La democracia le falló a los LGBT.

Primero el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos que aunque no lo parezca afecta los derechos de la comunidad LGBT no solo de México sino global, después en nuestro país una propuesta de la creación de un partido político LGBT y además de que la Cámara de Diputados ha rechazado la iniciativa del matrimonio igualitario propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto; por si fuera poco los partidos conservadores y las marchas del Frente Nacional por la Familia están ganando terreno y la figura de Margarita Zavala por el PAN la mantiene como la máxima contendiente a la presidencia en 2018 ¿Qué le espera a la comunidad homosexual con las fallas del sistema democrático que tenemos?

Hay que tener varias cosas en claro, y una de ellas es que el país está dividido en estos puntos, entre conservadores radicales y pro-LGBT, pero al mismo tiempo la segunda se encuentra en un punto de tensión, no hay unión y se carece de un liderazgo o figuras de renombre que no se encuentren en los medios del entretenimiento y el espectáculo; eso aunado a la poca exigencia ciudadana a los políticos y el desconocimiento de como funcionan dichos procesos. La comunidad LGBT nacional solo está viendo la punta del iceberg, se sentía en la gloria cuando el presidente había propuesto que por fin se le diera este derecho civil por el que tanto han luchado, pero aquí es cuando cae la realidad, y es como está conformado nuestro congreso y en la exigencia que le damos a los mismos que es prácticamente nula.

Además de que la política mexicana que ya sabemos como cada vez más se cierra independientemente de su ideología en el espectro, recordemos que vivimos en un estado que aún es gobernado por la religión y que no ha podido separarse del mismo, eso significa un completo impedimento en el progreso de los derechos LGBT y otros grupos vulnerables incluso. La gente se siente más pisoteada que nunca pero, ¿No habría que solucionar primero los crímenes de odio y asesinatos que se cometen prácticamente todos los días? ¿No es prioridad saber cómo hacer para que las empresas, los negocios y las escuelas sean un espacio abierto a las personas sin importar su preferencia sexual? ¿Acaso importa poco cuantos jóvenes se suicidan por no sentirse aceptados y ser psicológicamente acosados en los ambientes laborales, escolares, sociales y familiares? ¿La concientización y educación de las personas no es acaso también importante en la agenda?

Tristemente en México (y en gran parte del mundo) el ser homosexual es una lucha doble, siempre podrás ser menos por tu condición de orientación sexual, por tus ideales en la vida, demostrar que los clichés y estereotipos están equivocados, por querer buscar la aceptación y la libertad; todo esto es una constante del día a día; decimos que ganó el odio pero hablamos poco del como contrarrestarlo; en un país donde el activismo se enfrasca únicamente en las grandes ciudades pero se olvida de provincia donde este fracasa la mayoría de las veces o es sumergida por el esceptisismo de la sociedad conservadora, el conformismo también resulta ser otro de los enemigos, pensar de sobremanera en los estereotipos y preocuparse por el qué dirán.

Los problemas de nuestro país se tienen que ver desde la raíz, los matrimonios igualitarios ciertamente serían una solución a la cuestión de los derechos institucionales, económicos e incluso sociales, pero la democracia nos dice que tiene que haber una mayoría que esté de acuerdo y los Diputados malamente nos enseñan que no estamos preparados de alguna manera, algo está faltando o incluso sobrando; además recordar que hay prioridades en la agenda del país, el combate a la corrupción, la inseguridad, la inestabilidad económica, la crisis educativa, el desempleo, la pobreza, el medio ambiente, las relaciones internacionales y el turismo; un conjunto de situaciones que nos obligan a pensar bien a quién dejamos nuestro voto.

Lo cierto es que 2018 está cada vez más cerca, y con ellos elegir no solo a un nuevo Presidente, sino a los representantes del Congreso, Gobernadores e incluso Presidentes Municipales; la crisis democrática mundial puede ser desalentador pero también un área de oportunidad y reflexión sobre a donde estamos dirigiendo nuestro voto y sobre el reflejo de quienes nos representan, por algo los elige el pueblo.