La Primavera Morada: Vivas las queremos por México.

En una ocasión me encontraba leyendo una columna de Jorge Ramos en la cual al final decía "Hace varias primaveras que estamos esperando la primavera mexicana"; la cual mostraba un mensaje bastante desolador sobretodo si nos comparamos con los movimientos sociales como La Primavera Árabe, las manifestaciones en Brasil, Venezuela y Argentina y el Éxodo Sirio; pareciera que en México cuando tenemos la oportunidad de tener ese cambio que tanto esperamos y creemos que merecemos y se nos olvida por completo al día siguiente para proseguir con nuestra rutina, la ilusión es que todo se solucionará de la noche a la mañana, pero el problema de México no es uno solo, son varios, no es una primavera, son varias las que tendrá que pasar antes de tener el cambio social que tanto ha estado buscando prácticamente desde su independencia.

Una de ellas es la que se está sucediendo y es la famosa "Primavera Morada" o el hashtag #VivasNosQueremos, un movimiento en busca de eliminar la violencia hacia la mujer que abunda en nuestro país, que haya una cultura de igualdad de género no solamente en el ambiente de la seguridad, también en el área de las oportunidades de crecimiento laboral, escolar y social y por supuesto eliminar las ideas machistas que han imperado en la mentalidad mexicana no solo desde hace varios años, sino siglos.

Los episodios de la mujer mexicana han tenido altas y bajas pero sin duda el más amargo y el que ha durado más es el de la mujer sumisa, la encargada de las labores del hogar, la que tiene que aguantar todos los desmanes de la familia y la sociedad, en pocas palabras, la figura débil incapaz de destacar en cualquier ámbito; a pesar del panorama desalentador que se ha manifestado en todos estos años, el papel de la mujer en México sigue siendo bastante fundamental, quizás uno mucho mayor al que manifiestan muchos países, es decir, ha sido una lucha constante por sus derechos.

Mujeres destacadas en la historia como Sor Juana Inés de la Cruz, Josefa Ortíz de Domínguez, Leona Vicario, Elia Bravo, Elena Poniatowska, Elvia Carillo Puerto, María Félix, Frida Kahlo, Matilde Montoya, Remedios Varo, etc.; han tenido que superar las barreras no solamente del machismo sino de las mismas mujeres, contrario a lo que puede parecer, el peor enemigo de la mujer no es el hombre, es el haber permitido tantos abusos de los mismos y por qué no decirlo, de ellas mismas, es entonces cuando la lucha no se basa en una sola persona de la época como las que ya he mencionado, es momento de que las 61 millones de mujeres reclamen la justicia para una verdadera sociedad igualitaria.

Evitar los famosos feminicidios, el acoso sexual, la violencio intrafamiliar, los estereotipos y dejar atrás el machismo suena a algo que no puede suceder de la noche a la mañana, por ello es que se han hecho diferentes campañas en todo el país y es que no todos los delitos son iguales en cada estado, cada mujer del país ha tenido que vivir su propio calvario personalizado como si ya se tratase de una cultura tan típica como la danza folclórica, pero es una que no nos representa como nación unida y libre.

Permitir que continue la violencia y no decir nada es uno de los primeros obstáculos del progreso social que tanto queremos y las mujeres han alzado la voz en este sentido, y es que no solo se trata de la violencia contra el llamado "sexo débil" sino a sus propias familias los que resultan ser los más afectados y esto por supuesto resulta en una especie de bola de nieve que va creciendo y creciendo, transformándose en una sociedad de miedo que es la que el crimen organizado, los gobiernos corruptos y hasta los más grandes empresarios han decidido crear con el fin de que se haga lo que ellos les plazca, en este caso usando a las mujeres como objetos sexuales, esclavas y la burla de todos; para que exista dicho progreso tiene que haber primero un grupo enorme de personas (en este caso la mayoría de las mujeres) para que exista la concientización, la cuál en México ha sido algo también muy difícil de conseguir y que toma años.

Y es que los números no son nada alentadores, aquí unos cuantos, 11 municipios del Estado de México están en alerta de género pues la violencia y los feminicidios han estado a la alza sin embargo esta alerta ha sido considerada un rotundo fracaso, mientras que el INEGI, solo entre 2012 y 2013 fueron asesinadas 3892 mujeres, de todos estos delitos menos del 2% de los involucrados recibieron sentencia y menos del 25% fueron investigados, México está (según la ONU) en el puesto 16 de feminicidios, América Latina es la región más peligrosa para las mujeres en el mundo, más que África o el Medio Oriente siendo nuestro país junto con Honduras, El Salvador, Bolivia, Guatemala y Venezuela como los más peligrosos; Ciudad Juárez, Chihuahua, ciudad reconocida malamente por su alto índice delicitivo en materia de feminicidios han aumentado a tal grado de que hay 60 homicidios por cada 100,000 mujeres, cifra escandalosa que va a la alza, otros municipios/ciudades que han ido en aumento son Ecatepec, Culiacán, Tijuana, Guadalajara, León, Acapulco y Chihuahua, pero no solamente es la cantidad, sino las acciones, son cada vez más las diferentes causas en las cuales estos homicidios son provocados, algunos en base al asesinato tradicional y otros con instrumentos o métodos de tortura. Otro delito bastante común es la violación sexual, según El País cada año en México se reciben 15,000 denuncias por violación, lo que significa un aproximado de 40 por día, y desde 1997 solo se han resuelto el 20% de los casos, además de que 1.4 millones de mujeres sufren de acoso sexual en sus trabajos según Excelsior y el 99.7% de las afectadas no lo denuncia ni siquiera en sus sitios laborales, pero no solo las trabajadoras lo sufren, también las jovencitas, 7.6% de las mujeres en México reportan que sufrieron algún tipo de acoso sexual antes de los 15 años según CNN, lo más triste es que el 70% de estos casos es por parte de familiares, siendo que la familia es el principal núcleo de toda sociedad, esto debido a la privacidad y a la fácil intimidación al victimario; y muchos de estos crímenes quedan impunes o la condena es muy raquítica, haciendo que todos los involucrados sagan rápido de los centros penitenciarios o pagando una fianza, y es que también en prácticamente todos los estados las condenas por estos delitos son bastante pobres, dejando desprotegidas no solo a una, sino a varias mujeres que exigen justicia, y esto es apenas una pequeña probada de lo mucho que reclaman las mujeres en una marcha que no fue exclusiva de la Ciudad de México, sino de varios puntos del país.

Sin embargo, existe también el extremo del feminismo, las llamadas "feminazis", mujeres que recurren a eliminar a un sistema al cual denominan "Patriarcado Falocentrista", el cual consiste según este grupo en la ley superior del sexo opuesto que daña la moralidad feménina en todos los sentidos, en lugar de llamar al diálogo y a la verdadera igualdad, recurren mucho a la violencia, culpan a prácticamente todos los hombres de los daños, se les golpean, insultan, gritan e incluso en algunos extremos han cometido actos de vandalismo en algunos edificios, no solo en México sino en el mundo; lo cual viene acompañado de un discurso doblemoralista, culpar al hombre de todas las injusticias desconociendo que origen fue formado por parte de uno, que para una sociedad completamente funcional tiene que haber igualdad y respeto de ambos y que el feminismo tiene que crear conciencia, no violencia e ignorancia.

Recordar que para nuestro país son tiempos de lucha social, esta vez, fueron las mujeres que alzaron la mano por un país que reclama no solo justicia para ellas, también para sus familias, para su comunidad, para los grupos vulnerables, cambiar la historia de una sociedad que históricamente se ha regido por la educación sin valores "a la antigua", por los clichés y estereotipos, por entorpecer los pasos de las mujeres y por infravalorarlas es algo que requerirá de varias primaveras en las cuales será vital la participación de la gran mayoría las mujeres y por qué no decirlo, de los hombres también.