Las mentiras de Pumas.


Las alarmas se encienden en Ciudad Universitaria pues no solamente el equipo de fútbol característico de esta parte de la capital de México no clasificó a la liguilla, lo alarmante no resulta esto, sino la forma en la que es eliminado, con un juego táctico que decepciona muchísimo por su deficiencia defensiva y su escasa o nula asistencia ofensiva derivado de una falta de garra, esfuerzo y por supuesto amor a la camiseta; por primera vez en quizás muchísimos años la afición auriazul se ve decepcionada y piden cambios que van desde la presidencia hasta los jugadores, por supuesto de cara al siguiente torneo en el cual también disputarán la Copa MX, dejando atrás el plano de los torneos internacionales, cosa que también molesta a este sector, lo que es cierto es que Pumas necesita refrescarse, salir de ciertas zonas de comfort y cambiar pequeños detalles que son los que quizás lo han llevado a esta especie de mediocridad

Por supuesto que la afición menciona que el principal culpable es Francisco Palencia, en este deporte el primer señalado es el técnico, por su estrategia y por su elección de titulares, suplentes y refuerzos; hablamos de la primer experiencia de Palencia en este rubro y se le dio el beneficio de la duda por lo que representó en su etapa como jugador, el pasado torneo no le fue mal, su único defecto fue el no haber tenido regularidad tanto de visita como de local, parecía que el Clausura 2017 las cosas serían un poco mejores, no lo fueron porque el sistema táctico del 'Gatillero' quedó expuesto, pensó que las cosas serían iguales al torneo pasado, error fatal sobretodo en un fútbol tan inconsistente como lo es el mexicano; se le puede agradecer el intento de hacer un fútbol más ofensivo pero este debe realizarse con jugadores que funcionen de la misma manera independientemente de sus posiciones naturales, si tus defensores son lentos o de un juego más brusco es imposible pensar en una salida desde cero, si los mediocampistas pueden ir adelante pero descuidan mucho la parte de atrás y estos al mismo tiempo son incapaces de asistir a los delanteros que al mismo tiempo se quedan estáticos sin balones que les repartan; Palencia lejos de "innovar" el sistema táctico tiene que adaptarlo a las condiciones técnicas de sus jugadores disponibles y conseguir refuerzos capaces que puedan seguir su estilo que podríamos decir es el caso de Nicolás Castillo y Abraham González.

Y es aquí cuando mencionamos a los jugadores, Pumas se ha caracterizado a lo largo de su historia por debutar a varias jóvenes promesas que ha tenido el fútbol mexicano además de que muchos de sus extranjeros han sido bastante competitivos, pero el equipo actual no ha podido encontrar el equilibrio entre su historia y el presente donde los veteranos ya no pesan y se han vuelto bastante lentos a pesar de sus estadísticas, los debutantes o los más jóvenes parecen estarse inflando por lo cual llegan a desaparecer y a ser intermitentes, otros jugadores mexicanos no han logrado consolidarse y pocas veces han sido requeridos por la Selección Nacional, lo cual resulta bastante infame si comparamos a los jugadores que han salido de su cantera y por último los extranjeros donde encontramos un rendimiento regular pero poco trascendente, con momentos virtuosos pero desaparecidos o desesperados en los clave; aunado a las pocas variantes que presenta Palencia partido a partido como lo hemos mencionado lo hace predecible, y ni mencionar su filosofía en los cambios los cuales son poco recurrentes y de última hora.

Aunque podríamos señalar que Pumas está apostando por sus canteranos y apuesta por un proyecto de una casa club para jóvenes, por supuesto hay que darle paciencia, pero también no hay que olvidar que se les tiene que inculcar el sentimiento azul y oro, menos inflados y más garra, la 10/8 tanto puede generarles competencia como quitarles su trabajo, el fútbol mexicano podrá ser irregular, pero es al mismo tiempo bastante competitivo y no solo entre los equipos sino en las individualidades de los jugadores y ante cualquier baja de juego los directivos, los técnicos y la misma afición terminan por hundirte, de la grandeza de Universidad Nacional terminas en una escuadra que se juegue el descenso u olvidado en la Liga de Ascenso; la garra tiene que ser constante, independientemente de la posición en la tabla, podrás estar eliminado de la liguilla, de la copa o de los torneos internacionales, pero si fuera de la cancha se ve el juego arriesgado, la lucha y el esfuerzo (aunado por supuesto a un buen representante y promotor) posiblemente te contemplen para la siguiente etapa del proyecto, y eso desgraciadamente no lo estamos viendo con los jugadores, ni con el técnico y el proyecto de la nueva directiva está apenas empezando.

El asunto es exclusivamente futbolístico, no es un asunto de algún tipo de mal manejo de la directiva y muchos menos de la afición, misma que por muchos años ha sufrido una de las mentiras más grandes y caracteristicas del club, jugar a las 12 del día en CU; lo que alguna vez fuera un factor para conseguir resultados favorables en casa hoy resulta un elemento retrógrada, la altura, el calor y el smog de la Ciudad de México han dejado de ser elementos que ayuden a Pumas, hoy en día los futbolistas están adaptados a cualquier tipo de clima o condición geográfica, y si estos elementos que alega Universidad son beneficiosos entonces América y Cruz Azul jugarían a la misma hora, vamos, ni al propio Toluca le ha funcionado desde hace ya algunos años. El jugar en estas condiciones le ha dado fama a Pumas de un juego aburrido y tosco, derivado obviamente del desgaste que ciertamente significa jugar a esta hora, es decir, el club no está aprovechando la localía, su cancha, su gente, su ciudad; y es curioso pero los mejores juegos en los últimos años han sido en la noche, un cambio de horario podría ser mejor aprovechado, y si no le gusta a Televisa, hay que ir pensando incluso en un cambio de televisora.

La historia del Club Universidad Nacional está en un punto riesgoso, y no se trata de una posición en la tabla porcentual, de jugadores lesionados o de falta de asistencia al estadio, se trata de un estilo de juego, de un sentimiento que los jugadores a lo largo de sus plantillas han compartido y expresado, que al mismo tiempo es contagiado hacia la verdadera afición (no tanto a los radicales), el orgullo del Puma está herido y los verdaderos responsables no quieren aceptar su condición.

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