Islandia ¿El Miss Simpatía de Rusia 2018?


Vamos a analizar las cosas, Islandia es una pequeña isla que incluso es más chica que Guatemala; solo tiene 331,000 habitantes, los departamentos de ultramar de Francia como Guadalupe, La Reunión y la Martinica tienen más habitantes en sus respectivas zonas que ellos; apenas el próximo año cumplirá 100 años como nación independiente (Fueron parte de Dinamarca y de Noruega) y su selección de fútbol con apenas 60 años de historia logró en tres años clasificarse a su primer Eurocopa y Mundial; y a pesar de todo esto es el conjunto por el cual muchos simpatizan y quieren ver en 2018 ¿Por qué? Las razones van más allá del tamaño de su territorio o de la joven historia de su seleccionado nacional.

Uno podría pensar que se trata de algún jugador en especial como sucede con Argentina con Messi o Portugal con Cristiano Ronaldo pero tampoco ahí va la cosa, ninguno de sus jugadores se encuentra en la elite europea, Eiður Guðjohnsen su goleador eterno de 39 años es el jugador más representativo pero hace mucho dejó los grandes equipos como Chelsea, Barcelona o Mónaco, el más importante ahorita podría decirse es Gylfi Sigurðsson quien ahora lleva la 10 de Islandia y juega para el Everton tras haber sido traspasado del Swansea City por la nada despreciable cantidad de 49 millones de euros; los demás juegan en equipos poco populares a nivel mundial, pero si de algo hay que hacer mérito es que todos juegan en el extranjero, y con todo eso le alcanzó para llegar a los cuartos de final de la pasada Eurocopa.

En aquel torneo no era el único debutante, también lo fueron Albania, Gales, Irlanda del Norte y Eslovaquia, pero ninguno tuvo los méritos para darse a conocer como los islandeses, los albanos fueron las víctimas de Francia y Suiza, los galeses tenían un juego bueno y otro malo, los norirlandeses de no ser por Ucrania se quedaban fuera y hasta ahí y los eslovacos así como llegaron raspando los octavos de final así se fueron contra Alemania, ¿Y qué hizo Islandia entonces? Digamos que en esos días nos dio una clase de su rica historia vikinga, en cada partido dio batalla a todos sus rivales, empate a Portugal (a la postre campeón del torneo) y Hungría (de quien se esperaba el regreso de la histórica selección de mediados del siglo XX), victoria ante Austria de último minuto; clave de un equipo que pelea todos y cada uno de los minutos, con esto Islandia ya se había convertido en la revelación del torneo, pero faltaba más.


Con la victoria ante los aústriacos y el empate de los portugueses con los húngaros, Islandia clasificó a los octavos de final contra Inglaterra, lo que se pensaba sería una fácil victoria para los ingleses se complicó nuevamente por el juego tan resistente de los nórdicos, como si se tratara de las famosas invasiones vikingas de la Edad Media a su territorio; si bien el marcador se definió temprano a los 18 minutos con la voltereta de 2-1 cortesía de Ragnar Sigurðsson (Fulham FC) y Kolbeinn Sigþórsson (Nantes FC), el espectáculo se volcó no hacia la cancha sino a las gradas del Allianz Riviera de Niza, la afición de Islandia, estaba dando un espectáculo con sus llamativas formas de alentar a su selección al más puro estilo vikingo; a partir de aquí se ganaron el respeto no solo de Europa sino del mundo, siguiente prueba, Francia, la anfitriona.


El Stade de France tenía el juego más interesante de la ronda de cuartos de final, Francia lo iba ganando 4-0 en el primer tiempo, contundente y dominante, normalmente en estas situaciones en el fútbol los equipos que van perdiendo terminan abatidos y tristes, Islandia no lo estaba, con todo y goleada su afición y jugadores se divertían y demostrando su juego carente pero de lucha, marcador final 5-2, en estas rondas ya sea de clubes o selecciones se van resignados a casa, curioso pero en Reikiavik había una enorme fiesta, sus jugadores fueron recibidos como héroes, como si hubieran ganado el torneo y esto se hizo más viral que las semifinales de la Euro; la gente a partir de aquí deseaba verlos también en Rusia 2018.


Islandia a su muy puro estilo, sin jugadores en la elite europea y una afición ansiosa superó a selecciones competitivas como Croacia (quien espera en la repesca), Ucrania (Mundialista en 2006) y Turquía (3er. lugar en 2002); espero a la última fecha para conseguir la proesa de clasificarse ahora su primer Copa del Mundo ganándole 2-0 a Kosovo, la euforia se ve totalmente en la transmisión islandesa y en la afición presente en el Laugardalsvöllur, casa de Víkingar (Los Vikingos); en menos de cuatro años ha logrado grandes proesas que muchos países alrededor del mundo se les ha negado ¿Cuál es el secreto entonces?


Los denominados países nórdicos Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca y por supuesto Islandia si de algo saben es de hacer proyectos en beneficio de su sociedad aunque estos reflejen resultados a mediano y largo plazo, el fútbol y el deporte en este caso, hace 20 años empezó un ambicioso proyecto para evitar que los jóvenes cayeran en los vicios; construyeron más centros deportivos y culturales, eliminaron publicidad tanto de alcohol como tabaco además de que tanto centros escolares como asociaciones de padres se juntaron para realizar actividades para los menores que los beneficiara a futuro; funcionó, los niveles de adicciones en jóvenes menores disminuyó del 42% al 6%; y hoy su selección es reflejo de aquella iniciativa.

Así como lo fue Costa Rica (2014), Turquía (2002), Croacia (1998), Bulgaria (1994), Camerún (1990), Bélgica (1986), Polonia (1982), Portugal (1966), Checoslovaquia (1962), Hungría (1954) y Austria (1934), el Mundial de Rusia 2018 pinta para que 'Strákarnir okkar' (Nuestros muchachos) se lleven quizás no la copa pero sí el título de Miss Simpatía.

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