Lo políticamente correcto está matando el humor.


Se habla mucho actualmente de lo que se dice es considerado políticamente correcto en los diversos medios de comunicación, evitar mensajes ofensivos contra ciertos grupos e ideologías como las distintatas razas, los grupos religiosos, los géneros, las preferencias sexuales, etc.; se habla mucho también de la inclusión y la diversidad en diferentes espectáculos y que tiene que haber ciertas cuotas para que nadie se quede fuera o se sienta ofendido pero ¿Es esto correcto para el mundo del entretenimiento?

Hay quienes defienden que muchas cosas eran mejores que antes en el sentido nostálgico de que existía programación y espectáculos de los cuales nadie se ofendía y la calidad humorística de estos era de enorme calidad, puede que sea verdad, sin embargo hay episodios que sí eran genuinamente racistas, homofóbicos o xenófobos, algunos de estos contenidos fueron eliminados porque efectivamente tenían dichos mensajes; sin embargo estas decisiones eran únicamente tomadas por los productores o ejecutivos de las cadenas de entretenimiento, si acaso existía presión de ciertos grupos sociales que se manifestaban de manera directa y en vivo hacia estos programas, películas u obras de teatro; estamos hablando de una época en la que no había internet ni redes sociales para lanzar manifestaciones desde lo que hemos denominado "Activismo de Escritorio".

Ante los cambios sociales que representa el siglo XXI y la apertura de ciertos grupos sociales para muchos es necesario que en el medio del espectáculo estos sean incluidos con un discurso sin odio, uno podría pensar que eso suena bien, pero entonces vienen las contradicciones, las redes sociales de alguna manera se han convertido en una especie de inquisición donde cualquier señal humorística, satírica o de exclusión resulte ofensiva para una sola persona ya que se convierte en una condena para los autores del material, el impacto es mucho mayor cuando el ofendido es uno de los que denominados actualmente "influencers", este tiene el poder de convocatoria suficiente para ejercer una presión que por lo regular carece de fundamentos, son personas que crecieron con los términos de xenofobia, homofobia, clasismo, racismo, etc.; pero carecen muchas veces de los argumentos para determinar que contenidos son realmente así, no hay un sentido de la negociación, ni de mejorar lo que los medios ofrecen, es una batalla para engrandecer su ego y construir una utopía individualista y todo por sentir que a sus ideales lo convirtieron en un chiste, cuando la intención (al menos en el género de la comedia) es generar una crítica de la sociedad actual.

En cierta medida los usuarios de las redes sociales tienen derecho a manifestar su indignación cuando algo no les parece o les genera cierta frustración, lo que denominamos también como libertad de expresión, sin embargo esta misma encuentra sus contradicciones, porque como puede haber figuras que "defiendan" a ciertos grupos sociales también existen los que manifiestan ideas anti (las sectas racistas o los grupos extremos religiosos que promueven la homofobia por ejemplo), y ambos tienen ese mismo privilegio, no existe un equilibrio, ni sanciones para quien haga daño de alguna manera y no se hace algo al respecto, pero eso sí, es más fácil atacar a los medios con su programación habitual porque involuntariamente los sienten ya bastante cercanos y como las figuras principales del control mental de la sociedad aún que se trate de algo humorístico.

A lo largo de la historia el humorismo en sus diferentes facetas ha servido de alguna manera para reírnos de nosotros mismos o de ciertos personajes de la sociedad, pero también es cierto que gracias a los medios de comunicación modernos conocimos el lado oscuro de la comedia cuando esta se mete en sobremedida y de manera involuntaria con los grupos ya mencionados; es en ese momento que las actuales producciones tienen que ser más inteligentes con su línea en materia de guiones y argumentos aún que estos tengan un humor que podría ser considerado ofensivo, tenemos entonces porgramas de televisión irreverentes como South Park, Bojack Horseman, Portlandia o lo poco que aún le queda a Los Simpson o series con humor negro como Black Mirror o The End of the F***ing World; en el ámbito de las películas han destacado Deadpool (incluso en ciertos momentos de otras de Marvel) o las películas de LEGO; la comedia no ha muerto en sí, se le ha impuesto una especie de censura disfrazada de lo correcto.

Podemos estar de acuerdo que no se deen de tocar ciertos grupos o temas de manera despectiva, sin embargo esto no es suficiente para esas personas que quieren imponer lo políticamente correcto, lo disfrazan como parte de políticas de izquierda, las cuales como muchos conocemos tratan mucho el tema de la inclusión racial y de género; pero al mismo tiempo es tanta su ira desquitada a través de las redes sociales que en algún futuro podrían pasar a la extrema derecha que está empezando a tener cierta moda en algunas regiones, es decir, convirtiéndose en lo que más odian irónicamente, y eso hay que tomarlo también con bastante humor.

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