La Anticultura de la Narco-cultura.


Primero que nada vamos a omitir nombres porque es obvio el propósito de esta columna, el narcotráfico ha sido parte de la historia de este país desde hace ya más de 100 años, sin embargo en los últimos 10 ha adquirido un estatus de culto en los medios de entretenimiento y en la sociedad mexicana gracias a la famosa Guerra del Narco iniciada en 2006; con el tiempo el supuesto estilo de vida de las personas dedicadas a estos grupos delictivos se convirtió en parte del ciudadano común, siendo el "estilo sinaloense" el más marcado porque ahí es donde nace esta llamada cultura debido a su enorme influencia en México y en el mundo incluso.

Lo que muchos se preguntan es ¿Por qué llama tanto la atención la Narco-cultura? Sabemos que estos carteles obtienen enormes ganancias donde incluso han sido colocados en las listas oficiales de los personajes más ricos no solo a nivel nacional sino internacional, se hacen de autos, joyería, propiedades, negocios, bebidas alcohólicas, lujo, sobornos para los gobiernos, prostitutas, logística, en fin, crean todo un imperio en tiempo récord; el mexicano con escasos recursos educativos e intelectuales admira a estos personajes que obtienen una vida acomodada en base a "vencer" al sistema, ese mismo que según este individuo "no le ha dado nada".

Los narcotraficantes además de haberse hecho de una enorme fortuna también se han hecho del respeto de las comunidades marginadas, algunos colaborando en el avance de sus pueblos, les han proporcionado cosas que el gobierno por unas o por otras no les ha dado, desde el alumbrado público hasta una casa; además de haber vencido al sistema que poco a aporta y quita demasiado, está claro que muchas de estas personas quieren involucrarse en este negocio, el cual como en cualquier empresa se tiene que crecer y ganarte la confianza de los patrones y aliados de los mismos; todo con el fin de obtener lujos que el trabajo "duro" y el estudio "con esfuerzo" no le ha dado.

Es entonces que desde hace 10 años se han vuelto populares elementos como los corridos, la vestimenta de rancho, el acento norteño, ciertas marcas de diseñadores de ropa que se ven seguido en los narcotraficantes a la hora de ser detenidos, bebidas como el famoso Buchanan's, camionetas de tipo pickup, la degradación a las mujeres, la vida nocturna en centros nocturnos, hoteles y ranchos llena de excesos con su propia mercancía; todos estos elementos han creado no solo una cultura sino un estereotipo que quizás no le guste ni a los mismos narcotraficantes quienes algunos han decidido llevar una vida más discreta, se han mezclado con los ciudadanos comunes mientras otros emulan el estilo de vida que tenían sus antecesores que incluso cayeron o fueron desarticulados.

Para muchos el gobierno es el culpable por su inútil batalla para eliminar el narco a través de la fuerza y no de verdaderas legislaciones para que su negocio se siga lucrando de manera ilegal, pero también de no haber aportado algo al pueblo más pobre y que por falta de oportunidades caen en las garras del tráfico de drogas o asesinando gente a sueldo y puede que tengan razón, por una parte el gobierno es altamente responsable por haber tomado varias malas decisiones y ganado prácticamente nada en este Guerra, solo provocar inseguridad e insatisfacción de la gente, a eso habría que sumarle al carente sistema educativo que tiene el país, porque como lo mencioné quienes deciden involucrarse en el narco y todo su contexto como ciertos personajes son personas sin cultura ni educación enfocada en parte al humanismo y civismo y que prefieren dejar la escuela por la precariedad de la educación pública por parte de sus más altos mandos desinteresados en el futuro de sus estudiantes que al final repercute en lo que está ocurriendo en el país.

Pero si a la pésima calidad educativa le agregamos que cuando estos niños o jóvenes cuando salen de la escuela se encuentran en los medios las famosas narconovelas o series, los narcocorridos o simplemente como la fama de personajes relacionados se incrementa en base a los estereotipos adquiridos; si nos referimos a la televisión o al streaming encontramos dos variantes actualmente, los programas que glorifican al narco como amos y señores de sus tierras y sus dramas personales y por otro lado tenemos el lado biográfico y el contexto en como terminan ciertos capos de la droga; pero son los primeros que preocupan y son los que más han influenciado en las personas que piensan que el narco y la violencia son buenas, y si a eso le agregamos las redes sociales que cada día más se llenan de todo tipo de contenido que santifica al narcotráfico y sus involucrados esta cultura asciende y causa influencia en varios usuarios que no miden las consecuencias que ha tenido este conflicto armado.

Si bien la lista de desaparecidos y asesinados por estos hechos sigue creciendo aún hay gente que sigue usando el simbolismo de la narcocultura como un estilo de vida que para ellos es de respeto y ambición, eso sucede hasta que alguien es víctima de los grupos armados, indirecta o directamente vinculados con los principales carteles de la droga, es aquí cuando viene la indignación y caemos en cuenta de la realidad que ha sido el país al menos en los últimos 10 años, ciudades que algunas vez fueron símbolo de progreso industrial, urbano o turístico hoy se han vuelto las urbes más peligrosas no solo de México sino del mundo, lo cuál no solo representa estar cerca de una 'balacera' sino la también vergüenza nacional, porque esto implica no solo un problema educativo sino de corrupción.

Esa corrupción tan denunciada por otros medios, el pueblo mismo y la comunidad internacional se ha salido de control también y ha sido parte fundamental de esta dichosa Guerra, por supuesto que existe la complicidad entre el narcotráfico y políticos además de la glorificación del pueblo inculto hacia los narcos es un riesgo enorme para los demás ciudadanos, representa un crecimiento de la cultura de la violencia y que todo debe de solucionarse por esta vía beneficiando solamente a los capos y sobornados; nadie dijo que los miembros inferiores de los carteles que normalmente son los recogidos de los sitios más pobres se iban a beneficiar de ellos, el materialismo es temporal, la satisfacción laboral y del esfuerzo no existe, el dinero viene un día en grandes cantidades y al otro la justicia o los enemigos se la arrebatan, su vida no trasciende pues en este negocio son contadísimas las leyendas, surgirán historias que ni sus familias y amigos no contarán por vergüenza, los medios no los harán serie o novela por intrascendentes y las redes sociales los acabarán culpando por sus malas decisiones.

Alabar las muertes de estos personajes a manos de la misma violencia no es un acto del karma o porque "se lo buscó", es consecuencia de una cultura que han alabado las clases más bajas en busca de innecesarios e insatisfactorios lujos, los medios con excesa sed de rating y vistas en sus sitios, de un gobierno incapaz de legislar que vela por sus intereses personales y del miedo e impotencia de los inocentes en un país que solo pide respuestas.

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