Trump y la doble moral, los verdaderos muros para México.
Parece que Donald Trump es el personaje del 2016 en la relación México-Estados Unidos, su victoria no solo por el Partido Republicano sino en las elecciones generales de este año por la Casa Blanca significan una amenaza para los intereses económicos, sociales y comerciales de nuestro país con la llamada nación más poderosa del mundo y es que ya no es solamente la deportación de 11 millones de indocumentados, sino también el Muro Fronterizo para evitar que estos regresen a Estados Unidos y que México tendría que pagar, de lo contrario esto le costaría a los mexicanos el envío de remesas de 24 mil millones de dólares, una cifra exhorbitante, costándole también tarifas de intercambio comercial que ponen en riesgo el TLC y las visas a turistas, estudiantes y trabajadores; en México decimos que esto es injusto, que no se debe de tratar así a un ser humano, que es racista, discriminatorio e indignante y que las políticas hacia nuestro país evitan nuestro crecimiento como nación; la realidad e inconsciente o conscientemente Donald Trump nos está dando una cachetada en la doble moral y la verdad no es solo que nos duela, sino que hasta cierto punto es verdad.
Si bien, las palabras de Trump no son las ídoneas y coincido con muchos en que no es para nada el ideal para ser Presidente de los Estados Unidos no solo por su conducta anti-inmigrantes sino por ser favorecido por las masas ignorantes del país norteamericano y que solo busca intereses en sus empresas y no por el bien del pueblo pero hay que reconocer que su política podría ser una enorme lección para México, empezando por la pregunta obligada ¿Qué ha forzado a más de 11 millones de indocumentados más otros millones ya legalizados mexicanos, centro y sudamericanos a cruzar la frontera de manera ilegal sin nada prácticamente? Cualquiera de ellos te dirá que se debió a la falta de oportunidades o a los bajos salarios en sus lugares de origen, en sus áreas de trabajo e incluso a la discriminación no solo del sector laboral sino del social; las condiciones de trabajo y la situación actual de muchas regiones del país se han convertido en verdaderos infiernos donde la inseguridad, la hambruna, la negligencia de las autoridades y los raquíticos centros de salud han hecho que crucen hacia Estados Unidos y no una, ni dos sino hasta más de cinco veces en busca del dichoso "Sueño Americano".
La definición de este sueño lo encontramos en varios casos de éxito que no solo lograron esquivar todas las adversidades político-social-discriminatorio, se volvieron empresarios, compraron propiedades, autos y hasta formaron un patrimonio que su país de origen no solo les negó, les impedía tenerlo, y muchos diremos que es culpa del gobierno corrupto, pero curiosamente no es el único culpable también la iniciativa privada se ha encargado de entorpercer las oportunidades laborales para todos e incluso nosotros como sociedad (sobretodo la urbana) impide que estas personas sedientas de trabajo tengan una fuente de ingresos. nosotros vemos como gente incluso de origen indígena o de los sectores más pobres de estados como Oaxaca, Guerrero, Puebla, Michoacán, Chiapas, Veracruz, Jalisco, Guanajuato, etc.; pero los estados con más índices de emigración hacia la frontera norte no son los únicos en sufrir las afectaciones mencionadas, hay que recordar que la única forma para llegar por tierra a Estados Unidos es atravesando México, y aún a pesar de sus problemáticas nuestro país no tiene los índices de subdesarrollo que lo que hay más allá de Chiapas, es decir, la situación de Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Colombia, Ecuador y hasta Venezuela, donde la inmigración es mucho más peligrosa; mientras los mexicanos solo atraviesan el desierto o el Río Bravo y la transportación, los centroamericanos suman el viaje en tren sobre "La Bestia", las inclemencias de los distintos climas que atraviesn, la delincuencia organizada y de grupos delicitivos como "Los Mara Salvatrucha", el hambre, la impunidad de las autoridades y si son sorprendidos por estas la tan poco honrosa deportación.
Se nos ha hecho muy común que haya inmigrantes en las calles de las principales del país pididiendo dinero para seguir su travesía rumbo a los Estados Unidos, y sí habrá algunos que les darán una que otra moneda pero por supuesto que es insuficiente lo que se les está dando, es por eso que han nacido organizaciones como "Las Patronas" en Veracruz que dan alimentos a los que pasan por el tren, en el Estado de México en el municipio de Tultitlán está el albergue para mexicanos y centroamericanos, pero lo qué pasa cuando estos no se cruzan con albergues o patronas es una situación complicada sobretodo al llegar a nuestro país, pues los derechos humanos de ellos desaparece por completo y no por haber ingresado al país de manera ilegal como también pretenden hacerlo en Estados Unidos sino por el simple hecho de ser lo que son, centroamericanos, inmigrantes y sobretodo pobres.
México no es precisamente medalla de oro en materia de derechos humanos, prácticamente los ojos del mundo están puestos en dicho tema, no por los logros, más bien por los fracasos de como se están aplicando en nuestro país, el tema de la migración no se queda atrás, las autoridades mexicanas abusan de su poder para hacer de las suyas con estas personas, empezando por los menores, quienes son abusados en muchos sentidos y difícilmente regresan a sus lugares de origen, curiosamente eso no pasa en Estados Unidos, menores o mayores estos son llevados a centros penitenciarios donde se ve su situación jurídica antes de ser deportados a su país de origen y ahí sí dejarlos a su merced, México aplica una situación no solamente más rigurosa sino violenta, condiciones infrahumanas amenizadas por las inclemencias del clima en los centros migratorios de provincia, rigurosos trámites de deportación y la imposibilidad de que puedan seguir una vida decente en nuestro país son solo una pequeña probada de lo que puede pasarle a centroamericanos, sudamericanos, caribeños y hasta asiáticos recientemente.
Pero no solo las autoridades hacen y deshacen lo que gustan con los migrantes en busca de lo que hay más allá de la frontera, también la misma sociedad y la política exterior mexicana en su mayoría ha hecho que la labor de estas personas se vea afectada por la discriminación, la violencia, la inseguridad y la negligencia; pero también en los países con más migrantes, no ha habido leyes, tratador o políticas de control migratorio o un intercambio de ideas para que esta situación sea más leve y no se dependa tanto de Estados Unidos; la unión entre los pueblos latinoamericanos siempre ha parecido una utopia y al mismo tiempo algo posible, pero en materia de intercambio cultural y social migratorio verdaderamente nos hemos quedado atrás y en lugar de unir fuerzas para evitar no solo que Donald Trump haga de las suyas sino seguir haciéndonos dependiente de lo que hagan los vecinos del Norte preferimos dejar que las cosas fluyan porque es más fácil recibir remesas que sentarse a plantear soluciones migratorias.
Cómo puede hablar México de Trump contra los migrantes latinos si el mismo país trata con desprecio a los suyos; nos indignamos con su discurso cuando declaró que sería uno de los candidatos del Partido Republicano a la presidencia de los Estados Unidos cuando dijo que México mandaba delincuentes, narcotraficantes y violadores, pero somos los primeros en tachar a los centroamericanos de que todos son "Mara Salvatrucha", que los sudamericanos son pobres narcotraficantes y que los asiáticos son terroristas o delincuentes. Me llama la atención por ejemplo el tema de Siria y su crisis migratoria hacia la Unión Europea, en ese momentos varios países del mundo levantaron la mano para recibir a más de un millón de sirios que huían de la guerra en su país; México a través de la página change.org, empezó a movilizarse para recibir también sirios por la fama que tiene nuestro país de recibir refugiados políticos a lo largo de la historia moderna, como tuvo firmas a favor también las tuvo en contra, podemos recibir musulmanes que literal se encuentran del otro lado del mundo pero somos incapaces de hacer lo mismo por los latinoamericanos que sufren no una guerra civil pero si las carencias originadas por muchos conflictos de intereses de sus políticos y empresarios; si vamos a darle refugio a unos no hay que negarselo tampoco a otros.
La dependencia que tenemos hacia los Estados Unidos desde prácticamente la consumación de la indenpendencia de México ha sido excesiva, y es algo de lo que Donald Trump se está aprovechando, pero por qué no solo México, los países que conforman Hispanoamérica pueden aprovecharse del mismo y es momento de tomar medidas no contra un posible presidente sino favoreciendo a los nuestros, es momento de que Latinoamérica se una para crear soluciones ante la gente que intenta huir de la violencia, de la impunidad y la peor de las enfermedades latinas, la pobreza y la educación, aunque eso para el mismo espíritu de Eduardo Galeano sea una fantasía.
Comentarios
Publicar un comentario