Casas sin interés social.


Recientemente el portal Animal Político realizó una investigación bastante interesante con respecto a las famosas casas de "interés social" donde las exponía como pésimo negocio para los mexicanos debido a su poca o nula funcionalidad a futuro; pues su rentabilidad, infraestructura interna y el urbanismo de estos lugares se desgastan ahora más rápido, para ser más exactos de los complejos contruídos a partir del año 2000; pues en diversas ciudades del país estos se ubican en zonas retiradas con el fin de "próximamente urbanizarlos", aunque esta idea no es nueva pues desde el siglo pasado con el inmenso crecimiento de varios lugares muchas de estas áreas fueron construídas de esta forma a tal grado que se convirtieron en parte de la ciudad en un tiempo gradual de tiempo.

El problema de las casas de este tipo en México a inicios de este siglo es que fueron construídas en masa sin superar la expectativa de ventas, cosa que no pasaba antes cuando todas las unidades se vendían no inmediatamente pero sí en un lapso considerable, las constructoras y desarrollos inmobiliarios esperan construir casas baratas para abarcar más terreno y por supuesto más venta ¿A qué me refiero con baratas? Construyen solamente lo necesario, prácticamente el molde con pocos detalles con el fin supuestamente de que el dueño pueda "personalizar" su casa, instalación básica vamos, estructura inicial, cableado eléctrico, tubería, piso (a veces), fregadero y sanitario común, un lavadero y si bien te va bardeado o algo que separe la propiedad de otra, es decir, que no estén pegadas.

El 'boom' inmobiliario de interés social podría deberse a que muchos ex presidentes y gobernadores durante sus campañas prometieron acceso a la vivienda, había créditos sí, pero las viviendas no abarcaban a todos los habitantes o a los probables derechohabientes, había la necesidad de crear más casas o unidades habitacionales, se construyeron más de estos como prometieron los políticos, por supuesto, pero lo que no nos contaron en sus promesas es en qué condiciones entregarían la vivienda y cuán valuable significaría a futuro, porque claro, muchas personas ilusionadas de clase media y/o baja compran estas propiedades con la intención de tener un patrimonio presente y en un futuro heredarlas a sus hijos o parientes cercanos para que estos puedan beneficiarse ya sea de la venta, la renta o simplemente de habitarla; la realidad es que las han hecho tan poco funcionales que no resultan negocio para particulares pero sí para quienes construyen.

Para cubrir la necesidad de la vivienda tanto de gobierno e inmobiliarias en años recientes se construyen casas o departamentos de tamaños reducidos para vender o acreditar más personas, ante la enorme necesidad de adquirir una casa de muchas familias estos terminan aceptando las condiciones, eso sí, les dejan la opción de una "remodelación"; y es aquí donde los fraccionamientos adquieren una estructura urbana extraña que incluso ha llamado la atención por sus elementos kitsch; construcciones lentas o a medias con varillas salidas, montañas de concreto y piedras, pintura mal distribuida, ampliaciones inimaginables y muy pocos casos de éxito; si bien ampliar o remodelar en otras zonas de cualquier ciudad puede sonar como algo redituable a futuro en los fraccionamientos de interés social no lo es tanto.

Muchos de estos complejos inmobiliarios como lo mencioné son hechos para las personas de clase media y/o baja, dependiendo de los costos de las casas y la ubicación; pero cuando estos se convierten exclusivos de los grupos sociales más pobres es cuando vienen varios problemas, pareciera que los gobiernos y las inmobiliarias alejan tanto las colonias de más bajo costo a propósito para que estas "crezcan" por su cuenta, pero al tratarse de los más pobres no solamente en materia económica sino en educación, valores humanos y materiales es obvio que esto hace que la delincuencia aumente, la seguridad al igual que muchas otras cosas que ofrecen conjuntos residenciales de más alto costo se ha convertido ya en un lujo.

Tenemos entonces la distancia, la poca funcionalidad de las casas cuando estas son recién vendidas, los costos de su remodelación/ampliación, la falta de urbanidad, la inseguridad ¿Qué más haría falta? La calidad, si algo nos enseñó el #19S es que la calidad de muchos de estas viviendas están en duda de con qué fueron construídas, las licitaciones y los planos dicen una cosa pero la aplicación real es otra, han salido a la luz en diversos estados de la República afectados por el temblor la pésima calidad en que han sido aplicados los fraccionamientos durante su construcción, si esto pasa en sitios como Puebla, Oaxaca, Guerrero, Tlaxcala, Morelos, Estados de México y por supuesto la Ciudad de México ¿Qué le depara entonces a los demás? Es bien sabido que fenómenos naturales hay muchos en este país, huracanes, deslaves, lluvias intensas e incluso nevadas y granizadas; todos estos sucesos pueden provocar la caída y que salgan a la luz las condiciones en las que venden estas casas, además de que cualquier afectación natural (y humana incluso) reducen el valor de la propiedad quedando a la deriva e incluso en el abandono.


Ante la enorme necesidad de la vivienda de calidad en México muchas ciudades empiezan a abusar de los costos para hacer negocio ya sea a través de la venta o la renta de propiedades, mientras más céntrica o cerca de los principales centros de trabajo más costosa, claro, es una lógica no solo en este país sino en todo el mundo con cierto desarrollo, pero recordemos que aquí los sueldos no son tan buenos como sucedería en un sitio primermundista, por lo que las casas de interés social se han vuelto en los preferidos de los diversos mercados para renta, estudiantes universitarios, profesionistas recién egresados, parejas recién casadas o que viven juntos e incluso para los solteros, por mencionar algunos ejemplos; si se trata de rentas podría ser un negocio pero sigue sin ser tan redituable como en otras zonas residenciales sobretodo las que gozan de las necesidades urbanas como las turísticas, comerciales, finanzas y negocios e incluso naturales.


Si se piensa en una casa de interés social como la única alternativa en materia de economía es aceptable, porque ciertamente cumplen con esa función, pero recordemos lo que nos ha enseñado el #19S no solamente en el centro de México sino que se aplique en toda la República; los riesgos a futuro no tienen que estar peleados con los precios presentes; recordar también que la búsqueda de vivienda es cuestión de oportunidades, se puede conseguir un precio competitivo en zonas estratégicas y a buenos precios, hay que tener mucha paciencia y muchas ganas de vivir.

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