Los ricos tienen miedo a salir del clóset.


Ser de la clase económicamente más alta es significado de muchas comodidades y pocas preocupaciones, un status social el cual garantiza no solo el presente, también el futuro de sus seres queridos en base a sus inversiones empresariales y de negocios, constituyen en base a sus propiedades personales y de trabajo opciones de empleo y beneficios para los de clases inferiores convirtiéndose en benefactores de la sociedad y que siga el proceso capitalista que abunda en el mundo, gracias a todos estos logros en base al trabajo de su familia se hacen de un nombre dentro de la sociedad, teniendo amistades de su mismo círculo socioeconómico, la gente de diversas situaciones habla de ellos en tono de admiración o envidia. En el estado de Sonora no es la excepción, "los de la alta" viven en una zona de comfort bastante envidiable, las generaciones actuales viven del trabajo que hicieron sus antepasados y lo enriquecen día a día, eso está bien, pero hay que recordar que estamos viviendo tiempos de adaptaciones sociales, uno de ellos, y es el tema de esta columna, la homosexualidad.

Es curioso que las clases sociales tengan tantas diferencias y tantos estereotipos, uno puede pensar que los ricos son bastante accesibles, de mentalidad más abierta y que tienen acceso a mayores conocimientos sociales donde pueden contribuir a mejorarla, en el caso de la comunidad LGBT, aportar con propuestas de convivencia y hasta legistlativas para lograr una mayor comunión social, pero en el estado de Sonora no es así, para estas clases salir del clóset o apoyar la homosexualidad es un gran pecado.

Los riesgos de que un miembro de familia adinerada sonorense sea homosexual son enormes, y es preferible no verse involucrado en este tipo de situaciones, por lo mismo de la zona de comfort, y es que no se trata de individualidades o un asunto familiar, sino de los intereses sociales, empresariales, políticos y hasta religiosos, la presión es mucho mayor con otras personas, cosa que no sucede en las clases inferiores donde lo único que importa muchas veces es la unión familiar, la situación laboral y económica y las amistades más cercanas o de mucha duración; pero los intereses de los millonarios sonorenses atiende no a una situación moral sino de intereses y el posicionamiento del apellido.

Empezando por el sector empresarial, los negocios de la aclase adinerada sonorense dependen en gran medida de lo que esté relacionado con la ganadería, la pesca, la agricultura, el turismo, el transporte, la minería y la industria; sitios donde la homofobia y la discriminación están a la orden del día, sobretodo las actividades que se realizan fuera de las ciudades, es decir, en las áreas rurales, varios de los negocios o las materias primas de estos dependen del campo, y es aquí cuando entramos en el estereotipo de las personas de rancho, firmes en sus ideales conservadores, poco abiertos a la innovación social, considerando una burla que algún miembro de la familia más apoderada de cualquier área alta sea homosexual, no es que teman a la ineficiencia de dicho miembro, tampoco es el hecho de que se vea mal ante sus ojos, es el miedo a la crítica social y a la misma dentro de sus propias empresas.

Hay una frase que dicta mucho en los escándalos internos de los adinerados y es el "¿Qué va a decir la gente?" en muchas de sus variaciones; la clase alta tiene miedo de su propia clase, una que la critica, que le pide favores, que asiste a sus reuniones en una actitud muchas veces hipócrita, interesada y que fija la amistad en intereses empresariales y políticos; el renombre es bastante caro, están ante los ojos de los demás, algunas personas quieren ser como ellos o vivir sus comodidades pero todo eso es al precio de que todos hablen de ti para bien o para mal, y no hablo solamente de un vecindario como suele pasar en las clases media y baja, me refiero a la sociedad, medios y hasta la clase política criticando cada uno de sus movimientos; en un estado como Sonora que aún no digiere del todo el hecho de que existe la unión entre personas del mismo sexo sugiere a los ricos que pensar en salir del clóset sería que todos hablarán mal de ellos a pesar de que podrían destacar en el ramo.

Pero para destacar en el ramo LGBT y al mismo tiempo como empresario no es algo fácil, mucho menos en un sitio donde la crítica destructiva está a la orden del día, se necesita de algo trascendental, innovador y que beneficie tanto a sus empresas como a la sociedad, tal y como lo hicieron sus antepasados al encontrar en Sonora una tierra próspera e ideal para diversos mercados, pero ¿Por qué no existe dicha innovación? Nuevamente la zona de comfort hace de las suyas, vale más un crecimiento lento pero seguro que a tener personas que signifiquen un riesgo para las inversiones, además de que supone un riesgo para su relación con la clase política.

La política en Sonora no ayuda mucho en materia de derechos homosexuales, y no se debe mucho a la homofobia abundante en el estado, sino es una cuestión de las prioridades del estado, sobretodo de uno que ha sido bastante afectado por la corrupción y la impunidad de la última gestión panista, esto supone un alivio para la vida personal de las clases altas pues ven recuperadas algunas de sus inversiones seguras perdidas durante los últimos años sin necesidad de inventar algo nuevo y mucho más arriesgado, la reactivación del turismo, la transparencia gubernamental y el castigo a los actos de corrupción pasados y presentes suponen estabilidad para los empresarios; una legislación como el matrimonio homosexual no es que esté considerado como algo aberrante sino que no es una prioridad ni para el gobierno ni para la iniciativa privada.

No obstante la clase política sonorense sigue siendo cómplice, pues que sería de ella sin la iniciativa privada o mejor aún, sin el apoyo presencial de los mismos, muchos empresarios han tenido muchos puestos políticos incluyendo a la actual gobernadora Claudia Pavlovich, otros ejemplos están los ex gobernadores Guillermo Padrés, Eduardo Bours Castelo, Faustino Félix Serna, entre otros; muchos de los políticos involucrados con la iniciativa privada están involucrados en prácticamente la gran mayoría de las empresas y el control de la clase, y parte de ese control es no permitir que existan homsoexuales en sus organizaciones por las razones que ustedes quieran, homofobia tal vez, intereses económicos quizás, favores a otras familias, una razón válida.

Pero no solo es el control de las clases políticas anexadas con las empresariales, para mantener reprimida la sexualidad y las preferencias de los integrantes de sus familias es necesario empezarla desde la educación temprana, y la única institución que garantiza la represión de la homosexualidad en los conservadores es sin duda la iglesia; si bien la institución religiosa no es la enemiga de la sociedad LGBT pero si la principal causa de la cual la aceptación en el estado (o incluso en el país) no se dé del todo; el catolicismo en Sonora es bien favorecido por el sector privado, basta con ver como están edificadas muchas de los templos de las zonas más concurridas de las principales ciudades del estado, las misas dominicales prácticamente parecen pasarelas de moda, algunos de los ricos se ven los unos a los otros con ojos de hipocresía gustosos de verse en la casa del Señor mientras en las bancas solo ven a quien criticar, llegan en sus carros de lujo recién lavados imponiendo su superioridad económica, dan excesivos donativos como si el cielo se tratara de una propiedad inmobiliaria y los Padres u Obispos encantados de como el dinero llega a racimos para darles mensajes biblicos que jamás aplicarán en sus vidas adineradas; pero no solo nos enfocamos a los domingos o a las fechas especiales del catolicismo, está en todas partes; desde los hogares que inculcan para bien o para mal la fe católica hasta en las escuelas en las que se toparán quizás por el resto de sus vidas.

Por alguna extraña razón de la casualidad muchos de los niños ricos están inscritos en escuelas privadas católicas, donde uno supone tendrán educación de mayor calidad, ciertamente, están en sitios mejor equipados, con mayor tecnología, muchos privilegios y el prestigio que necesitarán en un futuro, no batallarán con carencias o problemas económicos como los que van a escuela pública, incluso sus conocimientos pueden ser mayores; pero no hay que olvidar que cuando se es demasiado glamour existe un pequeño detalle, y es precisamente la educación católica; pero no solamente una educación basada en la fe, que es la que supuestamente se debería de dar en estos centros educativos sino que se han encontrado referencias de tipo "Cómo evitar la homosexualidad", "Reconocer señales o rastros de homosexualidad" y "Por qué es un pecado"; las familias, las escuelas y la religión quieren a toda costa que los más pequeños de sus familias se envuelvan en un comportamiento del cual hablarán los demás más para mal que para bien.

Pero hay veces que la preferencia es más poderosa que la educación y de que existen homosexuales en las clases altas sonorenses las hay, pero ¿Qué pasa con ellos? ¿Por qué no se reconoce su trabajo? ¿Por qué sus relaciones no salen en las páginas de sociales de los principales periódicos o publicaciones del estado? ¿Han destacado en algún ramo en pro de los derechos LGBT? ¿Alguien sabe sus nombres? Las posibilidades de saber al menos sus caras son pocas o prácticamente nulas, los intereses de sus familias no se les permite dar mucho la cara en público, además de que corren mucho riesgo su seguridad e integridad, y como si se tratara de alguna telenovela del Canal de las Estrellas en la década de los 90, los ricos no pueden mezclarse con los de pobres o incluso con los de clase media por los complejos que existen hacia ellos; sus encuentros sexuales o sentimentales se ven inmiscuidos en las ya trillada palabra "discresión".

Si bien las clases media y baja no están excentas de la homofobia o la represión de la sexualidad, estas gozan de una libertad envidiable, no existen las presiones de tomar las riendas de las empresas y propiedades de la familia, los medios no están al acecho de sus movimientos que atenten contra la "moral", la religión no se ocupa de decirles que sus sentimientos son pecado y pueden ejercer sus derechos ante la clase política, aunque con una lucha que casi literal es de sangre.

Es entonces que la libertad homosexual ¿Es exclusiva de los que no son millonarios? Al menos en Sonora sí, aunque existen muchas condiciones, mucha homofobia dentro y fuera del sector LGBT, la "discresión" lejos de volverse parte de dicha libertad se vuelve en la monotonía de una sociedad que pareciera que sigue viviendo en el pasado, y no hablo de hace 20 años, sino incluso de 40 años en materia de atraso, pero hay que reconocer a varias de las familias pobres y de clase media que aceptan y que no importan las preferencias de los integrantes de sus familias y que se vuelven parte primordial de las mismas, algo que las clases ricas no tendrán a menos que quieran salir de su zona de confort.

Pero, estamos hablando de una zona de comfort basada en casas enormes, carros de lujo, viajes al extranjero, comida por doquier, fiestas enormes, ropa costosa y un futuro asegurado, simplemente hay que seguir las ordenes de su entorno social, las nuevas generaciones son prácticamente manipulables, lejos de convertirse en aportadores de la cultura con tanto acceso al conocimiento se convierten en seguidores del sistema capitalista sonorense basado en el enriquecimiento de las materias primas del estado, jóvenes que desconocen su entorno por estar encerrados en la comodidad que les han dado sus propias familias, ese dinero que es bien conocido por cambiar a la gente es el mismo causante de cambiar la estructura familiar de la cual habían empezado sus antepasados quienes encontraron en el estado una fuente de ingresos mayores a las de otras personas, egresados de universidades carísimas para solamente heredar el puesto de sus padres habiendo incluso gente mejor preparada en otro tipo de escuelas o dentro de sus negocios donde solamente harán acto de presencia, firmarán cheques y tendrán su nombre en el organigrama de cada marca, involucrados en fundaciones en pro de su nombre y no de la gente, muchos de ellos vacíos de mente y de valores, su alrededor los ha hecho así y  mientras no existan ideas dentro de su entorno, difícilmente veremos a alguien que destaque, ya sea en el sector de negocios, político, derechos, de medios o simplemente saliendo del clóset.

Es irónico como dentro de todas las posibilidades económicas que tienen estas personas tengan tanto miedo y ver como los de clase media y baja dan la cara de diversas formas, creando sus propios medios, ideas, educación, trabajo, sentimientos, valores y por supuesto un futuro más tolerante en este, el bello y gran estado de Sonora.

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