La mala suerte del ganador del Ascenso.


Nuevamente la Liga MX nos regala otro de sus episodios surrealistas, un pasaje entre el odio y el amor y una vez más que la comedia involuntaria es parte de nuestro sistema futbolístico, la novedad ahora es que probablemente no habrá Ascenso deportivo, esa expectativa que genera cada torneo de Clausura en el circuito que se supone fue hecho para construir franquicias de expansión para que estas pudieran acomodarse en Primera División en un futuro, dado la capacidad económica de los inversionistas y del país no todas pueden aspirar a conseguir por méritos deportivos a corto plazo, sin embargo es tal la aspiración, la identificación de la gente y el éxito en cuanto a refuerzos y planes incluso corporativos y de marketing que lo deportivo se consigue antes de lo planeado, pero ante su poco poder dentro del conjunto de ligas es imposible que consigan el dichoso ascenso, que incluso se vean en la necesidad de vender la franquicia, esto es lo que le pasó a Alebrijes de Oaxaca y Cafetaleros de Tapachula.

El asunto es este, ambos equipos no pueden subir porque no cumplen con el cuaderno de reglamentos para estar en Primera, el más sonado de los cargos es que no tienen la capacidad suficiente ni la infraestructura en sus estadios, además de no ser proyectos 100% viables y que puedan durar en la máxima categoría, cosa que no convienen ni al mismo equipo, ni a la liga, ni a los patrocinadores y mucho menos a las televisoras, tanto Cafetaleros como Alebrijes son franquicias de expansión y en crecimiento (uno bastante lento); y es que en busca de tener orden la Liga MX se ha sumergido en su propia trampa y al mismo tiempo en las consecuencias de las irregularidades de sus anteriores administraciones ¿A qué me refiero? El formato de ascenso y descenso en México está vigente desde hace 68 años, en sus inicios con el fin de expander el fútbol a otros clubes que participaban en torneos regionales y tenían el potencial económico de estar en el sector profesional, así surgen clubes históricos como Toluca, Morelia, Pachuca y Querétaro y otros que ha deambulado por Primera como Irapuato, Zacatepec y Zamora; uno podría pensar que a futuro habría mejores proyectos, sí los hubo pero no fueron la gran mayoría.

Con el tiempo ciertamente hubo clubes que crecieron en Segunda o Primera "A" y se volvieron referentes como Cruz Azul, Pumas, Monterrey, Veracruz, Tigres, etc.; pero de vez en cuando por intereses económicos o políticos de algunos dueños y directivos surgieron franquicias bastante irreconocibles y que de manera increíble lograron colarse, llámese por corrupción, por promesas (incumplidas) de crear un equipo competitivo, la tibieza con la que por muchos años se manejó la sub división o porque simplemente no había el famoso cuaderno de reglamentos; al no haber regulaciones como las que se encuentran actualmente la liga se descontroló, hubo equipos con canchas dignas de partidos llaneros, dueños que usaron a la ingenua afición para llevarse unas cuantas ganancias, gobiernos que cedieron terrenos a cambio de intereses económicos y personales, equipos filiales que solo sirvieron de beneficio de los dueños de Primera, jugadores ilusionados que se quedaron sin fuentes de trabajo por cotnratos falsos o pésimos salarios y no creció la infraestructura del fútbol mexicano y las consecuencias la están pagando equipos que ahora sí tenían buenas intenciones como Alebrijes y Cafetaleros.

Desde la creación del concepto Liga, Copa y Ascenso MX en 2012 el fútbol mexicano se ha vuelto más elitista, en parte por las ganancias que ahora generan los patrocinios con Bancomer y Corona que dejan millones de dólares, eliminar el duopolio Televisa-TV Azteca que permite mejores ofertas a los clubes, los diversos conceptos publicitarios y la globalización del fútbol mexicano han contribuido a que los grandes tanto en títulos como en dinero a beneficiarse, el caso de América, Tigres, Monterrey, Chivas y Pachuca; pero otros más chicos y más limitados se han visto afectados por lo costosa que se ha vuelto esta liga en cuanto a fichajes, salarios, traslados y mantenimiento de sus estadios para cumplir con las normas del ahora corporativo de la FEMEXFUT; equipos en Primera como Veracruz, Atlas, Puebla y Pumas les cuesta más trabajo ingresar a la liguilla por estas cuestiones y no es raro verlos ahora jugándose la permanencia, misma que desaparecerá a cambio de sanciones económicas por su bajo desempeño; desde que se juega bajo el famoso slogan "Juega limpio, siente tu Liga" los equipos recién ascendidos no han podido concretar sus proyectos por las dificultades que les representa ahora ascender, ejemplos claros como Dorados, Leones Negros y el más reciente el de Lobos BUAP no pueden consolidarse por los altos costos de mantenimiento, de conseguir jugadores competitivos independientemente de su nacionalidad y de conseguir derechos de transmisión razonables ¿Qué le iba a garantizar a Alebrijes y Cafetaleros que ascendiendo iban a permanecer un año o dos en el máximo circuito?

A sabiendas de las reglas que se había conformado de que solo 6 equipos de 16 pudieran ascender  ¿Por qué tanto oaxaqueños como chiapanecos se enfocaron tanto en conseguir sus respectivos títulos? Podríamos decir que hay cierta inocencia en ambas escuadras, por supuesto, hay una motivación en la final a pesar del reglamento, se piensa que habrá un milagro o un arreglo para que sí se les permita el dichoso ascenso, como ha sucedido con otras plazas que suben o compran su lugar en Primera; pero no, los altos mandos de la liga siguen renuentes a que no pueden tener ese sitio privilegiado, la razón obviamente es el dinero y el poder; la eliminación del descenso le significa a todos una nueva manera de hacer entrar más dinero en base a multas y a ganarse el derecho de jugar en el circuito en base a cheques, justo como lo hacen en Estados Unidos donde lo comercial es más poderoso pero con una contundente diferencia, que allá sí hay proyectos deportivos de por medio, aquí se colocan en segundo plano; si hubiera una verdadera intención de progreso del fútbol mexicano, la liga sí permitiría a ambos equipos jugar en Primera y expander franquicias con todo y ascenso y descenso incluído para de verdad tener equipos competitivos en ambas divisiones.

Si se trata del aforo de los estadios las ligas más competitivas del mundo tienen equipos jugando con menos capacidad y compiten, si es por el aspecto de la insfraestructura es más probable que estando en Primera y dándose a conocer entre patrocinadores, televisoras y venta de jugadores puedan tener dinero para un proyecto inmobiliario a mediano o largo plazo, si es por el aspecto de su posible duración en la máxima categoría entonces se necesitan formatos de competencia que perjudiquen menos a los recién ingresados y que de verdad castigue la mediocridad de otros sin importar si son chicos o grandes; desgraciadamente esto no será posible porque no estamos hablando el idioma de la federación, el del dinero.

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