¿Qué te está pasando Obregón?
Resulta muy obvio que el crimen organizado y la corrupción en México han convertido en comunidades en lugares decadentes de la moral y encarecimiento del espíritu trabajador que tanto había caracterizado a nuestro país; podría hablar de muchas ciudades o estados pero hay uno que quiero resaltar y es obviamente mi lugar de origen Ciudad Obregón.
Conocida como la ciudad mejor trazada del país, una de las más modernas en cuanto a infraestructura y planeación a pesar de ser una ciudad completamente provincial, con una de las más grandes ofertas en materia educativa, una cultura gastronómica envidiable y que incluso se consideró cambiar la capital del estado al municipio de Cajeme debido a su crecimiento gradual pero no desmedido en el tema de urbanidad; sin embargo todo eso dejó de verse reflejado a inicios de esta década debido a la famosa Guerra contra el Narcotráfico, que lejos de convertirse en un beneficio para los ciudadanos se ha vuelto un conflicto de intereses entre gobiernos, personas involucradas en el crimen organizado y por qué no decirlo empresarios.
La famosa "Guerra" al involucrar ya una cultura basada en el crimen organizado, el gobierno corrupto y una sociedad que vive la decadencia moral afectando por supuesto a las ciudades de provincia, era obvio que Obregón entraría a este ciclo del cuál no se ve fin y que está trayendo más consecuencias que beneficios; la delincuencia ha llegado a esta pequeña urbe del noroeste a imponer su reino de terror sobre los ciudadanos trabajadores, obreros o estudiantes; no solamente en el lado del narcotráfico sino todo lo que lo conlleva, asesinatos, secuestros, violencia intrafamiliar, asaltos y sobretodo la impunidad de las autoridades.
El pueblo cajemense se ha quedado huérfano de su gobierno, tanto municipal, como el estatal y el federal; este último ha invertido poco en infraestructura y su negligencia ante los problemas educativos, de empleo y sociedad se ven obviamente reflejados en Obregón, como si se tratara del vivo ejemplo de las consecuencias de no involucrarse con el pueblo a pesar de que votó por su partido o figura; tenemos luego al estatal quien prácticamente le dio la espalda en la gestión panista de Guillermo Padrés no solo al municipio sino a prácticamente todo el sur del estado luego de la oposición de la tribu Yaqui hacia la construcción del Acueducto Independencia, esto no solo significó un divorcio estatal/municipal sino un encuentro de diferencias entre el centro y norte del estado, situación que le creó una significativa indiferencia de la última gestión de la cual la actual gobernadora Claudia Pavlovich poco ha podido hacer a un año de su elección, aún cuando una de sus promesas de campaña era reestablecer las relaciones entre las distintas ciudades del estado.
Y si el gobierno ha dejado olvidados a sus ciudadanos cajemenses y sus alrededores esto significa que no hay espacio para una autoridad competente, en este caso la policía, enfocándonos principalmente en la municipal, una que al igual que todas las del país se ha visto corrompida por la corrupción, la impunidad y el conflicto de intereses personales, laborales y por supuesto económicos; la de Cajeme sin duda es una de las más sucias y por obvias razones han convertido al municipio en un sitio libre para la delincuencia en todos sus niveles, desde la común hasta la organizada, no conformes con no cumplir su labor acrecentan el temor del ciudadano común al involucrarlo en multas inexistentes, pidiendo las famosas "mordidas" que van desde los 500 hasta los 5000 pesos, siendo cómplices de ladrones y narcotraficantes y por supuesto poniendo retenes que lejos de convertirse en un beneficio de la seguridad municipal se convierten en un calvario sin detenidos, la ciudadanía los elude como si fueran delincuentes, porque irónicamente lo son.
Le cuesta mucho al cajemense confiar en la gente, aunque se trate de sus propios vecinos, a pesar de la colonia donde vive y de la fama que le precedía; por todos lados el crimen está presente, una crisis delictiva que jamás se había visto, los ricos contratan a sus vigilantes, los de clase media aseguran sus pertenencias protegiendo sus casas con alarmas y barras de protección y la clase baja vigila lo poco que tienen incluso creando grupos de auto defensa ante la inutilidad de las autoridades como si se tratara de un sitio completamente anárquico.
Esto le ha significado a la prensa una ola sensacionalista aprovechando la idiosincracia de una ciudad pequeña, los principales medios obregonenses deciden cubrir las cantidades exhorbitantes de crímenes y lejos de informar son amigos del gobierno en turno mientras que los medios pequeños solo se ecnargan de provocar morbo en base a los comentarios y likes diversos de redes sociales, a tal grado de que se le ha parodiado y alfgunos de han convertido en el centro de burla de algunos sectores, no así de los más vulnerables y susceptibles a la ignorancia del entorno; son los medios estatales, nacionales y hasta internacionales los que tienen que darnos una cachetada de realidad.
Y es que el principal enemigo de todo este asunto es sin duda la ignorancia y el conformismo, el pueblo en cierta medida también ha sido cómplice de la situación criminalística y decadente, sin importar su condición socio-económica, la iniciativa privada ha invertido poco o nada en la ciudad debido a los riesgos que representa en estos momentos, la clase trabajadora y estudiantil está en una situación incierta de permanecer con sueldos relativamente bajos o emigrar a otras ciudades en busca de mejores oportunidades, las condiciones laborales (sobretodo para los profesionistas) son cada vez más precarias (además de inseguras), los negocios dificilmente prosperan, salen varios egresados de las distintas universidades o incluso escuelas técnicas con un futuro incierto; es obvio que las clases manipulables se dejen llever por la cultura de la delincuencia y el crimen organizado al que desgraciadamente deciden unirse, acrecentando también la del "el que no tranza, no avanza".
Entonces ¿Cuál es la solución? Las respuestas no existen a corto plazo desgraciadamente, pues así como lentamente llegó esta crisis, más lento se irá, se necesita de la colaboración de todos los sectores: ciudadanos, empresarios y gobierno por supuesto, no les tengo que decir lo que tienen que hacer ¡Porque ya lo saben! El problema es que la gente se hace la desentendida y le cuesta reconocer la realidad aunque comprendo al mismo tiempo su confusión ante la situación tan adversa.
Por lo pronto quiero felicitar a todos los que estamos haciendo algo por Ciudad Obregón y/o el municipio de Cajeme, dentro o fuera del territorio, trabajando o estudiando, creando o cambiando, pero al final de cuentas demostrando de que somos más las personas que queremos a nuestro "pequeño rancho" ver triunfar.
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