¿Con qué cara se lo pedimos a Estados Unidos?
Muchos mexicanos independientemente de su ideología política estuvieron de acuerdo con el Presidente Peña Nieto en su discurso la semana pasada dirigido a su homológo en Estados Unidos Donald Trump, si hay un conflicto interno en su país que lo solucionen con su gente y que solo se trate a México como un socio comercial y un aliado internacional, prácticamente que no se desquite con su vecino del sur; el asunto es que el mandatario estadounidense de alguna manera está harto de que inmigrantes ilegales pasen a la Unión Americana y se enriquezcan de los recursos que los residentes o extranjeros legales han producido y que pagan impuestos, argumenta que gracias a las remesas y al TLCAN (O NAFTA en inglés) México se ha "aprovechado" de ellos y que hay que tomar medidas en la frontera, el famoso muro y la novedad, la Guardia Nacional; es indignante, por supuesto, pero en todo caso los mexicanos deberían de solucionar también sus problemas internos para evitar que sus compatriotas crucen por el dichoso "Sueño Americano".
Pongamos esto en contexto, supongamos que un grupo de centroamericanos, sudamericanos, caribeños y hasta africanos cruzan a México y al no poder hacerlo a Estados Unidos deciden quedarse en el país, los más afortunados consiguen trabajo, con el tiempo ponen su propio negocio, otros llegan a casarse con residentes y algunos llegan incluso a obtener la nacionalidad mexicana; claro esto sería lo más utópico y a los más liberales no les molesta pues están a favor de la diversidad racial; el problema es que en este país esto no es posible, si catalogamos a los norteramericanos como racistas, los mexicanos no se quedan atrás, los diferentes inmigrantes al llegar al territorio se encuentran con más peligros que en el mismo EUA, el crimen organizado, los distintos fenómenos naturales, la corrupción de la autoridad y de quienes les prometen pasarlos a la frontera norte, sin contar el rechazo de la sociedad quienes los ven como vagabundos o limosneros, donde la ayuda genuina para ellos es escasa o a conveniencia de otros.
Hay algo que a todos, absolutamente a todos los mexicanos, nos une y nos convoca: la certeza de que nada, ni nadie, está por encima de la dignidad de México. pic.twitter.com/3FxfbAF4zl— Enrique Peña Nieto (@EPN) April 5, 2018
Unos dirán que México es un país abierto a otras nacionalidades y que siempre los ha acogido, que eso los ha distinguido, claro, pero solo sucede con los más avanzados y uno que otro latinoamericano (pero solo los que estén al nivel), pero en el caso de los centroamericanos o africanos por ejemplo no es el caso, son junto con los paisanos de muy escasos recursos los primeros en ser tratados como delincuentes, como una amenaza a la soberanía nacional por sus intenciones de emigrar, porque por supuesto al igual que Donald Trump pensamos que vienen al territorio mexicano a robar; cuando su único delito sería el haber cruzado una frontera sin permiso de las autoridades correspondientes y donde estos inmigrantes son tratados con las condiciones más tortuosas que los mismos Estados Unidos.
Entonces ¿Cómo se les debe tratar a los inmigrantes ilegales en México? Si le queremos dar una bofetada con guante blanco a los Estados Unidos y a Trump habría que solucionar este problema de manera interna, esto no quiere decir que tiene que haber un muro o soldados en la frontera con Guatemala y Belice, tampoco hacer una lista negra de países que no pueden entrar a territorio mexicano y menos llevándolos a celdas con condiciones infrahumanas; se podría pensar en una Reforma Migratoria como la que se ha buscado en en EUA pero que solo sea válida para inmigrantes que lleven ya cierto tiempo en suelo mexicano y que se encuentren laborando en el mercado formal para que de esta manera le sea remunerable al gobierno; otra estrategia puede ser la adaptación de programas sociales y educativos como DACA; sin embargo el encarecido presupuesto y restarle importancia a otros grupos vulnerables que necesitan esos programas lo haría imposible, sin contar que los inmigrantes no es un tema de importancia para los altos mandatarios, mucho menos para los candidatos actuales.
Donald Trump de alguna manera nos guste o no está defendiendo los intereses internos de su país y siente que los inmigrantes y por consiguiente sus países de origen se aprovechan de él, quiere que Estados Unidos sea únicamente para sus ciudadanos (con todo y que se supone que es una nación llena de culturas mixtas); habría que darle al menos el beneficio de la duda de que si quiere que su país se beneficie únicamente de lo producido en su tierra y hecho por sus ciudadanos y extranjeros legalizados; el problema es que lo ha hecho de una manera intolerante, populista (en el mal sentido de la palabra), racista y con decisiones que están fuera de lugar donde prácticamente se quiere brincar lo que el Congreso, la ciudadanía y hasta la iniciativa privada le digan o aconsejen, de ahí que no se justifiquen sus tuits, el muro o la guardia nacional.
Mexico is making a fortune on NAFTA...They have very strong border laws - ours are pathetic. With all of the money they make from the U.S., hopefully they will stop people from coming through their country and into ours, at least until Congress changes our immigration laws!— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) April 2, 2018
Y es que ambos países no han tomado las decisiones acertadas en cuanto al tema inmigración ilegal, es más fácil responsabilizar a asuntos exteriores antes que solucionar los internos, Estados Unidos culpa del crimen organizado a México cuando estos no pueden solucionar su problema de venta de armas y control y legalización de las drogas, mientras que México se victimiza diciendo que Estados Unidos lo quiere perjudicar negándole la entrada a sus ciudadanos y renegociando el TLCAN; de ambos no hay controles migratorios prudentes, efectivos y que no atenten con los derechos humanos y eso es un asunto que se debe solucionar dentro de sus esferas, la ropa sucia, se lava en casa.
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