¿Por qué el cine mexicano da asco?


Muchos mexicanos están contentos con las 13 nominaciones que obtuvo The Shape of Water dirigida por Guillermo Del Toro, aunque se trata de una producción norteamericana eso no quita el mérito de la labor hecha por el director nacido en Guadalajara; sin embargo surgen las dudas del por qué diversos cineastas nacionales buscan oportunidades en Estados Unidos y no en su propio país donde podrían motivar a más compatriotas a competir por los más reconocidos premios cinematográficos e incluso de la televisión y así darle al público espectáculo de mayor calidad, misma que se ha cuestionado por las más recientes producciones que aunque han sido taquilleras su aprobación tanto de la crítica como de la audiencia ha sido negativa.

Hay que tener en claro algo primero, cineastas como el mismo Del Toro, como Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón y Emmanuel Lubezki sí trabajaron en México, tuvieron sus proyectos, reconocidos incluso en premiaciones internacionales, el problema fue que no se les dio el respaldo como el que tienen en Hollywood, es decir, presupuesto, equipo, locaciones, permisos, estudios, personal, etc.; incluso algunos de ellos tuvieron calificaciones bajas en sus estudios universitarios, podríamos decir que en parte por un desinterés, pero también por no seguir las normativas de sus profesores quienes apegados a una línea educativa deciden reprobar a aquellos alumnos que se salen del cuadro; en este país para realizar proyectos audiovisuales están dos vertientes, el conservadurismo y la ansiedad de ganar dinero lo más pronto posible, el lado cultural y el riesgo de hacer algo diferente queda a segundo plano y eso afectó sus carreras, pero les dio el impulso de trabajar en las productoras norteamericanas.

Uno podría pensar entonces que no existe presupuesto en el cine mexicano y que no podemos tener producciones costosas como Gravity, Birdman, The Shape of Water o The Revenant; probablemente no, pero sí para hacer historias reconocidas de tipo Amores Perros, Como Agua para Chocolate, Cronos o Y Tu Mamá También; que aunque no lo parezca en otros lugares del mundo han sido valoradas de manera positiva y que han sido dirigidas o producidas por estos cineastas ya mencionados; entonces sí hay posibilidades de hacer un cine de calidad, pero volvemos al tema monetario, lo que interesa a las productoras nacionales es generar ganancias rápidas, pero como hacer algo bien hecho implica demasiado tiempo, dinero y esfuerzo es necesario recurrir a otros métodos con menor duración de realización, copiando ideas, presupuestos menores, actores que quieran hacer más grande su curriculum o que necesiten trabajar y la explotación de su imagen con la intención de que hay que apoyar los productos nacionales.


Aquí existe un discurso bastante doblemoralista en cuanto a la manera de hacer cine, como mencioné antes, los proyectos de Del Toro, Cuarón, Iñárritu y Lubezky no recibieron el apoyo tanto de las productoras como del público, en parte porque desde el fin de la llamada "Época de Oro" la audiencia ya no acude tanto a ver producciones nacionales por la decadencia de muchos aspectos en cuestión de calidad, el llamado "Nuevo Cine Mexicano" de principios de los 90 podría decirse que regresó a parte de la audiencia pérdida, sin embargo las temáticas no fueron del agrado de todos, algunas mostrando una realidad bastante cruda de la sociedad, el mexicano promedio que difícilmente es autocrítico no va a valorar la verdad de este tipo de películas, las tachas de groseras, indescentes, sin presupuesto, carente de efectos especiales y de finales felices o satisfactorios, las salas no se llenaban y por consiguiente seguían sin hacerse tantos filmes al año.

Es por eso que en 2006 se crea el Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (EFICINE); una especie de crédito para personas físicas o morales donde puedan realizar cualquier tipo de películas que por supuesto pudieran remunerar; esto le permite no solo a productoras multimedia hacer algo, sino a marcas como Casa Cuervo, Rotoplas, Cinépolis, Grupo Cuauhtémoc Moctezuma, Peñafiel, McCormick, HSBC, entre muchas otras a apoyar, patrocinar e incluso hacer propaganda de su identidad corporativa ¿Esto beneficia a nuestro cine? Al menos en el caso de México no, desde la creación del EFICINE lo que más ha importado es la cantidad y no la calidad, no solo en la producción o en la historia sino también en la actuación.

Desde entonces también ha abundado mucho el discurso de "Hay que apoyar el cine nacional" para que así siga habiendo más películas y para "beneficio" de los mexicanos, pero este nunca se ha visto reflejado, por supuesto hay ganancias, pero por la exitosa propaganda que se le hace, pero seguimos sin tener el cine exitoso que esperamos, es ahora más criticado y carece de originalidad, las películas independientes o que no tienen mucha mercadotecnia de su parte son las únicas que siguen en premiaciones, pero como no tienen detrás el peso de alguna marca, productora e incluso una distribuidora es imposible que estas destaquen entre el público para que este note que sí se puede, importa más la copia de un chick-flick bien explotado en publicidad que una hecha con poco presupuesto pero bien actuada.

Parte de la dudosa calidad de las películas mexicanas recientes obviamente son los actores, un casting casi repetitivo que no mejora, se estanca, pero que al ser vendido para bien o para mal continua, al generarse buenas ventas en las salas (independientemente de su calificación) los protagonistas ya se sienten realizados, cabe resaltar que muchos de estos ya han estado en televisión y/o teatro, por consiguiente se les sube la fama, expertos en el llamado séptimo arte e incluso críticos de la situación actual del país, el pésimo cine mexicano ha contagiado de su pensamiento mediocre a todos los que apuestan por el y lo peor del caso es que algunos apuestan por ir a Hollywood pensando que México ya les queda chico y que pueden estar a la altura de incluso trabajar con alguno de los grandes directores mencionados, cuando no tienen los méritos ni la creatividad o el pensamiento de ellos.

Hay que aclarar también que no todo el cine mexicano es malo, existen producciones recientes y viejas bastante buenas, pero como mencioné no tienen los reflectores ni los patrocinadores que les puedan dar el respaldo, hay que estar atentos a los premios más reconocidos para saber que tan destacable siguen siendo las pocas películas buenas que se hacen al año, ese es el cine que hay que apoyar y buscar, en una de esas se podría encontrar nuestro siguiente nominado al Oscar.

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