La triste realidad de volar en México.

Nuestro país sin duda rico en turismo, exquisitas playas, pueblos mágicos, una gastronomía envidiable, zonas arqueológicas con grandes historias, ciudades coloniales preciosas, sitios naturales de todos los colores y formas y por supuesto muchos museos que todos los públicos tienen que visitar; todo esto suena bastante genial y uno podría pensar que existen buenas alternativas en cuanto a transportes y logísticas y que debido a ciertas distancias que existen en este también enorme país existe una buena oferta aérea, pero no; desgraciadamente la industria aérea en México es un área del mercado turístico que desgraciadamente crece a pasos lentísimos a pesar del turismo, de ser vecino de una potencia aeronáutica como Estados Unidos y de tener la infraestructura y presupuesto para darle mayor cabida a una mayor competencia, no se ha logrado, por diferentes trabas que las mismas aerolíneas y los mismos mexicanos con ciertos estigmas hemos conseguido, como los que les mostraré a continuación.

Bipolio Mexicana-Aeroméxico.
Durante muchos años estas dos empresas manejaron los cielos del turismo en México, por ende, siendo los únicos administraron sus precios a su antojo, en lugar de manejar una competencia basada en precios accesibles en cuanto a ofertas y muestra de sus servicios a los consumidores, las aerolíneas manejaron precios incluso exorbitantes en destinos que bien podría ser sustituidos por otros como autobús o tren pero que por cuestiones de necesidad de rapidez y efectividad no quedaba de otra o por el simple hecho de derrochar unos cuantos pesos. De ahí el nacimiento de las primeras aerolíneas de bajo costo como lo fueron Aero California, TAESA, Aeromar y Magnicharters, las primeras dos con un rotundo fracaso en calidad y servicio, las otras dos se mantienen pero ahora compitiendo con Volaris, Interjet y Viva Aerobus, todo suena bastante prometedor pero sigue habiendo trabas.

La quiebra de Mexicana.
Como es bien sabido, Mexicana ha dejado de volar desde el año de 2010 recurriendo a un concurso mercantil con el fin de recuperarse y que esta tuviera una nueva administración que pudiera cargar con su ya pesada carga económica y laboral, todos ustedes pensarán que la quiebra se debió a que los altos costos que manejaba la aerolínea tarde que temprano la llevarían a la quiebra, pero por increíble que parezca no fue así, sino que hubo una serie de eventos desafortunados a mediados de la década del 2000, entre ellos: la venta a Grupo Posadas que malbarató a la empresa, problemas con el sindicato que derivaron en huelgas y paros, una deuda prácticamente impagable, el mismo mal manejo del gobierno y la Secretaría de Hacienda para "rescatar" a Mexicana y un proceso fiscal que llevó cuatro años en llegar a un acuerdo, el cual fue la quiebra definitiva de la primer aerolínea comercial en México; cuestiones que afortunada o desafortunadamente no tuvieron que ver con la poca demanda aérea de nuestro país.

Aviones para todos.
Con el fin del bipolio Mexicana-Aeroméxico, y con la segunda aerolínea como la opción para tomar el control de los aeropuertos nacionales no fue así, afortunadamente salen las aerolíneas de bajo costo y lo que se debió haber hecho a mediados del siglo XX no se hizo sino hasta la década del 2010, hablo de la competencia, mientras Aeroméxico contiene la mayor cobertura en nuestro país y una de las mejores a nivel mundial, poco a poco Interjet y Volaris (No tanto Viva Aerobus) se han ido metiendo al gusto de los mexicanos haciendo más accesible el viajar en avión, haciendo incluso que Aeroméxico implemente promociones de diversos tipos y mejorando no solo su flotilla sino su servicio y la situación laboral de sus trabajadores para no dar un "Mexicanazo de Aviación".

¿Mayor competencia? Sí ¿Precios más accesibles? Sí ¿Mayor cobertura? Sí.....entonces ¿Qué sigue saliendo mal?
Prácticamente la comercialización e inversión de la industria aérea sigue siendo bastante pobre por diversas causas, enfocándonos más en la cuestión de las empresas y aeropuertos, las cuestiones siguen siendo precarias; aeropuertos de provincia que se mantienen en pobres condiciones y de poco avance, la corrupción y mal manejo de la logística de los mismos, el desaprovechamiento del espacio aéreo, la falta de oferta y demanda, el factor inseguridad que abunda en el país, mal manejo de la tecnología e incluso la falta de la misma; basta con ir a cualquier aeropuerto que no sea el del DF o el de las principales capitales del país para darnos cuenta de que incluso algunos llegan a ser un chiste y pensar ¿De verdad esto es un aeropuerto? Y es entonces cuando nos preguntamos también ¿De quién es la culpa? Sin irnos muy lejos, la falta de inversión de los gobiernos en todas sus cabeceras y de la misma iniciativa privada.

El DF no se da abasto.
Otro de los temas controversiales es la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, uno de los supuestos logros en la actual administración del gobierno federal, debido a que este aeropuerto ya no tiene el abasto suficiente para tanto tráfico aéreo que pasa por ahí; fuera de las cuestiones del gobierno y sus (malvadas) intenciones, el Aeropuerto de la Capital del país y la misma iniciativa privada ha llegado a atascarse de aviones pues ha opacado a otros aeropuertos funcionales que aunque sirven como auxiliares siguen siendo otro chiste de la aviación en México, el caso de Toluca, Puebla, Querétaro, Cuernavaca y Pachuca; destinos que incluso son llegados a ser considerados turísticos y de negocios son totalmente tapados por la falta de una propuesta que ponga más vuelos a estas ciudades, la supuesta "comodidad" de llegar al DF para después pasar a estos aeropuertos resulta más que eso en una tortura, sin contar la falta de crecimiento en muchas ramas de la economía que pudieran tener estas ciudades; lo mismo sucede con vuelos internacionales, que en lugar de una propuesta de que haya más opciones a algunas de las ciudades turísticas y de negocios del país siguen bajo la sombra de la Ciudad de México y lo que parece ser su nuevo proyecto, pero por supuesto todo esta revoltura de vuelos, aeropuertos y salas de espera no podría ser no solo provocada por los hombres de traje largo, sino también por los consumidores.

Los estigmas del consumidor.
Mientras las empresas y gobiernos siguen con sus "trácalas" y dando avances a la velocidad que toma una revisión antes de abordar un vuelo internacional, los supuestos consumidores, el pueblo mexicano sigue estigmatizado con lo que es viajar en avión, uno de ellos sin duda es el clásico pretexto de "viajar en avión es caro"; concepto creado sin duda por el bipolio ya mencionado, viajar en avión es caro, sí, pero gracias a la competencia, internet, las tarjetas de crédito y los múltiples tipos de vuelo que salen todos los días existen mayores opciones de encontrarlos a precios accesibles. Otro estigma sin duda es la inseguridad, los accidentes aéreos en el siglo XXI han tomado mayor relevancia con los diversos ataques terroristas, explosiones y desapariciones de diversas aerolíneas alrededor del mundo, pero ¿Es un problema de México esta cuestión? Prácticamente no; existen mayores eventos desafortunados que podrían suceder antes de que un avión pudiera desplomarse. Y otro de los estigmas es que los mexicanos pueden creer que las aerolíneas hacen todo a su entera disposición, cosa que no siempre es así, si una serie de consumidores demandan una mayor oferta y más vuelos en cualquier aeropuerto del país y si estas lo ven como un negocio redituable por supuesto que existirán más alternativas.

Autobús, la real competencia.
Pero si hay una especie de piedrita en el zapato en los ingresos de los aviones es sin duda lo que se están llevando las líneas de autobuses; una industria que se puede incluso comparar a los que sí hacen las aerolíneas en Estados Unidos, es decir, una enorme competencia, para todos los tipos de mercado, horarios y precios accesibles y que cada año le genera al turismo las ganancias que las aerolíneas desgraciadamente no han podido aportar; fue la industria camionera la que tronó prácticamente a la ferroviaria (Eso y otras tranzas del gobierno federal) y que no ve a la aérea como un competidor que arriesgue sus ventas, ya que aunque esta crezca, siempre existirá un mercado que esté dispuesto a viajar aunque sea a distancias cortas y muchas veces con un servicio y calidad que le dan al consumidor una preferencia a este transporte, incluso por encima del automóvil o del mismo avión.

Viajar en avión no lo considero un lujo, es un medio de transporte alternativo que puede ofrecer ciertamente mayores comodidades en rapidez, calidad y servicio, pero el lujo solamente se ve en la primera clase.

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