El incómodo tema de la inmigración en México.


Hubo un tiempo en que México a principios del siglo XX era el paraíso de los refugiados de las diferentes guerras y conflictos políticos alrededor del mundo aún con el peso de ser vecino de Estados Unidos, fue así como llegaron europeos, asiáticos, judíos y sudamericanos, muchos de ellos terminaron enamorados de las diferentes regiones del país, se encantaron con el trato de las personas, las política mexicana en cuestión de migración se había vuelto accesible, por supuesto a cambio de un aporte para la nación; los tiempos cambiaron, las crisis económicas se volvieron una constante, los gobernantes se pusieron más estrictos con tal de evitar la amenaza comunista y proteger los "intereses" nacionales; la política migratoria no solo envejeció, se volvió inútil y es por eso que no es muy común que tengamos extranjeros trabajando, estudiando o conviviendo entre nosotros como sucede en otros lugares más accesibles.

Al mismo tiempo durante muchos años el asunto inmigratorio se volvió un estigma, algo desconocido, una situación que no queríamos ver, lo cierto es que varias partes del país están afrontando crisis humanitarias por el excesivo flujo de ilegales que quieren cruzar a Estados Unidos vía México, algunos lo logran, pero los que se quedan estancados tienen que enfrentarse a la discriminación, el abuso de las autoridades, la falta de oportunidades y los rigurosos trámites que ha hecho el gobierno con tal de que no puedan establecerse aquí como ciudadanos, uno podría pensar que no tienen derecho por haber llegado a territorio nacional de manera ilegal pero ¿Y los mexicanos que se encuentran buscando el Sueño Americano?

Alegamos que los mexicanos se encuentran allá no son como en su momento los describió Donald Trump al inicio de su tan polémica campaña presidencial y que las deportaciones masivas van en contra de los derechos humanos, además de negarles los derechos que han hecho por méritos desde conseguir el trabajo más humilde hasta la formación de una familia en suelo norteamericano; por una parte hay algo de razón, pero ¿Acaso los centroamericanos, caribeños, africanos y hasta asiáticos no vienen a lo mismo a México? Cierto, su prioridad es Estados Unidos, pero al no llegar podrían establecerse en nuestro país, pero no lo hacen, porque existen más limitaciones aquí que en "el otro lado".

Y si usted se hace preguntas como "¿Y en qué me puede beneficiar que trabaje un hondureños?" o "¿Qué tienen que hacer aquí los iraquíes?" a partir de ahí ya empezamos mal; técnicamente los inmigrantes vienen de países pobres o conflictivos, pero entonces ¿Por qué deciden salir de ahí? En muchas ocasiones para mejorar sus condiciones de vida y las de sus familiares; aunque claro eso no quita que caigan en las garras de la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado; y es precisamente lo que el gobierno mexicano debería evitar facilitando la mano de obra de los inmigrantes o simplemente pasando por alto su situación hasta la legalización que increíblemente y con todo y Donald Trump pasa; en Estados Unidos los trabajos considerados "los que nadie quiere hacer" e incluso las escuelas no piden tantos trámites como acostumbramos hacerlo en México donde piden el acta de nacimiento, la CURP, identificación oficial, escolaridad, carta de no antecedentes penales y muchos otros documentos; un extranjero no podría aplicar para un trabajo formal porque las leyes están hechas exclusivamente para los mexicanos.

Uno podrá decir también que sí hay extranjeros trabajando en México, y por supuesto que los hay, sin embargo representan apenas menos del 1% de la población del país, no llegan ni al millón de habitantes, lo cual es un número bastante bajo si lo comparamos con Estados Unidos y prácticamente la mayor parte de los que conforman la Unión Europea; si tomamos en cuenta que además de USA, países como Reino Unido, Alemania, Francia, Canadá, los Países Bajos, España o Australia han basado su crecimiento económico, laboral, social, cultural y hasta deportivo en base a los inmigrantes independientemente de como hayan llegado ellos o sus antepasados; México también incluso tiene una diversidad racial enorme derivada de las castas coloniales y algunos procesos migratorios en su pasado y han sido estos procesos que han engrandecido la cultura nacional; un nuevo proceso migratorio macivo podría hacer más competitivo al país, si los mexicanos no se abren al mundo aún dentro de su territorio difícilmente estos lo harán con ellos, incluyendo al vecino del norte. Aunque claro, esto también supone un riesgo, lo cual es el temor más grande los proteccionistas; porque como hemos visto en Europa ha provocado la proliferación del terrorismo derivado del radicalismo religioso o en Estados Unidos el racismo y los enfrentamientos con los cuerpos políciacos y la complicidad de estos para el encierro de ciertos grupos raciales ¿Pasaría algo así en México? Tendría que depender de la concientización del mexicano hacia tener un compañero de clase centroamericano, un trabajador africano o un vecino musulmán; las respuestas son variadas; por lo pronto los únicos sectores por decirlo "privilegiados" de estar en esa situación son los medios y el deporte.

Habría que darle también en parte la razón a los proteccionistas o a la gente que no aprueba que los inmigrantes ilegales tengan oportunidades en nuestro país, la economía se encuentra en una situación inestable y la prioridad es el ciudadano mexicano de nacimiento; habría que determinar cuantos nacidos y no nacidos en México podrían aspirar a algún trabajo, escuela o programa social; cosa que sí hace Estados Unidos muy a pesar de sus políticas anti-inmigrantes esparcidas por los diferentes estados; además de que no todos los estadounidenses aceptan los trabajos que hacen los indocumentados allá, lo cuál incrementa las áreas de oportunidad de algunos, en el lado sur de su frontera la cosa no es tanto así, y no hay que olvidar que muchas de las legislaciones, instituciones y trámites son hechos para únicamente para los mexicanos, cosa que poco o nada podría cambiar.

Al mismo tiempo viene el pensamiento de que los mexicanos tratamos bien a los extranjeros y por eso prefieren los destinos y playas mexicanas, por supuesto, pero estamos hablando del sector comercial consumista; más no de humanización, educación y sociedad donde encontramos las enormes diferencias, además de la invasión de la doble moral; somos muy capaces de tratar como reyes al europeo y al norteamericano blanco; con respeto al japonés o al coreno y quizás a los sudamericanos pero ya hablando de otras partes a muchos les resultan discursos quizás no racistas pero si un tanto rezagados; y es que muchas veces la educación o los valores que se imparten en varios sectores desde las escuelas hasta los medios no han sido capaces de dar un contexto internacional el cual demuestre que los inmigrantes vienen a aportar y no a robar, pero ante la moda del proteccionismo que invade a muchos países es imposible que se vean resultados.




La pregunta es ¿Con qué cara le vamos a reclamar a Donald Trump, a la ONU, a los congresistas de Estados Unidos y a los mismos ciudadanos norteamericanos que no se haga el dichoso muro y que no deporten a los miles de indocumentados? Aquí son tratados peor que en un ambiente que denominamos "racista", la hospitalidad del mexicano está en duda, y aún así la solución a la crisis humanitaria  existe, aunque esta se limita a instituciones de beneficiencia, a las "Patronas", a las pocas personas que deciden dar oportunidades laborales y humanitarias ya sea en alguna ciudad o estado fronterizo o en las principales, si estas personas buscan mejorar la calidad de vida de los suyos habría que saber bajo que condiciones (independientemente de la legalidad y separando el tema de la inseguridad y el proteccionismo) como ellos aportarían algo a nuestro país o si estarían encantados del mismo porque bien lo dice nuestro himno "Piensa ¡Oh Patria querida! Que el cielo un soldado en cada hijo te dio".

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