Ecoturismo y otros fraudes.


El turismo es sin duda uno de los negocios más rentables de México, según El Economista contribuye al 8.4% del PIB, incluso ya ha superado a la industria petrolera que ha decaído en los últimos años con todo y el rotundo fracaso de la Reforma Energética; al mismo tiempo es según la Organización Mundial del Turismo aseguró que es el 10° más visitado en el mundo, siendo único país latinoamericano en el Top 10; esto gracias a que sigue siendo un destino atractivo en distintas materias y sobretodo bastante accesible; pero tanto como es accesible también se vuelve parte de la oferta y demanda, entre más popular es un sitio obviamente los precios suben por los productos y servicios consumidos directa o indirectamente del sector y esto es lo que ha ocurrido últimamente con los destinos naturales de nuestro país, el famoso Ecoturismo, las solicitudes a los diferentes destinos naturales se ha vuelto tan excesiva que no solo han aumentado los precios, también la afectación de la ecología de estos.

El caso más sonado y el más reciente es sin duda el caso de las Islas Marietas, ubicada en las costas de la Riviera Nayarita, y es que ha sido tanto el daño ecológico que han obligado a las autoridades a cerrarla provocado por las distintas embarcaciones y la gran afluencia que ha tenido en los últimos años ha afectado el coral y las playas de dicho lugar, y es que el turismo en los últimos dos años ha crecido más de un 50%, pues de pasar a solamente unos cuantos visitantes por día se excedió la cantidad en más del 90% al día, y es que ciertamente la famosa Playa del Amor es un destino paradisíaco, incluso único en el mundo, es precisamente eso, lo que lo hizo tan popular, dentro de su belleza encontró su penitencia.

Las Islas Marietas no son el único lugar que está sufriendo las inclemencias de los ambiciosos del Ecoturismo, alrededor del país estamos viendo como se está devastando el ecosistema en pro de las visitas nacionales y extranjeras, pero esto no solo se lo debemos a los "hombres de pantalón largo", ellos ven los productos y servicios potenciales y después los vuelven algo explotable, sin importar que esto perjudique al planeta, a quienes deberíamos culpar es a los mismos turistas.

Bien dicen que el peor enemigo de la naturaleza es el hombre, pero siento que estamos generalizando demasiado cuando nos referimos a toda la raza humana, más cuando desconocemos que las culturas prehispánicas de todo el país respetaban muchísimo lo natural y hasta la veneraban, esa mentalidad a pesar de la Conquista Española fue heredada a varias comunidades en el campo, en la costa y en las montañas, es decir, los sectores contrarios a lo urbano, unos cuantos años atrás era impensable el concepto de ecoturismo, más bien era como una aventura sencilla, sin afán de dañar la naturaleza, al contrario, era contemplarla, disfrutarla y sobretodo cuidarla; seguramente muchos en nuestra infancia habremos ido a algún lugar hace no más de diez años y era raro el que te ofrecieran una especie de tour, "experiencias", fotografías y souvenirs a precios de risa, propiedades naturales expropiadas por algún inversionista o franquicia, comidas disque tradicionales, en fin, toda una gama de servicios para aquellas personas ávidas de presumir.

El mercado del Ecoturismo se ha hecho para personas que les encanta presumir, aquellas que llegan a sus centros de trabajo, estudio o sociales a demostrar su superioridad ante los acontecimientos del mundo, uno de ellos su supuesta preocupación por la naturaleza, para muestra tomo de nuevo el ejemplo de las Islas Marietas, hace no más de cinco o diez años nadie las tomaba en cuenta, es más nadie, iba a ahí aunque sea a tomarle una fotografía, y aunque este lugar era considerado Parque Nacional desde los años sesenta no tomó relevancia hasta hace apenas entrada esta década cuando medios internacionales empezaron a difundir fotografías del lugar en alta definición, inmediatamente sube la oferta y demanda y como suele suceder hay gente aprovechada de la situación, inversionistas y la misma gente de la comunidad, de pasar por un viaje sencillo en una lancha pesquera de 100 pesos pasamos a tours de hasta 1000 pesos, más del 100% de lo que costaría un viaje sencillo hace más de una década.

La "privatización" de los centros ecológicos del país se ha convertido en un negocio bastante lucrativo no solo para los habitantes de las regiones sino para los grandes empresarios y resulta más seguro y comfortbale para el turista, pues se evita demasiados riesgos que la naturaleza lleva consigo, los animales salvajes, la pobre red de telefonía celular, los carentes servicios de electricidad y agua potable, el estar a la intemperie sin algún resguardo de seguridad de por medio son muchas de las razones por las cuales los turistas prefieren pagar más, estar a la segura, no salir de su zona de comfort, postear esa selfie farolera y sin riesgos sanitarios o de salud por su inexperiencia en el ramo de la supervivencia fuera de la urbanización.

La sociedad urbana actual no solo a nivel nacional sino mundial se ha vuelto muy temerosa no solo de la naturaleza, sino de las personas que la conocen a la perfección, nos resulta más facil confiar en un guía de turistas que en un campesino y/o indígena de la región, o incluso dejarnos llevar por nuestro propio sistema de orientación y aventura, nos limitamos a conocer más de su entorno y como conviven sin los medios urbano-tecnológicos a los que estamos acostumbrados, México es mucho más que hoteles boutique y sobretodo cumple con las famosas tres B's (Bueno, Bonito y Barato); el turismo de aventura o ecoturismo verdadero está donde está en lo menos citadino.

Tampoco voy a decir que el Ecoturismo es el súper villano de esta historia ecológica, no todos estos lugares son malos y hay algunos que de verdad sí promueven el cuidado de nuestros recursos naturales a precios bastante accesibles, y lo más irónico es que son los menos populares y por consiguiente donde uno de la pasa mejor sin el tumulto que provocan los que sí lo son, más bien estoy a favor de que sepan en qué están gastando su dinero, si vale la pena cierto gasto y que beneficios existen tanto para los que ganan como para los que gastan; tampoco estoy en contra de que algunos sitios turísticos se urbanicen o sigan este proceso, siempre y cuando estos cumplan con los requerimientos ambientales, prácticamente que no sea otro Tajamar, proyectos sustentables, adaptados al entorno, flora y fauna, que ciertamente signifiquen ganancias para los inversionistas y que sirva para el mantenimiento, impuestos y pago de salarios a los empleados, pero sobretodo, tantita madre.

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