América, el Centenario del Odio.

El Club América de México cumple este 12 de octubre sus primeros 100 años de vida, el más odiado, el más amado, el más ganador, el máximo rival a vencer, el millonario, el siempre ayudado por el arbitraje y la autoridad máxima del fútbol mexicano, son diversos los adjetivos y características que se le dan a las Águilas, su afición, su directiva, sus jugadores y hasta detractores lo vuelven uno de los más emblemáticos en base a sus características únicas.

Trataré de no enfocarme en la situación actual del América, pero sí en las exigencias de aficionados y medios, el equipo azulcrema es el más exigido en el fútbol mexicano ¿Es justificable que esto pase en nuestra liga? Conociendo la irregularidad de la misma y la falta de consistencia de los llamados "Grandes" para conseguir títulos podríamos decir que no lo es, pero el americanismo atiende a la arrogancia, el sentimiento de superioridad, el poder y el despertar de las envidias ajenas, por lo tanto el América siempre será llamado a hacer cosas grandes torneo tras torneo.

¿Cómo nacen estos sentimientos que se convierten en la actitud que denominamos "americanismo"? Comparado a otros clubes del fútbol mexicano, al América se le han dado argumentos para incrementar su soberbia, sus origenes en los colegios jesuitas y maristas, su dominio en la década de los 20, el ser el formador de las primeras selecciones nacionales de fútbol, la venta a Telesistema Mexicano (Grupo Televisa), los primeros títulos de la era profesional, la época dorada de los 80, los polémicos arbitrajes, el surgimiento del sentimiento contrario (el "antiamericanismo"), la oscuridad de los 90 y Michel Bauer, la era de Ricardo Peláez y por último la actualidad del Centenario; entre lo deportivo, lo económico y directivo el América ha formado solo su engrandecimiento y no por la culpabilidad incidental o accidental de otros equipos.

Y es que sí podemos coincidir en algo es que todos los equipos del fútbol mexicano y por qué no decirlo del área de CONCACAF y uno que otro de CONMEBOL quieren ganarle al América, las razones son diversas, por rivalidad local o nacional, por querer sobreponerse al arbitraje supuestamente comprado por el club, por abollar su sentimiento de grandeza, por demostrar que la humildad puede ante la arrogancia, por los millones de Televisa o simplemente por desquitar la popularidad de la cual es abundante; recordemos que según Consulta Mitofsky el América es hoy por hoy el club más popular de México y es cuando surge ese sentimiento de odio y necesidad de mencionar al equipo en cada charla futbolera, la necesidad no solo de ganarle al América sino de humillarlo, es el odio que irónicamente no adolece al equipo, al contrario, lo alimenta.

Mientras los demás equipos se destrozan en argumentos cuando estos se insultan por cualquier razón, al referirse al América o al americanista este en ocasiones lejos de caer en provocaciones se engrandecen de los comentarios en su contra, para atentar contra su orgullo se tiene que hacer en la cancha y arrebatándole la gloria contra las supuestas adversidades que este club refleja, en sus jugadores estelares, en los millones del dueño, en el supuesto arbitraje favorecedor y en los niveles sociales de su afición.

Relacionamos muchas veces al Americanista con la pobreza, lo popular o lo más bajo de la sociedad mexicana (lo "naco" vamos), el estigma que tenemos en México de que lo popular siempre está relacionado con la pobreza es algo natural, y por consiguiente le sucede también al América, aún que su dueño es uno de los hombres más ricos del país, pero la grandeza económica ha envuelto también a la gente de estas condiciones, el sentimiento de superioridad material, cosa que ningún equipo en nuestro país y quizás en el mundo pueda realizar, que el aficionado se sienta millonario aunque sea por 90 minutos, no en referencia literal sino de manera símbolica y como parte de esa exigencia antes mencionada.

Esa exigencia que para nosotros es bastante inconsistente para ellos es parte de la "grandeza" ¿Y cómo se forma eso en el fútbol? Con personajes que den de que hablar, no solo a través de sus declaraciones sino a través de su juego y aporte a la institución, en futbolistas encontramos la figura de Enrique Borja, Carlos Reinoso, Antonio Carlos Santos, Pavel Pardo, Alfredo Tena, Cuauhtémoc Blanco, Miguel Layún, Cristóbal Ortega, Zaguinho, Claudio López, Iván Zamorano, Héctor Miguel Zelada, Daniel Brailovsky, Rafael Garza Gutiérrez; entre muchos otros. En entrenadores están José Antonio Roca, Mario Carrillo, Miguel Herrera, Manuel Lapuente, Raúl Cárdenas, Miguel Ángel López, Jorge Vieira, Leo Beenhaker, etc. Y los directivos no se quedan atrás, el mismo Ricardo Peláez, Guillermo Cañedo de la Bárcena, Javier Pérez Teuffer, Emilio Díez Barroso; y otros más que han estado ahí para crecer el simbolismo del ser americanista.

Representar al club más ganador de México (aunque nos cueste aceptarlo) no es una tarea sencilla, en ningún país es fácil representar a los grandes, pero el caso del América atiende a algo especial, al mercado de sentirse superior, la compra de Grupo Televisa le permite tener diversas campañas publicitarias enfocadas a su "grandeza", apoderarse del emblemático Estadio Azteca (la casa por excelencia del fútbol mexicano), gastar millones de dólares en refuerzos (algunos hechos cracks y otros unos verdaderos petardos), tener los mejores uniformes (aunque a veces medio falla esta formula) y por supuesto su mistíca; el América vive no solo del odio de los demás, sino de sus mitos y polémicas, acusado de comprar árbitros, jamás comprobado; de monopolizar el fútbol mexicano, imposible en la irregularidad del mismo, de ser el más grande, en México sí, a nivel CONCACAF también, le falta quizás conquistar CONMEBOL y un Mundial de Clubes, que el América siempre tiene que ser espectacular para el consentimiento de su público exigente, eso sin duda es un reclamo que ya quisieran otros equipos que a veces parecen que juegan a nada, de ser el más odiado y criticado, eso sin duda.

Si bien en México existen varios tipos de rivalidades, la del América se forma en un sentimiento y forma de pensar, el famoso "antiamericanismo", adjudicado a los medios contrarios a Televisa, pero originalmente creado por la afición ajena, y es que los azulcremas se han hecho del incremento de sus más grandes rivalidades en base a las batallas campales provocadas por la euforia de todos los sectores, el Clásico Nacional contra Chivas representa la rivalidad Ciudad de México-Guadalajara o los dos máximos protagonistas del fútbol mexicano, el Clásico Joven contra Cruz Azul por la disputa de la popularidad no solo del antes Distrito Federal sino del Estadio Azteca al mudarse el equipo azul al Coloso de Santa Úrsula, el Clásico Capitalino contra Pumas que representa la lucha de poderes por un lado la clase estudiantil y rebelde contra la popular y arrogante, incluso los equipos del Norte ansían ganarle (sobretodo los de Monterrey) imponer su condición geográfica sobre la chilanga; pero el antiamericanismo expone que no solo son condiciones de cancha sino mediática, crítica destructiva, repulsión y rechazo.

¿Y el americanista cómo se siente al respecto? Simplemente acostumbrado a que siempre hablen de su equipo para bien o para mal; sin embargo este concepto solo es aplicable cuando el equipo marcha bien en los torneos o se sobrepone a la adversidad; de lo contrario esta será no solo una merecida humillación sino la exigencia se volverá exagerada anteponiendo los argumentos históricos y pasionales que han llegado a ser hasta ridículos, los famosos "americanistas nacos" que llegan a ser un beneplácito de los ajenos, y aún así hay quienes dentro del mismo color azulcrema lo aceptan con humor e ironía.

Hay quienes dicen que al América le falta humildad y ubicarse en la realidad del fútbol mexicano, pero si así lo fuera entonces no sería el América, no tendría sentido aspirar a ganarle, de burlarse de sus aficionados y de que ellos mismos exijan la grandeza; sería prácticamente contradictorio a su historia aún que la misma directiva lo exija, el americanista tiene que ver hacia arriba cual vuelo del águila.