en una que se busca a través de una sustancia o situación, una realidad que no los satisface, que no aceptan o que no quieren cambiarla, es más fácil echarle la culpa a otros o a la vida; la línea delgada entre el Godínez y el Workaholic es muy delgada, pero hay diferencias.

Godínez, el chistoso.
Por diversas redes sociales y conversaciones hemos escuchado el término Godínez para todos los que trabajan en oficinas, estos términos adoptados gracias a la cultura pop de la televisión mexicana de la telenovela Gutierritos, la serie Mi Secretaria e incluso del Chavo del 8 derivaron en la creación del apodo que los tiene catalogados, los que se emocionan con las quincenas, los que van de traje a las fondas o restaurantes, los que tienen una oficina decorada, los que llevan su comida en 'tupper', los que portan con orgullo su gafete, los que se emocionan con el pastel de cumpleaños en la oficina, en fin, son muchas las situaciones cómicas pero realistas de estos oficinistas de las cuales se han hecho memes y hasta cuentas de Twitter o Fan Pages en Facebook; pero el fenómeno del Godínez no fue creado por mera casualidad o por las similitudes con los programas de la televisión, sino por como se ha creado el mercado laboral en nuestro país,

La destructora de sueños.
Se dice mucho que nadie soñó con ser Godínez, es uno de los trabajos en el sector profesional más menospreciados y a la vez uno de los más solicitados; no solo debido a un suelo, sino a un trabajo estable asegurando las prestaciones de ley que todos conocemos; pero al precio de dejar la vida social, algunos hobbies y hasta sueños de otras profesiones, negocios o actividades artístico/deportivas, en repetidas ocasiones en los diferentes cubículos y oficinas vemos como muchos ven malogrados sus sueños de hacer algo diferente con sus vidas pero por circunstancias personales (e incluso profesionales) incursionaron en el universo Godínez; incluso carreras ajenas a las que se puede pensar de un oficinista se encuentran en las filas de Tupper por el microondas, encontramos aquí a los ex estudiantes de artes, diseño, filosofía y letras, música, deportistas, bailarines, pintores y muchas otras carreras que muchos se preguntan el por qué la pausa indefinida de sus sueños escolares. Sin embargo existe una responsabilidad por ambas partes, las oficinas y sus rigurosos horarios, jefes estrictos y controles de calidad hacia los empleados que los mantienen bajo un techo lleno de computadoras, cables, impresoras y engrapadoras y por otra parte tenemos a los estudiantes frustrados que por cuestiones de colocación, competitividad o en el peor del los casos por flojera no encontraron ese trabajo soñado y hoy prefieren hacer el papeleo.

¿Una nueva forma de esclavitud obrera?
Hablar de esclavitud es destacar condiciones precarias bajo un ambiente infrahumano, si consideramos los derechos humanos no podemos pensar en este punto, pero bajo el sentido símbolico puede ser perfectamente relacionado, véamoslo desde este punto, estas personas están en un mismo punto ndurante varias horas consecutivas por una paga muchas veces no muy bien remunerada (a menos que sea de los altos mandos), usan la misma ropa (que a la vez tienen que cuida porque es la única que tienen bajo las ordenes del patrón), algunos de sus pagos son canjeables en establecimientos lo que antes se conocían como tiendas de raya, falta de crecimiento o bien uno basado en años de servicio, confianza, actitud y en algunos casos por ser lamebotas; se le puede llamar esclavitud obrera o Godínez, y es un fenómeno que ha existido prácticamente desde las primeras civilizaciones; lo que ha cambiado son simplemente los derechos de los trabajadores de las clases más bajas, en una organización piramidal en la que se rige el consumismo capitalista es bastante común saber quienes son los esclavos y quienes los que mandan a ellos, entre más alta es la pirámide más difícil es librarse del régimen de ser Godínez; incluso el sistema piramidal que se aplica muchísimo en los sistemas de empresas multinivel se rigen por este sistema, no hay igualdad, unos trabajan para otros y estos a su vez trabajan para otros allá arriba hasta que llegamos al dueño, el presidente o el CEO (Como guste llamarlo). Algunos enemigos del capitalismo (y por supuesto amantes del socialismo) lo ponen como un sitio donde muy pocos triunfan y donde los sueldos son maquillados por puestos y complacencias (como lugares de estacionamiento y artículos de papelería con el nombre del empleado); sigue sin haber esa igualdad entre los más altos y los más bajos, y puede ser posible en algunos casos, pero también nos podemos ir a los aislados.

Great Place To (My) Work.
Pero no todo lo que dictan las empresas o corporativos tiene que basarse en horas de encierro, sueños frustrados y gente con ánimos malintencionados, también existen casos excepcionales, es el caso de la certificación del Great Place To Work Institute; un sitio enfocado en ayudar a las empresas a mejorar sus tratos humanos y laborales para la obtención de mejores resultados a cualquier plazo, el Instituto año con año hace un listado de quienes están en su ranking anual y por supuesto muchas compiten por estar ahí, no se trata de una certificación de calidad cualquiera, se trata de posicionamiento de la marca; de ahí que participen empresas como Hotel Mayan, Nearsoft, Su Auto, Citi, INSAR, Marriott, Liverpool y hasta Buró de Crédito; para GPTW esto ayuda a la competitividad, un verdadero corrección o prevención de errores, crecimiento profesional, moral y personal de los trabajadores, promueve el convivio entre los diferentes puestos, capacitación constante, transformación del centro laboral y hasta la decoración e interior de la misma; esto permite no solo que el trabajador se sienta agusto sino que pueda mantener sus actividades sociales, artísticas y deportivas, al final de cuentas un trabajador sano física y mental es alguien que mejorará el trabajo que se realiza.

Otros métodos.
Jefes o dueños alegan que mejoran situaciones conocidas por ellos, sin embargo los resultados no son los esperados, quiere decir que no se ha aprendido lo suficiente o solo quieren farolear conocimientos que desconocen totalmente, desgraciadamente no conocen lo suficiente a los empleados o no han promovido la convivencia/ambiente laboral; es aquí donde entra la humildad, la confianza, la solidaridad y varios valores más, pero también el ver pros y contras de los empleados, en qué momento o situación son más productivos y ser lo más autocríticos posibles para el mejoramiento de la calidad empresarial; es el caso de empresas como Pinterest la cual enfoca la diversión, la naturaleza y la convivencia, todo esto a cambio de laborar para el crecimiento del sitio; otro método es el que aplican en Suecia u otros países de la Unión Europea en donde reducen la jornada de ocho horas a solo seis, esto para que los empleados sientan una especie de presión/motivación para realizar su trabajo, entregarlo a tiempo y al mismo tiempo proseguir con sus vidas personales; además así se evita que estos pierdan el tiempo en distintas actividades distractoras; pero en México la situación es muy difícil, en un país donde se piensa como crisis económica y no en crecimiento hace que los dueños teman a la calidad, prefieren la cantidad, más no significa mejor, y por consiguiente tendremos más horas de trabajo por sueldos raquíticos, pero también dependerá de los empleados si desean ser lo que de verdan quieren o seguir siendo llamados Godínez o Gutierritos.

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