Selección sin Ilusión.


En 2014 el locutor y cineasta Olallo Rubio estrenó su documental Ilusión Nacional, el cuál narraba como México a lo largo de la historia moderna del fútbol siempre ha mantenido esa luz de esperanza en su Selección a pesar de las dolorosas derrotas; el 'Tri' a pesar de ser una potencia emergente de este deporte ha crecido demasiado lento y sin embargo cada vez que el equipo consigue su pase a la Copa del Mundo la afición se alborota, sienten que "este será el Mundial", no le temen ni a las más grandes potencias pero la historia se repite, al menos la de los últimos 24 años, la Selección Mexicana se queda donde mismo, pero esta vez la llamada ilusión es completamente diferente.

Como ya muchos sabemos, México consiguió su pase al Mundial de Rusia 2018 veciendo 1-0 a Panamá, a falta de 3 partidos para concluir el hexagonal de CONCACAF; como se dice popularmente "caminando", algo que no pasaba desde la clasificación rumbo a Alemania 2006, pero la expectativa es diferente al proceso que tuvo Ricardo La Volpe; el 'Tri' que ahora dirige Juan Carlos Osorio juega prácticamente de manera contraria al que tuvo el argentino, hace 12 años se jugaba con un esquema bastante ofensivo, con proposición y que priorizaba el toque de la pelota mediante posiciones clave, hoy en día es un esquema más resultista, experimental y poca llegada al área rival, cosa que no ha gustado a la afición mexicana.

Los polémicos resultados de Osorio en fases finales en los tres torneos oficiales que ha dirigido hacen pensar a gran sector de la afición, prensa y hasta gente involucrada directamente en el fútbol que posiblemente la Selección se quede estancada nuevamente en los octavos de final; o peor, que no pueda superar la primera ronda en caso de que la fase de grupos en el sorteo no le favorezca; basta con ver las reacciones después de la victoria sobre Panamá; apenas y las redes sociales se sacudieron con la noticia de la clasificación, pero no hubo festejos a lo grande, no hubo visitas a los monumentos más importantes del país, no volaron papelitos o cerveza en el Estadio Azteca, no hubo grandes felicitaciones en los principales medios; más bien la gente rogaba que ya se acabara el juego, que solo cumplieran con la clasificación y que ya volviera la Liga MX; aún cuando todavía faltaba el juego contra Costa Rica.

El aficionado mexicano (independientemente de si está a favor o en contra de las decisiones de Juan Carlos Osorio) está escéptico, no sabe a ciencia cierta qué esperar en la siguiente cita mundialista y al mismo tiempo el producto Selección Nacional ha sido tan explotado que es muy difícil de digerir, la gente sigue acudiendo a los estadios sí, pero no con la misma expectativa de antes donde los llenos eran seguros, ya fuera el Estadio Azteca, alguna cancha en el interior del país o en Estados Unidos; y esto no es responsabilidad del técnico colombiano (del todo), sino a una especie de hartazgo y al mismo tiempo una ubicación de la realidad; cansados de la explotación comercial y deportiva de un supuesto equipo gigante que ha tenido pocos logros fuera de la comodidad de la CONCACAF y sabiendo ahora gracias a la enorme cobertura tecnológica que hay mejores equipos sin ser las clásicas potencias como Brasil, Italia, Alemania, Francia, Argentina, España o Inglaterra.

Hay fanatismo por supuesto, porque es el representativo nacional, por una especie de sentimentalismo patriota alrededor de los colores, el himno e incluso el comportamiento de la afición; pero la ilusión pareciera que poco a poco se ha ido disolviendo; como se ha mencionado en este blog quizás uno de los mayores "logros" de Osorio ha sido ubicar a México por primera vez en su realidad, y no es que los anteriores técnicos hayan "vendido espejitos" como dijera en su momento Hugo Sánchez, pero tanto la Federación como los patrocinadores y la misma afición se han encargado de engrandecer por demás a la Selección por el historial que carga como el Gigante de CONCACAF, por muchos tiempo ciertamente lo fue, goleó sin piedas a muchos rivales y prácticamente el único representante del área en el mundo pero los tiempos han cambiado y le costó a gran parte del público mexicano hasta ahora, pero siguen siendo como lo llaman en sus redes sociales "incondicionales".

Entonces ¿A la Selección no le alcanza para ser campeón del mundo? Pensemos en cómo ha sido la historia del Tri en Mundiales, le tomó 28 años hacer un punto, 32 para su primer victoria y 40 en clasificar a una segunda ronda, a partir de México 70 pasarían 24 años para que pasara de la fase de grupos fuera de su territorio y lleva el mismo lapso de tiempo estancado en los octavos de final; este equipo a pesar de ser el Miss Simpatía de varios Mundiales ha progresado demasiado lento aunque ha sido progresivo, pues otros emergentes se han desinflado o incluso desaparecido pero México sigue ahí con todo y sus deficiencias internas y externas y es cuando surge la cuestión ¿Que no acaso tenemos a la mejor generación de jugadores mexicanos de la historia? Déjenme decirles que siempre cada cuatro años nos van a seguir vendiendo el mismo producto.

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