Stand Up poco inteligente para gente que cree que es inteligente.


Clasista, racista, homofóbico, sexista, discriminatorio, engreído, prepotente y sobretodo ignorante, es como muchos han clasificado al Stand Up mexicano reciente, ese que se ha hecho popular por segmentos como los de Comedy Central a principios de esta década y que ahora son reconocidos por sus especiales a través de Netflix, sus diversas giras  alrededor del país y su intervención ya sea en sus redes sociales, programas de televisión y radio y por sus opiniones políticas y sociales que muchas veces difieren de su estilo de comedia, esta última ha sido la polémica pues cierto sector de estos nuevos humoristas se han sentido líderes de opinión cuando no tienen los argumentos ni la identidad para hacerlo.

Muchos dirán que se trata solamente de comedia y que no hay que tomarlo tan en serio, tienen razón en cierta parte, el problema es que la mayoría de esta nueva generación de comediantes no tienen la verdadera preparación para hacerla, vámonos un poco al contexto histórico, personajes de la época del cine de oro mexicano como Mario Moreno 'Cantinflas' o Germán Valdés 'Tin Tan' tenían una crítica social en su manera de hacer comedia porque ambos tuvieron una preparación actoral tanto para cine, teatro, música y hasta doblaje; de ahí entonces muchos comediantes siguieron ese ejemplo de crítica social y en ocasiones política como Héctor Suárez, Héctor Lechuga y Andrés Bustamante, que no solo se ampliaron al cine y a la televisión sino incluso a la conducción; por supuesto que en el aspecto de las giras, los monólogos y presentaciones en vivo se volvieron más populares a finales del siglo pasado con Teo González, Jo Jo Jorge Falcón, Polo Polo y Adal Ramones aún así, estos tuvieron carreras multifacéticas basadas en la actuación, la conducción e incluso en la producción de programas de televisión, por supuesto respaldados por Televisa, una gran empresa que ha estado detrás para que sus espectáculos se eleven; es decir, para bien o para mal hay una base y los denominados 'Standuperos' actuales no las tienen.

Si nos vamos a sus orígenes encontraremos que muchos de ellos se hicieron de fama gracias a las redes sociales, sobretodo Twitter, YouTube y Vine; podemos estar de acuerdo que vivimos tiempos diferentes y que hay talentos que se han encontrado a través de estos medios, el problema es que ya sentimos que cualquier persona puede hacerlo, una que no está lo suficientemente preparada, que no tiene experiencia en el medio y por consiguiente no mida las consecuencias de lo que diga o haga a menos que sepa perfectamente a que público se dirige, siendo esto último quizás su único acierto aunque al mismo tiempo su condena.

Durante muchos años se le relacionó a los shows de comedia con la clase baja, pues como muchos de estos comediantes salían en la televisión abierta se le relacionaba con un humor básico, algunos de estos basados en el albur y en lo vulgar; los espectáculos de este tipo al encontrarse con el mercado millennial también tienen un proceso de "gentrificación", ahora ya no son comediantes sino standuperos, se olvidan de los palenques o teatros públicos para enfocarse en escenarios más grandes, con un escenario más elegante, y costos más elevados con el pretexto de que hay que apoyar a la comedia mexicana ¿Bajo qué argumento?

En países como Estados Unidos y Reino Unido los shows de Stand Up son más planeados, sus máximos representantes tienen una preparación de meses para alguna temática sobre sus opiniones hilarantes de la actualidad y como lo manejan con sus respectivas vidas; además de que muchos dedican su tiempo a otras profesiones relacionadas como la producción y guiones de programas de televisión, películas o streaming, todos estos reconocidos a nivel mundial; aquí muchos intentarán argumentar que son países avanzados y que por supuesto su cultura les permite una crítica social y política mucho mayor porque carecen de censura, pero no, resulta que Latinoamérica también tiene representantes de la también llamada "comedia improvisada" y el que mejor resalta es curiosamente Argentina; un país que por muchos años vivió la represión militar y donde solamente tenía dos escapatorias, el fútbol y su humorismo, las bases de sus shows han sido recientes, no tienen temor a ser criticados porque tienen un propósito y respetan al público, no se le trata como si este fuera ignorante lo que evita el clasismo y el racismo, ciertamente son chistes bastante localistas pero conociendo poco más de la historia argentina se entiende que está pasando, entonces ¿Qué pasa con México?

Los humoristas mexicanos actuales han abandonado las bases de la crítica social por la que alguna vez fue reconocido por tener ansías de protagonismo, se han vuelto prepotentes por su "influencia" en redes sociales, tratan al público de pobre, ignorante o que simplemente les tienen que aguantar todo porque es "comedia" y hay gente que les compra ese concepto; es decir, se sigue consumiendo este humor que incluso lo puede encontrar uno gratis en redes sociales, es decir, tuits narrados o vines en vivo, la pregunta es ¿Cuál es la novedad?

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