El duopolio del cine mexicano.


Nos quejamos de que las dos (únicas) cadenas de cines comerciales en México (Cinépolis y Cinemex) tienen pésima atención a clientes por parte de sus empleados (que por cierto no son bien pagados), precios de alimentos y bebidas altísimos, instalaciones que con el tiempo se hacen bastante decadentes, métodos dudosos de salubridad, en ocasiones no distribuyen algunas películas alternativos o independientes priorizando demasiado en varias salas a otras películas que quizás no tienen la calidad de las otras; y sin embargo el sistema de venta de boletos, las salas más caras, los servicios ofrecidos en las salas VIP y la calidad de imagen y sonido están bien, entonces ¿Quién es el verdadero culpable de que ambas marcas no funcionen en ciertos aspectos y sean realmente competitivos?

México a pesar de manejarse un sistema económico capitalista como en la gran mayor parte del mundo las prácticas monopólicas o duopólicas en ciertos sectores han hecho que su calidad de estos productos y servicios decaiga, el caso de paraestatales como PEMEX o CFE, o empresas privadas como TELMEX o Televisa y TV Azteca en su momento; los cines atraviesan por una situación similar, sin embargo aquí no hubo intervención del gobierno, de alguna manera Cinépolis y Cinemex crecieron a la par de varios detalles que los convirtieron de manera accidental en el duopolio que conocemos ahora.

Cuando llega el cine a México quedó a cargo de los llamados exhibidores, es decir, dueños de los complejos que eran usados como teatros adaptados ahora para salas de cines y capaces de convocar a grupos de gente para exhibir las primeras películas que ya tenían sus costos de distribución; con la Ley Federal de Cinematografía en 1949 permitió que el 80% de las salas fueran controladas por el estado para evitar que los dueños de los complejos tuvieran ciertos intereses personales o económicos con distribuidoras tanto nacionales como internacionales, esto permitió el apogeo de las películas de la llamada "Época de Oro"; conforme pasó el tiempo poco a poco el Estado fue perdiendo el interés ante el surgimiento de otras prioridades en su agenda tales como la crisis de los años 70, además del regreso de los filmes comerciales de Estados Unidos quien después de la Guerra de Vietnam estaba listo para retomar las salas de todo el mundo.
La decadencia de la inversión a la cultura y las pésimas decisiones en este ámbito en los sexenios de Echeverría y López Portillo fueron los primeros síntomas de que habría que terminar con este monopolio de distribución, al mismo tiempo empezó a surgir una de las primeras cadenas de cine "Multicinemas" o "Cinemas Gemelos", una marca que tendría los primeros métodos de servicio de franquicia, un concepto que funcionó por prácticamente 40 años desde los años 70 hasta principios de la década del 2000 para dar paso y prioridad a la marca Cinépolis, surgida en 1994 para dar paso a las salas multiplex, las cuales ya estaban en su máximo apogeo en Estados Unidos.

Surgiría en los 90 una transformación de la industria de la distribución de cine en México con el surgimiento de la marca Cinépolis y más tarde con Cinemex y es que en 1994 con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) habría inversión y proveedores para la industria cinematográfica pero obviamente tratándose de Estados Unidos que como se ha dicho siempre no tiene amigos sino intereses, la globalización y las telecomunicaciones también formaron parte de esos cambios significativos, además de la distribución filmográfica extranjera también sería negocio para la industria alimenticia y de bebidas, materiales de construcción y/o diseño de interiores y otras en cuestión de tecnología y sistemas; son muchas las áreas que se vieron beneficiadas con la expansión de las salas de cine a un mercado más libertario, pero la pregunta sigue siendo ¿Por qué únicamente dos marcas?

Con la entrada entrada de inversión extranjera, la expansión de las franquicias y el alza del dólar obviamente hicieron que muchos de los precios de los artículos de los proveedores se elevaran dejando pocas opciones para otras marcas para competir al grado de que esa es una de las razones por las que un agua embotellada es el doble de cara en un cine que en una tienda de conveniencia por mencionar un ejemplo; y es que el cine en México se volvió un negocio excesivamente caro, por lo que es necesario hacerlo lo más redituable posible a costa de la calidad de las películas que se exhiben, pongamos otro ejemplo claro, para un complejo como estos en una ciudad que no es de las más importantes del país es más redituable poner en cinco salas el más reciente estreno de Marvel que no tiene una de las mejores calificaciones a poner una película independiente mexicana que tiene buena calidad, pues el público regular considera mejor la producción estadounidense que la nacional debido a la fama e impacto publicitario que tienen ambas.


Pero ¿Y el mal servicio que otorgan sus empleados? Al ser este un duopolio y no una verdadera expansión de marcas como suele suceder con otras franquicias por ejemplo las que abarcan la comida rápida, los supermercados o incluso las tiendas de conveniencia, los cines pueden manejar el servicio a su antojo, es decir al tener nula competencia no se contempla el servicio al cliente como una prioridad, si a este no le gusta se va al otro que es prácticamente lo mismo solo que con una identidad visual diferente y así se van rotando los clientes el cual tiene prácticamente nulas opciones de acudir a otra marca de cine pues las pocas que surgieron fueron compradas tanto por Cinépolis como por Cinemex quienes al consumir el mercado lo han vuelto más costoso a costa de sus intereses dejando muy escasa competencia en salas regionales o con escasa expansión, además de rezagar a las cinetecas o cines independientes.

Hay que reconocer que estos cines han modernizado sus servicios y que han logrado ampliarse aprovechando el mercado potencial que crece día a día no solo a nivel nacional sino internacional, pero obviamente no falta que haya sido a costa de impedir que el cine de arte tenga mayores impedimentos de trascender además de que sus clientes queden conformes con un servicio deplorable, la expansión de la competencia del cine en México carece de un "coming soon".

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