El mercado de la nostalgia del chavo ruco.


Hace ya casi dos años había comentado la relativa muerte del pop mexicano, esto debido a que ya no solo no se produce música del género como antes, sino la falta de calidad, promoción y que llegue a entrar en el gusto de varios, incluso los que lo consideran como un 'guilty pleasure', como sino fuera suficiente agonía la que vive la música contemporánea nacional se ha apostado por una especie de permanencia del movimiento musical, y es a través de los reencuentros, grupos como Kabah, OV7, Jeans, Magneto, Moenia, Mercurio, Sentidos Opuestos y hasta Fey han decidido colaborar juntos.

¿Cuál es el fin de estos reencuentros?
Los reencuentros se basan más que nada en extraer ganancias de manera conjunta y a través del recuerdo de un mercado que bien podría oscilar de 23 años en adelante, pero que por el poder adquisitivo e interés por estos artistas abarca en su mayoría de 30 años y similares, motivados por el sentimiento de que no los volverán a ver en vivo lo que podría restarles de vida compran los boletos y llenan los sitios donde se dan los conciertos, además de comprar la mercancía relacionada que van desde los souvenirs hasta los albums, videos y las canciones remasterizadas y adaptadas a la época; es todo un negociazo del cuál todos los artistas noventeros aprovechan y unir fuerzas incrementa su posibilidad de ganarse a los viejos y quizás nuevos fans.


¿Carreras muertas?
Después del exitazo del pop noventero muy pocos lograron mantenerse en la escena del espectáculo, tenemos aquí los casos de Kalimba, María José, Fey y en el caso de bandas Moenia; otros se dedicaron a otro tipo de proyectos de producción musical y televisiva, actuación o conducción de programas en radio y televisión; otros se encuentran en proyectos alternativos, una vida fuera de los reflectores y algunos incluso en problemas personales pero sin llamar la atención de los medios, sobretodo de los sensacionalistas, y no tanto a que haya muerto su carrera, sino simplemente al alejamiento de los escenarios enfocándose en otras prioridades. A pesar de haber estado alejados de la música sus canciones siguen reproduciéndose en las plataformas streaming y en ahora listas de recuerdos de las estaciones de radio o programas especializados en televisión y videoblogs; carreras muertas no del todo, invadidas por la nostalgia sí.

Falta de inversión y apuesta por la música.
Durante varios años las principales televisoras y medios del país manejaron muchos proyectos musicales tanto buenos como malos, sin embargo ante la crisis que viven estos han decidido ya no optar por invertir en música o en programas relacionados debido a que hay mucho riesgo de por medio y en estos momentos no se pueden tomar dichas decisiones; esto le significa a la músical comercial un enorme golpe pues así no existe promoción, el manejo de la producción y las giras nacionales e internacionales; pocos son los artistas o bandas pop que se mantienen gracias al apoyo de sus disqueras y por qué no decirlo de su carrera. La falta de material nuevo del cual muchas veces se encargaron las televisoras, productores y especialistas en mercadotecnia es un detonante para sacar el viejo a la luz y hacerlo redituable; ya sea para ganancias personales o después invertirlo en nuevos proyectos, eso ya depende del éxito de la gira y la mercancía ya mencionada.


Contra el streaming, lo alternativo y lo extranjero.
Gracias a internet y en su momento a la televisión por cable pudimos conocer nueva música y también la que existe fuera de nuestras fronteras, que en muchas ocasiones resulta de mejor calidad y popularidad que la que se hace en México ¿Malinchismo musical? No precisamente, ya que el género mexicano que toma más fuerza en estos momentos es la banda por lo que los intereses del país en este aspecto siguen intactos independientemente del género, sin embargo para quienes no gustan del género aquí es cuando la música alternativa mexicana está tomando fuerza y los festivales que ofrecen dichas experiencias de escucharlos (cosa que no ofrece el pop), aunque no de forma comercial como sucediera en los 90 u 80, además de tomar relevancia con los servicios de streaming e incluso por las redes sociales. La adaptabilidad a las nuevas tendencias ha sido algo que le ha costado a los representantes y poperos noventeros, llegar a este mercado y no conformarse con el que ya tienen; de ahí que muchas de sus producciones recientes no han triunfado y son necesarias las giras de reencuentro.

La diversidad cultural y social de México se ha vuelto cambiante con la música, el pop no está excento y quizás la escena comercial tiene que adaptarse a la alternativa, alejarse de las comodidades que ofrecen las televisoras y la imagen que les conlleva, sin embargo, es más fácil armar un reencuentro.

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