La tecnología en el fútbol... y yo, el aficionado.

El asunto del arbitraje en el fútbol está viviendo en los últimos años sus episodios más polémicos, su autoridad está en duda y el juego rápido, de mucho toque y ríspido que vive esta época en diversas partes está superando la vista de los silbantes, para muchos circuitos y competencias las soluciones han sido enfocadas únicamente en el criterio humano, pero esxiste la línea delgada de este y el error humano que termina perjudicando el resultado y la credibilidad del juego en sí; para hacerlo más grave ha sucedido en los torneos más importantes; desde la Champions League y la Copa del Mundo hasta la Liga MX, el arbitraje necesita ayuda, pero algunos dicen que ya no depende de su criterio o de otros, sino de algo más rígido, la tecnología.

El debate que existe entre aplicar la tecnología o no persiste debido a que perdería su naturalidad además de que los errores humanos han sido parte del proceso del fútbol, sería menos romántico vamos; el fútbol es el único deporte que no aplica repeticiones en sus jugadas polémicas, además de que no todas las ligas o competencias usan el famoso "Ojo de halcón"; todo es a criterio del árbitro y el error humano es parte de la naturaleza; pero podría ser que esos errores ya les estén costando caro a los de pantalón largo.

Desde el famoso FIFA Gate de 2015 las cosas en los máximos organismos ha sido tensa, las mafias internas y los casos de corrupción poco a poco se han ido desmenuzando y las sanciones siguen abiertas, los arbitrajes por supuesto no están excentos de ser involucrados y como aquí el que manda es Don Dinero es obvio que si uno o más equipos por alguna razón son siempre beneficiados en el arbitraje la confianza y las oportunidades de los demás se pierden, por consiguiente se pierde la magia, las expectativas y los proyectos; lo que más necesita el fútbol es credibilidad; dentro y fuera de la cancha; la aplicación de la tecnología sería un respiro quizás no a corto plazo pero sí en rondas y partidos decisivos a mediano y largo plazo, es un proyecto que al igual que todos en el fútbol hay que darles paciencia y adaptarse a los resultados.

Otra de las cuestiones en cuanto a la aplicación de la tecnología serían los cambios al modo de juego y a la estrategia, los conservadores mencionan que acortar los tiempos para que se establezca un juicio en base a la repetición instantánea cambia el ritmo y la mentalidad del juego, además de que los tiempos agregados se tendrían que alargar más de lo que a veces imponen los silbantes; aunque esta no sería la primera vez que una modificación a las normas disciplinarias desenvuelven cambios en el modo de juego, los cambios, el surgimiento de las tarjetas, las variantes del fuera del lugar, las limitaciones de los porteros, por mencionar algunos ejemplos; e igualmente los movimientos al reglamento han creado diversas trampas de los jugadores y estrategas, porque aún con todo y nuevas medidas siguen siendo al criterio humano; el tecnológico le daría más rigidez a la disciplina ampliando el tan ansiado juego limpio.

Pero lo que muchos se preguntan es ¿Qué gana el aficionado? El estar dentro del estadio en vivo tampoco ayuda a determinar las jugadas polémicas aún estando en el mejor ángulo pero es el único en el estadio que tiene acceso a las repeticiones en las pantallas que se encuentran en diferentes locaciones del inmueble; aplicar la tecnología en base a lo que se transmite le daría al aficionado la oportunidad de sentirse dentro de las decisiones arbitrales, lo que le daría quizás un plus al espectáculo además de sentir un juego más justo y que la única diferencia sería entre las plantillas, el valor monetario de cada uno, ls títulos y el prestigio.

Para los más románticos usar las tecnologías para el arbitraje dicen haría que pierda su esencia, pero en tiempos donde los casos de corrupción salen a la luz, donde la gente empieza a especular sobre el favoritismo hacia lo que más genere dinero y donde el juego sucio se está imponiendo al justo; es necesario que se apliquen medidas donde los hechos hablen por las opiniones, al final de cuentas la verdad los hará libres de jugar.