Remamos contra la corriente.

Como lo he dicho en mis redes sociales, tengo 24 años, he visto seis Mundiales contando este, y en todos México ha sido eliminado en la misma ronda de octavos de final, y sin embargo de todas las eliminaciones esta ha sido de la que más orgullo me he sentido de apoyar; que dolió la derrota eso sin duda, pero esta derrota dejó algo más, algo que no se había visto jamás en la historia de México en los Mundiales.

Por primera vez vi un equipo sacrificado, que se impuso merecidamente en la cancha a los mejores del mundo; que tuvo h*evos vamos (Disculpen la expresión); que se impuso a un arbitraje en contra cuando se jugó con Camerún, que no le importó el escenario localista de Brasil, que le dio argumentos a Croacia para decir que ellos eran los mejores y que le hizo la vida de cuadritos a Holanda y que al final el arbitraje le perjudicó y el exceso de confianza; pero hombre por hombre, hasta los que no jugaron se les puede decir que hicieron algo inolvidable, los goles, las atajadas, la pegada, el choque, todo se hizo de una manera jamás vista.

Pero si a alguien hay que darle todo el mérito es sin duda a Miguel Herera, tanto que buscamos en técnicos extranjeros, técnicos que ganaban títulos pero no sabían actuar ante la presión de dirigir al Tri o de otros que simplemente pasaron sin pena ni gloria, el 'Piojo' dio una cátedra de pasión, trabajo en equipo, alegría y chispa; algo que el equipo no tuvo durante la eliminatoria; un equipo apagado, que nadie creía en ellos, que no los quería ver en el Mundial y Herrera nos calló a todos; nos demostró que los mexicanos pueden hacer un trabajo bien no solo en el fútbol sino tal vez en nuestro ámbito laboral y escolar, si todos trabajaramos como el, otra cosa sería este país; de eso no me cabe la menor duda; el mismo lo dijo desde el arbitraje, la localía, la negatividad de la afición, los pesados traslados, la pesada agenda y muchas otras cosas que el 'Piojo' supo mejorar y que se nos hicieron amenas.

Ya ni se diga que la prensa internacional no paró de hablar del técnico mexicano, hasta lo clasificaron como "El Mejor Ser de la Tierra que pueda existir" según el sitio Buzzfeed, es la sensación para los diarios europeos, es el más alegre para los sudamericanos, es el más apasionado para los asiáticos y diversas opiniones a nivel mundial. Pero también se habló de los jugadores, como olvidar como se habló de Ochoa ante aquel partido ante Brasil, de Oribe y su gol ante Camerún, los goles eliminados de Giovanni que le costaron una sanción a los árbitros y demás aciertos de los jugadores que se traducirán espero yo en ofertas de los más importantes clubes de Europa; se habla de Ochoa en el Paris Saint-Germain, de Paul Aguilar en el Barcelona, de Héctor Moreno en el Inter de Milán, y demás rumores que corren y que se concretarán en semanas posteriores y que esperemos que le den a México la elite europea titular que tanto ha esperado.

Vi también a una afición que vino de menos a más, de la apatía a la ilusión y de la ilusión al orgullo; cuando antes era al revés; una afición sin igual, que canta el himno fuerte (aunque en las escuelas lo cantaban desganados porque era lunes), el Cielito Lindo e incluso el tan polémico "¡EEEEEEHHHH P*TO!"; es inevitable sentirse mal con la derrota pero después del trago amargo que significó perder con Holanda puedo asegurarles que esta Selección ha conmovido tanto a pamboleros como a detractores del equipo y del fútbol y que serán bien recibidos a su regreso a México; quedará marcado para muchos de estos jugadores este Mundial pues fue en el que más se les reconoció y donde sin importar que los eliminaron en la misma ronda que hace 20 años se les dará el abrazo de reconocimiento y las palabras de aliento.

Nos ilusiona pero también nos hace pensar que habrá mucho camino que recorrer si se quiere mantener este nivel de cara a Rusia 2018, se viene la Copa Oro contra equipos de CONCACAF que ya no le son fáciles de ganar, una Copa América que siempre es ríspida, unos Juegos Olímpicos donde se buscará repetir la gloria de Londres 2012 y la siempre tan indigesta eliminatoria que tendrá a un Costa Rica que se está volviendo la Cenicienta de Brasil 2014, un Estados Unidos al que siempre se le odiará, un Honduras con sed de revancha, un Panamá que buscará clasificar a su primer Copa del Mundo y otros rivales que ya conocemos; esperando por lo menos de mi parte que se mantenga a Miguel Herrera.

No fueron esta vez los malditos penales contra Bulgaria en Estados Unidos '94, la caída estrepitosa ante Alemania en Francia '98, la amarga derrota contra Estados Unidos en Corea-Japón 2002, la genialidad de Argentina en Alemania 2006, el robo argentino de Sudáfrica 2010; fue caer como los verdaderos hombres, dando la cara, el sacrificio y cayendo hasta el último minuto; fue algo diferente, algo que nos deja que pensar y que espero yo que así como los que amamos este deporte como los que no que hagamos lo que este equipo hizo y poderlo aplicar a nuestras vidas, que en México se le puede competir a las potencias en donde sea y sobretodo con pasión, si un grupo de 23 jugadores pudieron ¿Por qué nosotros no?

Espero en Rusia 2018 no pasar de octavos de final, sino que este equipo demuestre la misma o más pasión que hizo en Brasil 2014, que los jugadores sepan el orgull que representa jugar para tu país, que lloren, que suden la camiseta, que metan la pierna y festejen así como Miguel Herrera, con todo y que le hagamos GIFs, memes y videos parodia, el chiste es que ese sacrificio haya valido la pena y eso espero de cara al siguiente mundial junto con todo lo que lo conlleve.

Quizás esto jamás lo lea Miguel Herrera, ni su cuerpo técnico, ni los jugadores pero quiero felicitar a nuestra Selección que nos representaron dignamente, que no han salido por la puerta de atrás como un España o un Inglaterra, sino como verdaderos hombres, que nos han dado una enorme lección que espero podamos aplicar todos para un país mejor, que el siguiente rival sea quien sea que se juegue igual o mejor que a como se hizo en este Mundial; que esa humildad, ese trabajo en equipo, esa labor, esa fuerza que presentaron en estas semanas no se pierda jamás; que el trabajo del mexicano que lucha día a día por su superación ersonal y profesional se vea reflejado en ustedes, de mi parte estoy orgulloso de haberlo apoyado y ruego una disculpa por haber dudado antes de esta competencia.

Esta vez no fue un "Jugamos como nunca y perdimos como siempre" fue un "Remamos contra la corriente".

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