La rentabilidad deportiva de los torneos cortos.


A la Liga MX los torneos cortos le han funcionado de maravilla, aunque solo en la cuestión local, desde su instauración aquel ya lejano Verano '96, las entradas y bonados a los estadios han aumentado, se han diversificado los campeones donde los equipos del norte han sido más beneficiados, los patrocinios llueven a racimos, los derechos de transmisión han sido cambiantes pero propositivos sobretodo en los últimos cinco años, ya ni decir de la variedad de plazas que han podido deambular entre el máximo circuito ya sea a través del ascenso o de la compra de franquicias; dividir el año futbolísitco con dos campeones ha resultado ser rentable en el aspecto económico pero ¿Y el aspecto deportivo?

El fútbol mexicano es tan surrealista como su misma sociedad, compras de franquicias, manejo de intereses, promotores que llegan a ser casi los dueños de los equipos, torneos y formatos inventados y lo más común, la improvisación; si bien la ahora Liga Bancomer® MX ha traído una mejor organización de la que se había visto en años anteriores con un formato que premia un poco más la regularidad, ingresos más atractivos, plataformas digitales para dar mejor seguimiento y que cada vez más extranjeros (de calidad y prestigio) quieran venir a jugar a México; pero el torneo sigue viviendo bajo el esquema de lo improvisado, la prueba más reciente es la final que se disputara entre Tigres y América; las Águilas tienen el compromiso del Mundial de Clubes que se juega en estas fechas y esto significa recorrer el calendario la cual trae como consecuencia que la final de vuelta se juegue en pleno 25 de diciembre.

Desde que se juega la competencia de clubes de la FIFA (2005) los clubes mexicanos no habían coincidido con la fase final, los participantes quedaban eliminados antes del evento, pero el América tuvo todo para que se diera la famosa final navideña y es aquí cuando la liga improvisa nuevamente, recorrer el calendario en lugar de planificarlo, no desde que los de Coapa se coronaron en la CONCAChampions sino desde que empezó a organizarse el Mundialito, sin embargo los dirigentes del fútbol mexicano (y los dueños del mismo) en su afán del dinero prefieren retacar el calendario para absorber a los patrocinios y a los derechos de transmisión, lo demás "llegará solo".

A México a nivel de clubes le ha faltado competir y sobretodo ganar de manera internacional, ya no decir exclusivamente de la CONCAChampions donde nos queda claro que la Liga MX es amplia dominante por encima de la MLS y a muchos años de las ligas centroamericanas y caribeñas; pero cuando se ha tratado de Copa Libertadores, Copa Sudamericana y Mundial de Clubes aquí es donde sufre, y no solamente en el aspecto de las distancias ni tampoco a las circunstancias deportivas o extra cancha sino por las consecuencias que trae el sistema del torneo local.

El torneo corto ciertamente ofrece más espectáculo y mayor expectativa en varios aspectos pero en el deportivo a nivel internacional te cobra factura, lo ha vivido la liga con los torneos de CONMEBOL y ahora con el de FIFA; ¿Soluciones? ¿Volver al torneo largo? Sería lo ideal pero los dueños, directivos, aficionados y patrocinadores no lo aceptarían ¿Eliminar la liguilla y premiar al líder en puntos? Le ayudaría con el calendario y a premiar ahora sí la regularidad pero le restaría audiencia a los equipos que ya no se juegan los puestos importantes ¿Quitar la Copa MX? A estas alturas no sería lo ideal por los patrocinios, derechos de transmisión y hasta rotación de jugadores pero sí quizás reformar su formato.

Pero no solo el formato termina por afectar a los clubes, también a la Selección Nacional, retacar el calendario afecta también la condición de jugadores clave, y aquí viene una enorme realidad, desde 1996, ningún equipo campeón mundial tiene en su liga local torneos cortos (Francia, Brasil, Italia, España y Alemania), de hecho el único país que ha logrado ser campeón con este formato es Argentina en 1978 con los famosos torneos Nacional y Metropolitano; la Confederaciones tiene un efecto similar, México es el único campeón que ha manejado el torneo corto, los demás (Brasil, Francia, Dinamarca y hasta Argentina en su momento) tuvieron un formato más adecuado. La diferencia entre los campeones mundiales y México es la organización y el seguimiento de un proyecto deportivo-financiero, las ligas más importantes planean sus torneos hasta con cuatro años de anticipación y no solo a favor de su selección local sino de sus extranjeros o posibles refuerzos, pero sabemos que eso sería imposible de pedirle a la Liga MX.

México ya tuvo que abandonar los torneos de clubes de CONMEBOL, tendrá que apostar con todo a CONCACAF y al Mundial de Clubes, al mismo tiempo saber de que será capaz a nivel de selecciones, veremos si la improvisación le gana a la organización.

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