¿Cómo terminé odiando el Clásico Español?
El Real Madrid vs. Barcelona sin duda es uno de los derbis más importantes del mundo, una rivalidad deportiva que implica mucha historia entre las dos ciudades más importantes de España, Madrid la capital, la dominante en materia política, del otro lado Barcelona, la histórica rebelde y la potencia turística y económica; el fútbol les daría una razón más para rivalizar, primero el dominio de la Liga, después el de Europa, con el tiempo uno quería demostrar que con dinero juntaría un plantel como ellos lo mencionaron 'Galáctico', el otro creó y formó talentos y los volvió leyendas; hoy en día el conflicto es mediático, saber quien es más en cuestiones de mercadotecnia, quien rompe récords y sobretodo cuál de los dos tiene al mejor jugador del planeta, es el partido más comentado, el que genera más polémica, pero al mismo tiempo tanta rivalidad y los excesivos comentarios en medios y redes sociales además de la intensidad de sobremanera que viven algunos de sus aficionados dentro y fuera del territorio español hace que de repente empiece a hartar.
La rivalidad ha dejado su lado deportivo para convertirse en una realmente tóxica, donde los fanáticos se resguardan de argumentos únicamente defendiendo a su equipo como si de eso dependiera su vida y aunque podrían considerarse estas discusiones como válidas no terminan de ser frías estadísticas que no pueden siquiera comprobar que uno sea completamente superior; esa obsesión podemos atribuírsela a dos personajes de los años recientes, Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, en su momento la sensación mediática por lo ya comentado, Real Madrid queriendo ganar títulos a billetazos y Barcelona demostrando que su cantera era superior; CR7 quien llegó a España en 2009 se encontraría con un Messi que ya había pasado su proceso juvenil en La Masia para consolidarse como la futura leyenda.
Pero ¿Qué tiene de malo esta rivalidad entre estos dos jugadores? El mercado encontró dos jugadores potenciales para ser explotados de manera mercadológica y ante sus constantes rachas goleadoras y de títulos opacaron a otras figuras a partir del 2009; tanto dentros de sus equipos como de otras ligas europeas, por supuesto el protagonismo ganado tanto por CR7 como LM10 no solo atrajo a las marcas o a la imagen de sus clubes sino a la misma FIFA y al Balón de Oro quienes hicieron de ellos un duopolio ganador, en ocasiones más que merecido para ambos ganar estas distinciones y en otras opacando a otras estrellas, el caso de Xavi, Andrés Iniesta, Antoine Griezmann, Philipp Lahm, Manuel Neuer, Franck Ribery, entre otros; pero por supuesto el protagonismo es de quien hace los goles y no de quien los genera o los evita, al menos entre los resultistas, los villamelones o los sensacionalistas estos últimos son quienes han encontrado en las redes sociales el material perfecto para conseguir likes, shares o retweets.
No hay que demeritar los récords de ambos jugadores pero si hay que entender que la excesiva atención tanto de fanáticos como los medios crearon enormes expectativas en cada Clásico, cada enfrentamiento significa que es de lo único que se va a hablar en el mundo del fútbol, y es aquí cuando merengues y blaugranas sobrepasan la rivalidad deportiva y la convierten en un fanatismo cegado por la ira, la envidia y la soberbia que han generado ambos clubes por contextos históricos y actuales; por supuesto esto tiene que ver que tanto Real Madrid como Barcelona han dominado la escena futbolística de elite en toda la década, y aunque equipos como el Atlético de Madrid o el Sevilla también han ganado otros títulos estos son opacados por la inmensidad deportiva y económica que atraen madridistas y catalanes.
Además de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo quienes formaron esta rivalidad de excesivo odio fueron en su momento Josep Guardiola y José Mourinho, técnicos que coincidieron en 2010, dos estilos bastante diferentes, uno con bastante filosofía y el otro un motivador, pero al mismo tiempo uno explosivo y el otro un provocador, la formula perfecta para que durante los dos años que coincidieron como técnicos del Barcelona y Real Madrid la rivalidad se incrementara, más de una vez fueron las palabras dichas entre ellos en cada conferencia de prensa y por supuesto se incrementó el morbo en cada enfrentamiento, el asunto es que lejos de quedar el legado futbolístico de ambos, más bien quedó el mediático, el polémico e incluso el sensacionalista y aunque ambos equipos han cambiado de técnico que no han tenido conflictos unos con otros eso ya se quedó entre los aficionados ya sean añejos o nuevos, aclarar también que tanto el catalán y el portugués coincidieron dirigiendo a los dos equipos de Manchester recientemente y nunca hubo un encuentro parecido al que tuvieron en España.
Hoy en día un madridista no puede comentar o alabar algo sobre el Barcelona porque no se le es permitido, aplaudir una genialidad de Lionel Messi como en su momento se hizo con Ronaldinho es síntoma de revulsión entre propios y ajenos; un blaugrana no puede contemplar las virtudes del Real Madrid o reconocer méritos de sus jugadores actuales como Luka Modric porque de manera malinterpretada está en contra incluso de los detalles políticos de Cataluña cuando esto se trata únicamente y exclusivamente de un juego que aunque histórico no debe verse con una venda en los ojos y razonando más con el hígado que con el cebrero.
No hay que demeritar los récords de ambos jugadores pero si hay que entender que la excesiva atención tanto de fanáticos como los medios crearon enormes expectativas en cada Clásico, cada enfrentamiento significa que es de lo único que se va a hablar en el mundo del fútbol, y es aquí cuando merengues y blaugranas sobrepasan la rivalidad deportiva y la convierten en un fanatismo cegado por la ira, la envidia y la soberbia que han generado ambos clubes por contextos históricos y actuales; por supuesto esto tiene que ver que tanto Real Madrid como Barcelona han dominado la escena futbolística de elite en toda la década, y aunque equipos como el Atlético de Madrid o el Sevilla también han ganado otros títulos estos son opacados por la inmensidad deportiva y económica que atraen madridistas y catalanes.
Además de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo quienes formaron esta rivalidad de excesivo odio fueron en su momento Josep Guardiola y José Mourinho, técnicos que coincidieron en 2010, dos estilos bastante diferentes, uno con bastante filosofía y el otro un motivador, pero al mismo tiempo uno explosivo y el otro un provocador, la formula perfecta para que durante los dos años que coincidieron como técnicos del Barcelona y Real Madrid la rivalidad se incrementara, más de una vez fueron las palabras dichas entre ellos en cada conferencia de prensa y por supuesto se incrementó el morbo en cada enfrentamiento, el asunto es que lejos de quedar el legado futbolístico de ambos, más bien quedó el mediático, el polémico e incluso el sensacionalista y aunque ambos equipos han cambiado de técnico que no han tenido conflictos unos con otros eso ya se quedó entre los aficionados ya sean añejos o nuevos, aclarar también que tanto el catalán y el portugués coincidieron dirigiendo a los dos equipos de Manchester recientemente y nunca hubo un encuentro parecido al que tuvieron en España.
Hoy en día un madridista no puede comentar o alabar algo sobre el Barcelona porque no se le es permitido, aplaudir una genialidad de Lionel Messi como en su momento se hizo con Ronaldinho es síntoma de revulsión entre propios y ajenos; un blaugrana no puede contemplar las virtudes del Real Madrid o reconocer méritos de sus jugadores actuales como Luka Modric porque de manera malinterpretada está en contra incluso de los detalles políticos de Cataluña cuando esto se trata únicamente y exclusivamente de un juego que aunque histórico no debe verse con una venda en los ojos y razonando más con el hígado que con el cebrero.
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